El 19 de mayo de 1984, Michael Larson, vendedor de helados y fanático de los concursos, pulverizaba todos los récords del entonces popular programa de la CBS Press Your Luck acumulando más de 100.000 dólares en premios, más del doble que la media habitual del certamen. Los estadounidenses se agolpaban ante el televisor y los realizadores de la cadena no daban crédito a cómo aquel tipo estaba siendo capaz de acertar uno tras otro los paneles en los que participaba. Su victoria marcó un antes y un después en la cadena, que tuvo que cambiar las reglas de su juego. Ni este ni ningún canal volvió a dejar jamás que Larson participara  en ningún concurso. Él se transformó en un adicto al dinero fácil, y acabó sus días perseguido por la justicia por estafador.

¿Una mente brillante o un tipo con suerte?

¿Era de la buena o de la mala esa suerte? ¿Cómo fue capaz Michael Larson de golpear de esa manera al sistema? Javi de Castro, autor revelación del Salón del Cómic de Barcelona 2016, publica ahora, de la mano de Modernito Books, una novela gráfica sobre aquella jugada maestra que desafío a la suerte y al sistema. Con ritmo de thriller y elegante trazo en blanco y negro. Larson había nacido en Ohio como el menor de 4 hermanos, y moriría a finales de los años 90 víctima de un cáncer de garganta y con la policía pisándole los talones. En medio de esos extremos, no solo destacó este logro en Press Your Luck, sino que también urdió múltiples timos a pequeña escala, al verse incapaz de adaptarse a trabajos convencionales. Buscó la lógica de los paneles de Press Your Luck, un programa en el que los concursante se enfrentaban a paneles con casillas que tanto podían albergar premios como ruinas. Los participantes caían en unos u otros, aparentemente, por golpes de suerte, diciendo “stop” en algún momento del recorrido de unas luces por el tablero. Pero Larson buscó un patrón con el que poder determinar cómo parar en las casillas con premio económico. Apiló televisores en su salón para ver, simultáneamente, distintas emisiones del programa, que grababa en VHS en busca de patrones comunes. Y los halló, encontró un par de casillas en las que nunca había un Whammy, la mascota del programa que hacía que el concursante perdiera todo el dinero que llevaba ganado. Memorizó las casillas y practicó en casa, y ya en el plató, sólo falló 4 veces, y, tras 47 "stops", se fue a casa con más de 100.000 dólares en efectivo, un barco y sendos viajes a Bahamas y Kauai. Suerte de la buena.

La CBS trató de arrebatarle el premio

Larson había sido un tramposo, un estafador de poca monta, pero en esta ocasión jugó limpio, había logrado dar con las reglas del azar. La CBS trató de arrebatarle el premio, investigó a fondo su método. Pero no encontró nada que lo inculpara. Lo único que pudieron hacer fue modificar el panel de juego para hacerlo más críptico, y en dos años, Press Your Luck fue cancelado. Larson, por su parte, intentó repetir la carambola el resto de su vida. Sin éxito. Incluso fue víctima de un robo que lo dejó sin dinero, y solo mantuvo la ansiedad de embolsarse dinero a cualquier costa. Suerte de la mala.