Pilar Eyre es una periodista de amplia trayectoria en nuestro país. Licenciada en filosofía y letras y ciencias de la información, su firma ha cubierto páginas y páginas en diarios como ‘La Vanguardia’, ‘El Periódico de Catalunya’ o ‘El Mundo’, además de la revista ‘Interviú’. Tiene un blog en la revista Lecturas y colabora como tertuliana en diferentes programas de televisión. Compagina la crónica social con la literatura y fue finalista del Premio Planeta en 2014 con la novela autobiográfica ‘Mi Color Favorito es Verte’. Ha publicado en total una veintena de libros, el último ‘Un perfecto caballero’, publicado a finales de 2019 , y aprovecha el confinamiento para avanzar en su nueva novela, prevista para finales de este año.

Como cronista social, su especialidad es la Casa Real, que ha vivido uno de sus momentos más duros al inicio del estado de alarma, cuando se supo que la Fiscalía suiza investigaba una supuesta cuenta opaca del rey emérito en el país helvético. Felipe VI, en un insólito comunicado, renunció a su herencia y retiró la asignación que recibe cada año Juan Carlos I de cerca de 195.000 euros anuales, con cargo a los presupuestos de Zarzuela. Hemos hablado con ella de la crisis que atraviesa la monarquía en nuestro país y cómo está viviendo el confinamiento.

Pilar Eyre está pasando el confinamiento en su casa de Barcelona sola, acompañada de sus dos perros

Pilar Eyre está viviendo el confinamiento sola, en su casa de Barcelona, acompañada de sus dos perros. (Fotos de su cuenta de Twitter, @pilareyre)

P.- Esta entrevista coincide con el 58 aniversario de la boda de los reyes eméritos, Juan Carlos y Sofía, ¿es ésta su celebración más amarga?
R.- Todos los aniversario de boda son amargos para Sofía, pues conmemoran un matrimonio que lleva muerto desde hace muchos años. Pero éste en particular es el más amargo de todos, porque se está tratando que su imagen, la de los dos, quede lo más opacada posible para que los españoles no recordemos las tropelías económicas en las que ha incurrido don Juan Carlos cada vez que lo veamos. El gran contrasentido es que continúan teniendo la dignidad de reyes, con su tratamiento y su protocolo, y no se sabe muy bien cómo manejar estas situaciones.

P.- ¿Era un secreto a voces lo del dinero B del rey emérito en Suiza?
R.- Era un secreto a voces y es solo la punta del iceberg... ha habido muchos años de impunidad y ha habido tiempo a hacer muchas cosas.

P.- ¿Sabes algo del rumor de que Felipe VI se estaría planteando apartar definitivamente a Juan Carlos I de Zarzuela?
R.- No tengo información sobre eso, pero aunque ya lo haya hecho de facto le falta el último paso: retirarle el título de rey... es una dignidad demasiado alta para quien ha cometido tantos “errores”... no creo que ese día esté lejos…

"Felipe, Letizia y las princesas han  reaccionado algo tarde, pero ha reaccionado"

P.- ¿Ha estado la Familia Real a la altura en la crisis del coronavirus?
R.- Creo que la Familia Real (Felipe, Letizia y princesas) ha reaccionado algo tarde, pero ha reaccionado... pienso que lo están haciendo bien.

P.- ¿Cómo estás pasando estos días?
R.- Confinada y bien, paso la cuarentena sola con mis perritas, porque a mi pareja le ha pillado en Madrid y está también solo en su casa; y mi hijo está con su novia. En realidad no sé si he sufrido el coronavirus, he tenido síntomas, pero como no me han hecho la prueba, no sé si era una gripe, un simple constipado o no. Llamé al 061, me dieron unas indicaciones y ya estoy bien.

P- ¿Cómo llevas la soledad?
R.- Estoy acostumbrada a estar sola porque me encierro mucho para escribir. Lo que llevo mal es lo que está pasando, sobre todo las muertes y lo que ha ocurrido en las residencias de ancianos. Cuando empecé a ver niños paseando por las calles, me sorprendí a mí misma casi llorando de emoción al ver otra vez las calles vivas.

P.- ¿Has podido hacer teletrabajo en estos días?
R.- Sí, sigo trabajando en Lecturas, escribiendo cada semana e incluso más largo de lo normal. Estoy también escribiendo porque tengo que entregar un libro en julio y lo combino con mis tablas de gimnasia, hablo por teléfono, camino mucho por casa y salgo para sacar a mis perros y comprar comida. Hago directos, entrevistas en televisión... He montado tres pequeños platós en distintos puntos de la casa.

P.- La televisión se ha colado en las casas de presentadores y colaboradores ¿estamos ante un nuevo género televisivo?
R.- Es curioso. Yo ya hacía directos desde casa antes y tenía a mis perros encerrados en una habitación y les aleccionaba para que no hicieran ruido. Ahora, hace gracia que la gente salga con sus niños, sus perros o lo que sea. Yo les permito que caminen libremente por la casa. La espontaneidad llevada a su máxima expresión, sin filtros, es casi un género. Quizá surjan nuevas formas televisivas partiendo de esto.

"En estos días del coronavirus he recurrido a mi fondo de armario para seguir contando historias"

P.- ¿Te ha resultado complicado encontrar en estos días temas de corazón?
R.- Yo lo que hago es recurrir a mi fondo de armario, por decirlo de alguna manera. Busco aniversarios, excusas para recordar cualquier cosa y hago encaje de bolillos. El primer encuentro de don Juan Carlos y doña Sofía, las hermanas Sofía e Irene, aprovechando la historia de las dos hermanas Leonor y Sofía. Son historias que no tienen actualidad, pero sí una percha actual, de cosas que me han pasado o conozco, personas a las que he entrevistado en el pasado, etc. 

P.- ¿Qué tal tu libro?
R.- Muy bien. Durante el tiempo de confinamiento lo he puesto a un precio simbólico, 2,99€ y ha tenido muy buena respuesta, aunque yo no gano nada. Estoy contenta de que la gente lo pueda tener en su casa y pueda pasar un buen rato. 

"Después de las grandes catástrofes, como ocurrió después de la segunda Guerra Mundial, hay un afán de la gente por celebrar la vida y gastar"

P.- Haciendo un paralelismo entre la época en la que transcurre el libro, la posguerra española, con la situación actual ¿cómo prevés que pueda ser la necesaria reconstrucción?
R.- No soy ninguna experta en esto, ni tengo los datos. Yo lo único que puedo comentar es que después de las grandes catástrofes, como ocurrió después de la segunda Guerra Mundial, hay un afán de la gente por celebrar la vida y gastar. Las mujeres tenían ganas de lucirse y aparecieron las casas de alta costura de París. No había dinero, pero la gente se espabilaba como podía: por ejemplo, pintarse la raya de las medias en las piernas. Espero que también ahora celebremos la vida y ello implica salir a las terrazas, comer, intentar viajar... No hay dinero, pero habrá crédito. Pienso que los cambios vendrán por ahí. Es aventurado decirlo, pero la humanidad ya ha pasado por todo tipo de catástrofes, guerras, pandemias, pestes y una de las grandezas del ser humano es que sale a flote y continúa siendo uno mismo. Es como el Ave Fénix, que siempre resurge.

P.- ¿A lo largo de tu vida profesional te has tenido que reinventar muchas veces?
R.- Reinventar no es la palabra. Lo que sí es cierto es que cuando llevas tanto tiempo como yo, he tenido que irme adaptándome. Empecé con máquinas de escribir en redacciones de tabaco y whisky, con un ruido infernal. Todo esto ha cambiado radicalmente. Más que reinventarme, lo que he tenido que hacer es transformarme o hacer cosas nuevas a la par que evolucionaba también mi profesión. Yo siempre he tenido la doble faceta de escritora y periodista. He podido dejar el periodismo y dedicarme a escribir libros, o al revés, pero siempre me ha gustado ejercer siempre los dos oficios. Uno alimenta al otro y, en mi caso, el periodismo me pone en contacto con gente joven, evolucionar con la sociedad y sentirme viva. Tengo una gran pasión por los dos oficios y me voy transformando con ellos. 

"Sería un momento fenomenal para prescindir de los besos, por ejemplo, y darnos la mano simplemente o saludarte a la japonesa"

P.- ¿Crees que las cosas volverán a ser como antes, cuando recuperemos nuestra normalidad?
R.- No sé, lo veo difícil. Yo misma he automatizado separarme de las personas cuando me cruzo con alguien por la calle. Se ha convertido en un hábito.

Sería un momento fenomenal para prescindir de los besos, por ejemplo, y darnos la mano simplemente o saludarte a la japonesa. Llevo tiempo diciendo que tenemos que acabar con la manía de darnos besos cada dos por tres y eso que soy muy besucona. Creo que habrá un cambio de costumbres y habrá menos contacto físico. Pero es hablar por hablar.

Los españoles somos muy de calle y de besos, pero hemos conseguido lo que parecía imposible y hemos hecho un confinamiento modélico. Barcelona está vacía y mis amigos de Madrid me dicen lo mismo. Somos cojonudos, [se ríe]. Las excepciones han sido excepciones y si se comentan es precisamente por ello.

"El independentismo está en stand by y lo importante para todos es salvar vidas"

P.- ¿Dónde ha quedado el independentismo en este momento? ¿Se ha superado con el coronavirus la brecha social provocada por el procés?
R.- Ojalá. Yo lo que percibo es que el tema está en stand by y lo importante para todos es salvar vidas. No creo que nadie esté pensando en nada más. Las frases o declaraciones fuera de tono que se han dicho, no han tenido apenas repercusión. El coronavirus nos ha hermanado a todos. Ha habido una ola de fraternidad en todo el país que nos ha unido. Por ejemplo, cuando las cifras en Madrid eran tan brutales, todos latíamos con el mismo corazón.

P.- ¿Qué tipo de cosas te ha enseñado esta crisis, si es que te ha enseñado alguna?
R.- Una va aprendiendo de todo con lo que te tropiezas en la vida. Me gustaría que este sentimiento de solidaridad que ha surgido no se pasara y seguir teniendo las mismas sensaciones positivas con respecto al género humano, que a veces no las tengo. Soy animalista y cuando veo las barbaridades que se hacen con los animales, muchas veces odio al ser humano. Me gustaría continuar teniendo este sentimiento positivo. ¿Enseñar? Supongo que en algún momento se notará en mi literatura porque todo lo que escribes es autobiográfico. 

P.- ¿Qué es lo que más te apetece hacer cuando puedas salir?
R.- Primero ver a mi hijo y poderle dar un beso. Y también a mi novio, que está en Madrid y no nos vemos desde que empezó todo esto. Tengo muchas ganas de verle.

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