La periodista y escritora Pilar Eyre acaba de publicar ‘Un perfecto caballero’ (Planeta) una novela histórica ambientada en la Barcelona de la posguerra y en la que su propia familia tiene un papel protagonista. El personaje principal es Mauricio Casasnovas, que se hace cargo de la empresa textil de su familia al volver triunfante de la Guerra Civil, donde luchó en el bando de los sublevados de Franco. Junto a los personajes de ficción aparecen personajes con apellidos muy conocidos: Samaranch, Carulla o el actor Alberto Closas, entre otros. Pilar Eyre traza con ellos un retrato de la Barcelona de la posguerra con sus luces y sombras.

La hemos entrevistado justo el día en que la democracia ponía punto y final a uno de los grandes iconos de la dictadura, la tumba de Franco en el Valle de los Caídos. El mausoleo, construido por presos republicanos que vivieron allí en condiciones infrahumanos, es también una inmensa fosa común que acoge más de 33.000 cuerpos, que fueron enterrados allí en muchos casos sin conocimiento de sus familias.

Estamos en un día histórico, el día en que la democracia acaba con el último gran símbolo del franquismo. ¿Cómo afrontas la exhumación de Franco?
Lo valoro a contracorriente. Si los restos de Franco se hubieran dejado por los siglos de los siglos en el Valle de los Caídos y no se hubiera hablado del tema, nadie iría porque está muy lejos. He ido tres veces allí. Una cuando era pequeña, con mi padre, que era uno de los falangistas que llevaron a hombros a José Antonio desde Alicante, primero hasta El Escorial y luego al Valle de los Caídos. Él quería que lo viéramos y no había nadie. Fui otra vez tras la muerte de Franco y tampoco había nadie. Volví a ir el año pasado y vi autocares, merchandising, gente entrando y saliendo, haciendo colas… En ‘El lobo de Wall Street’ hablan de que toda la publicidad es buena, diga lo que diga. A mí me parece que esto ha sido desmesurado, no estoy de acuerdo con que había que desenterrarlo y llevarlo a otro sitio. Pero una vez hecho, creo que se ha hecho de forma correcta. No se podía hacer de otra manera.

Y otro apunte, eso de que se quiera quitar el título a Carmen Martínez-Bordiú me parece una tontería. A lo largo de la historia no se han dado títulos nobiliarios a una monjita de las Clarisas que está haciendo punto o dulces, se dan por actos de guerra, por haber cometido una carnicería impresionante o haber aplastado tal país, haberse acostado con una reina… La mayoría de los títulos tienen ese origen y si nos ponemos a establecer un canon, el 90% se tendrían que anular.

"Sería una ingenuidad pensar que el franquismo no estuvo instalado en la burguesía catalana"

¿Estuvo instalado el franquismo en la burguesía catalana?
Sería una ingenuidad pensar lo contrario. En la inauguración del Liceu allí estuvieron todos con el brazo en alto. Los había de corazón y los que no, pero participaron todos. La prosperidad actual de Cataluña no hubiera sido posible si no hubieran colaborado con el franquismo. Hemos pasado de entonar en 1939 el ‘Cara al sol’ a cantar ‘Els Segadors’ en el Liceu. Y posiblemente los de ahora son los hijos de aquellos.

¿Dónde estaba entonces el nacionalismo catalán?
En la novela cuento la anécdota de una fiesta en casa de mis abuelos a la que tenía que asistir la hija de Franco, Carmen Franco Polo. Dos o tres empresarios catalanes dijeron que no querían ir, incomodados por su presencia. Eran los Carulla, propietarios de Gallina Blanca, y los Cendrós, de la Floïd. Mauricio, el personaje principal de la novela, expresa a su suegro, el empresario Agustín Prat, su estupor por el hecho de que al mismo tiempo estén enriqueciéndose con el franquismo. ‘Hay que encender una vela a Dios y otra al diablo. Y en estos momentos no sé quién es Dios y quién es el diablo’, le contestó el suegro. En la actualidad, esos mismos 50, 10, 200 apellidos continúan mandando en Barcelona.

"En Barcelona guardaron las banderas republicanas por si la victoria nacional duraba solo cuatro días"

¿La postura del suegro de Mauricio sería un ejemplo del seny catalán?
Sí, el suegro era un romántico, un hombre afinado, prudente, sosegado… Todo un ejemplo de seny en contraposición con Mauricio, que representa la rauxa, el hombre que hace grandes locuras y cosas terribles por la mujer que ama.

Hay una anécdota que he escrito en el libro muy representativa: el día de la entrada en Barcelona de las tropas de Yagüe no se atrevían a poner banderas españolas en los balcones porque pensaban que ‘igual duran cuatro días’. Además, las republicanas las guardaron por si la tenían que volver a sacar.

El catalán tiene ese espíritu de no creerse nada del todo. He visto con mis propios ojos las multitudes que salían a las calles de Barcelona cada 1 de Abril, para celebrar el Desfile de la Victoria, y se repetía lo mismo: ‘¡Viva Franco y viva España! Y era gente de todos los estamentos sociales, no sólo las clases más pudientes.

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¿Dónde se situarían en la actualidad los personajes de esta novela?
Hay una gran endogamia en la sociedad barcelonesa. Se casan entre ellos y las principales familias, vía estas uniones, reúnen unas fortunas fabulosas. Pero las bodas son discretas, ya que el catalán nunca ha sido ostentoso. Paco Umbral, que era muy amigo mío, siempre me decía, ‘es que los catalanes sois fanfarrones de puertas adentro’. Y es cierto. Por ejemplo, esta gente tiene barcos y yates impresionantes, pero los llaman la barca. El otro día me encontré a Susana Gallardo, de los laboratorios Almirall, que es amiga mía y una de las grandes fortunas de Barcelona, además de haberse casado recientemente con Manuel Valls. Le dije que iba con un traje muy bonito y me contestó sorprendida: ‘Pues hace 20 años que lo tengo porque nunca me compro nada’. Los más ricos circulan en coches pequeñitos aunque luego tienen unas casas de morirte. De puertas para afuera su máxima es no llamar la atención.

"Como me decía Paco Umbral, los catalanes somos fanfarrones de puertas adentro"

¿Temes situarte en el punto de mira del independentismo con esta ‘reescritura’ de la Barcelona de la posguerra que haces en la novela?
Tengo muy buenas relaciones con los independentistas. Mi hermana es independentista, pero yo no, al igual que ocurre con otras muchas familias. Ellos tienen un sueño y unos ideales que no son los míos, pero es legítimo. No es un delito ser independentista. Lo que rechazo es la violencia, que tampoco les gusta a ellos. Hay pequeños grupos, que hacen mucho ruido y ensucian su legítima reivindicación porque se les mete en el mismo saco a todos. La violencia nos perjudica tanto a independentistas como a no independentistas, a nuestra ciudad y a nuestro país, Cataluña para unos, y otro más grande, España, para los que no somos independentistas.

"Mi hermana es independentista, yo no, pero no es un delito ser independentista"

‘Un perfecto caballero’ explica una relación con el franquismo que desde los sectores más nacionalistas no se ha explicado así, ¿temes represalias por parte de esos sectores más extremistas del independentismo?
He escrito ya 22 libros y éste es el primero que se publica al mismo tiempo en catalán, con apenas un día de diferencia [Edicions 62 publica la edición en catalán]. Estoy súper ilusionada. Además, la presentación a los medios la hice en Barcelona, en el Círculo Ecuestre. Vinieron medios independentistas y entendieron que, para bien o para mal, la sociedad catalana tiene sus luces y sus sombras. Han entendido que yo no estoy tirando piedras sobre mi propio tejado, sino que describo la vida de mis padres y de otros como ellos que se merecen salir en los libros. A mí lo que me fastidia es que mis padres, mis tíos, sus amigos… las personas que vencieron la guerra y perdieron la posguerra, porque no se aprovecharon, no eran suficientemente mangantes o deshonestos, hayan desaparecido de los libros de historia. Ellos existieron y todos venimos de ahí.

El Círculo Ecuestre de Barcelona es uno de los escenarios de la novela, que retrata la relación de la burguesía catalana de la posguerra con el franquismo
El Círculo Ecuestre de Barcelona es uno de los escenarios de la novela, que retrata la relación de la burguesía catalana de la posguerra con el franquismo

"He querido recuperar la historia de personas, como mis padres, que ganaron la guerra y perdieron la posguerra"

Dedicas el libro a tu padre. “A nadie he querido como a ti, papá”. Toda una declaración de intenciones desde el inicio de la que es tu novela más reivindicativa y sentida, tal y como has reconocido. ¿Qué crees que hubiera dicho tu padre?
Me gustaría pensar que mi padre, allá donde esté, pensaría ‘pues mira, esta Pilarica, con gafas, que era tan feucha y no sabíamos qué hacer con ella, al final no lo ha hecho mal del todo’. Pero no sé si le hubiera gustado porque mi padre jamás quiso hablar de la guerra. Murió mayor, a los 96 años, y para entonces yo ya había escrito libros sobre el franquismo. Le preguntaba y siempre levantaba la mano y me decía: “No quiero saber nada, no me preguntes nada”. Pero yo sé que la guerra, estuvo dos años preso esperando que le fusilaran. Tenía dos penas de muerte y nunca pudo recuperarse. Su vida estuvo dividida en dos partes. Hasta los 18 años y después el resto de su vida, que fue distinto por culpa de la guerra. La guerra marcó a toda una generación y ha seguido marcándonos a los descendientes, porque hay una parte de la vida de nuestros padres que nos ha sido hurtada, de la que no se habla. He querido rellenar ese hueco con este libro y se lo ofrezo a mi padre, ‘papá, va por ti’. Pero no sé qué hubiera pensado.

"La guerra marcó a toda una generación y ha seguido marcándonos a los descendientes"

¿Se ha leído ya tu familia la novela? ¿Qué te han dicho?
He recibido mensajes. Mis tíos ya se han muerto, pero viven sus mujeres y una de ellas, de 92 años, me llamó ayer y me dijo que tenía el libro y ‘que sepas que hayas escrito lo que hayas escrito del tío Antonio, sé que lo has hecho con todo el cariño’. Por la mañana había dicho en un programa que no sabía si mis primos iban a darme un beso o una hostia. Mi prima, hija de mi tía María Dolores, la delegada de la Sección Femenina y que es la que más sale en el libro, me envió un mensaje en el que decía: “Esta prima te abraza”. Así que puedo estar tranquila.

A lo largo de la novela aparece la figura del rey en el exilio. ¿Qué representaba la monarquía en esa burguesía complaciente con el franquismo?
El propio Juan de Borbón no sólo se ofreció a venir a luchar a España, sino que llegó hasta Pamplona con la boina roja y la camisa azul. Las tropas de Franco le trasladaron otra vez al extranjero. Franco decía que era monárquico y cuando se dieron cuenta de que no tenía ninguna intención de que volvieran los borbones, se convirtió en antifranquista. Hay unas cartas vergonzosas de Don Juan a Franco en el que le da el tratamiento de Excelencia y habla de sus gestas. Da vergüenza ajena.

Lo que pasa en Cataluña con la monarquía es curioso. Hay mucha fascinación entre la burguesía catalana por los títulos y la aristocracia. Una de las ilusiones ha sido siempre rebuscar entre los antepasados en busca de algún título o la posibilidad de incluir el ‘de’ en el apellido.

¿Sería una especie de contradicción con ese afán de discreción de la burguesía catalana del que hablabas antes?
Sí, todos tenemos nuestras luces y nuestras sombras.

"Leonor será la reina de nuestros hijos y no nos tiene que gustar a nosotros sino a ellos"

Hablando de monarquía y Cataluña, estamos en la antesala del estreno oficial de Leonor como ‘Princesa de Girona’. La Fundación se ha mostrado confiada en que la entrega de los X galardones salga “perfecta. ¿Tienes también esa confianza?
A la princesa le ha ido bien en Asturias, estuvo simpática, se nota que son unas niñas muy educadas y que tienen una buena maestra. Ahora, yo tengo en cuenta que Leonor será la reina de nuestros hijos y no nos tiene que gustar a nosotros sino a ellos. Yo no sé si está conectando con esa generación, no creo que estuvieran preocupados viendo el discurso de Leonor. Tendrían que diseñar alguna estrategia para que estas niñas se acercaran más a los jóvenes con labores solidarias, ecológicas, que supiéramos qué hacen, quiénes son sus amigos… No sabemos nada de ellas. Todo lo que sabemos es de segunda o tercera mano. Si a través de ese plan lograran conectar con los jóvenes, eso daría estabilidad a la monarquía.

"Por nacimiento fui de derechas hasta los 18 años y después una furibunda antifranquista. Corrí delante de los grises y tiré cócteles Molotov"

¿Qué te ha enseñado esta novela?
La equidistancia es una palabra que está infravalorada y se utiliza de forma negativa. La vida me puso en un lugar en el que yo tenía que ser de derechas. Así fue hasta los 18 años. Cuando fui a la Universidad, no sabía que había republicanos, ni que había gente que había perdido una guerra o personas que vivían de manera diferente a como vivíamos nosotros. La vida por mi nacimiento me puso en un lugar y luego mis conocimientos y las amistades que tuve me trasladaron a otro lugar totalmente contrario. Fui una furibunda antifranquista en la Universidad que corrí delante de los grises, tiré cócteles Molotov. Ahora, con los años, he podido alcanzar ese punto medio de distancia. No existe la maldad o la bondad pura. El ser humano tiene la suficiente fuerza para resistirlo todo y tirar adelante. La sociedad catalana ha estado fracturada durante muchos años y al final hemos salido adelante y ahí estamos.