Este 24 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático mientras la Tierra nos da un ultimátum. La necesidad de cuidar la tierra siempre ha estado sobre la mesa, pese a que es ahora cuando más conciencia parece haberse tomado acerca de ello. El hecho guarda relación directa con una juventud que viene pisando fuerte y unas condiciones climáticas sin precedentes, fruto del cambio climático.

Una de las evidencias más recientes de que la situación es crítica ha sido este último verano, cuando se han conocido, al menos en España, temperaturas récord en meses que no les correspondía. Es fácil observar además que están dejando de existir las estaciones intermedias (primavera y otoño) y que, si se atiende a las temperaturas, nos vamos a quedar solamente con el verano y el invierno.

Los datos hablan por sí solos. En este sentido, un informe de la Agencia Meteorológica de la Organización Mundial de la Salud (ONU) alertaba este mismo año de que existe un 50% de posibilidades de que, al menos, en uno de los próximos cinco años la temperatura media anual del planeta rebase en 1,5 grados el límite inferior del Acuerdo de París, tal y como anuncia un informe de la Organización meteorológica mundial (OMM). Estas probabilidades eran prácticamente nulas en 2015.

Otra cifra expone que, casi con total seguridad, uno de los próximos años hasta 2026 será el más cálido desde que se tiene conocimiento. De estas consecuencias se derivan otras como que las épocas venideras sean más secas, especialmente en el suroeste de Europa, América del Norte, así como un aumento notorio de las lluvias en el norte de Europa, Sahel, y zonas de Australia y Brasil. En concreto, entre 2022 y 2026 se darán más lluvias en los trópicos y menos en las zonas subtropicales.

¿Qué puedo hacer yo contra el cambio climático?

Pese a todo, aún se puede revertir la situación. Cada persona es capaz, individualmente, de poner un ladrillo en la barrera que frene la lacra del cambio climático. Es verdad que no tenemos todo el poder, por lo que necesitamos de la actividad institucional y sus esfuerzos. A fin de cuentas, es ella tiene las grandes soluciones y la que, a veces, provoca los mayores problemas. Pero sí hay una serie de pautas que pueden ser complementarias y, aunque parezcan insignificantes, fomentar el cambio de paradigma.

Dentro de casa, la acción contra el este problema guarda bastante relación con la actitud ante el ahorro de energía. Por ello, algunos de los consejos empleados para una cosa pueden servir para la otra. A continuación, algunos fáciles de emprender.

  • Opta por el transporte público y las videoconferencias: Que el transporte público es un baluarte contra el calentamiento global lo sabe todo el mundo, pero no está de más recordarlo. Asimismo, si se puede rescatar algo positivo de la pandemia del coronavirus es que nos enseñó que, en función del trabajo, hay otra manera de realizarlo. Por tanto, priorizar, aunque sea unos días en semana y en el oficio que se pueda, este método, también aporta.
  • Ahorro en los electrodomésticos: Son varias las acciones que se pueden llevar a cabo en este sentido, desde desenchufar el cable del móvil o el ordenador cuando no se utiliza, hasta apagar la televisión cuando no se está viendo. También podemos ahorrar marcando una temperatura tope en calefacción y aire acondicionado, que sea de 22 grados en el primer caso y de 24-25 en el segundo.
  • Reduce el consumo de carne: Nadie emplaza con esta medida al veganismo ni nada por el estilo, pues esa es una decisión muy personal que depende de cada persona. Lo que sí debería ser un compromiso -así lo marca la Cumbre de París- es reducir el consumo de carne. Además, está demostrado que abusar, por ejemplo, de la carne roja puede tener consecuencias en la salud, así que esta medida es un 2x1.
  • Recicla y reutiliza: Muchos comercios optan cada vez más por esta alternativa y lo más raro ha pasado a ser ver bolsas de plástico, también botellas… etc. Pues la máxima de reutilizar se puede extrapolar a todos los ámbitos, desde la comida hasta los materiales.
  • No desperdicies agua: El cambio climático trae aparejado un cambio con respecto a lo que debería ser normal en cada zona del mundo, también dentro de las precipitaciones. Así las cosas, por ejemplo, España ha sufrido este año un descenso del 10% del volumen de agua en su reserva hidrográfica con respecto a la fecha anterior.

Planes del Gobierno contra el cambio climático

Como se ha señalado anteriormente, los pequeños gestos deben venir a reforzar las actuaciones de los Ejecutivos. Por eso, la mayoría de los países cuentan con un plan concreto para hacer frente al calentamiento global, más allá de la legislación a la que obligue un contexto de guerra como es el actual.

Con todo, el Gobierno de España trabaja en el Plan de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030 y participa de acciones que se enmarcan en la conocida como Agenda 2030, que tiene otras líneas de actuación como la pobreza. El Congreso de los Diputados aprobaba, asimismo la ley de cambio climático el año pasado.  En definitiva, la colaboración por parte de todos para alcanzar el bien común es más necesaria que nunca.