La pandemia de coronavirus ha generado importantes cambios en el funcionamiento ordinario de los hospitales, que han tenido que adaptarse a la nueva situación y crear circuitos diferenciados para pacientes Covid y no Covid.

Esta medida se ha puesto en marcha en numerosos centros y servicios. Es el caso del Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid que, incluso, ha implementado ese sistema en sus servicios de pediatría y obstetricia

Tanto en las urgencias, como en el hospital de día y en la hospitalización pediátricas, se han establecido estos dos canales señalizados e identificados con imágenes de los personajes Mario y Luigi. Del mismo modo, se han adaptado los puestos de observación para favorecer el distanciamiento social y se han señalizado las bancadas de espera.

Y a estas actuaciones se suman muchas otras.

Un ‘búnker paritorio’

En el Servicio de Obstetricia y Ginecología, que ha estado siempre abierto, se reestructuró desde el primer momento el paritorio para poner la mitad de las instalaciones a disposición de la epidemia.

En la otra mitad, en lo que eran salas de observación, urgencias, zona de estar de Enfermería y despachos, se dispusieron 12 puestos de hospitalización obstétrica.

Del mismo modo, se creó un ‘búnker paritorio’, promovido por los doctores Juan Miguel Rodríguez Candia y Montserrat González, que se puso en marcha y se decoró en tiempo record gracias también al trabajo y la implicación del equipo de matronas. Así se pudo facilitar el alojamiento conjunto madre-padre-hijo y el inicio de la lactancia materna, desde el ingreso y hasta el alta, evitando el contacto con el resto de los circuitos del centro, y evitando así posibles contagios.

Hospital Infanta Elena

Alta precoz

En la Unidad de Neonatología que también permaneció abierta, por iniciativa del Dr. Weimar García, se configuró un programa de alta precoz para aquellas madres y recién nacidos clínicamente estables que voluntariamente lo aceptaban con el fin de reducir el tiempo de estancia en el hospital. Así, en 24 horas pudieron recibir el alta, teniendo a su disposición una consulta al día siguiente para el control y la realización de las pruebas neonatales pertinentes.

Reorganización de consultas

En Pediatría se reorganizaron y reubicaron las consultas cerca de la entrada del hospital para permitir el movimiento de los niños sin interferir en el necesario distanciamiento social, y se adaptaron las agendas para aumentar los tiempos de consulta, relata el Dr. Enrique la Orden, responsable del servicio.

Separación asientos Hospital Infanta Elena

Servicios no presenciales

De forma paralela a estas medidas se potenciaron los servicios no presenciales: consultas telefónicas, videollamadas, diálogo web, ...

Para ello, el centro contaba ya con una infraestructura digital consolidada mediante el uso del Portal del Paciente, aplicación propia desarrollada para promover la autogestión de la salud de los usuarios y la comunicación bidireccional con el hospital.

“De este modo pudimos mantener el seguimiento de los pacientes sin necesidad de que tuvieran que hacer desplazamientos innecesarios al centro”, subraya el pediatra, que añade, que en los casos en que fue necesaria la consulta presencial “se garantizaron las condiciones de seguridad”,

Contacto con Atención Primaria

Por otro lado, se mantuvo “el contacto permanente con los pediatras de Atención Primaria mediante el uso de e-consultas y correos electrónicos, tanto para ayudar en la resolución de pacientes procedentes del primer nivel asistencial como para agilizar la derivación urgente de pacientes no demorables”, apunta el Dr. De la Orden.

Entre los meses de enero y mayo “se realizaron 1.345 consultas pediátricas no presenciales, 69 e-consultas desde Atención Primaria en un plazo menor a 24-48horas y 205 valoraciones sin paciente presencial”, indica.

Seguridad, calidad asistencial y trato humanizado

En definitiva, la organización del Hospital Universitario Infanta Elena se modificó desde el primer momento para adaptarse a la situación epidemiológica con tres objetivos claros: la prevención en salud y la búsqueda de la máxima calidad asistencial; la optimización de la experiencia del paciente y el trato humanizado ofrecido; y la gestión responsable y eficiente de los recursos sanitarios.

Cabe recordar que Valdemoro fue una de las zonas que antes, y de forma más intensa, resultó afectada por el Covid-19.

“El hospital tuvo que adaptarse a la nueva situación de forma continuada, dados los escenarios tan cambiantes, para garantizar el derecho de accesibilidad a la asistencia en condiciones de igualdad, sin pérdida de la humanización en los cuidados”, recuerda el Dr. De la Orden.

Una iniciativa con premio

Todas estas medidas implementadas han sido reconocidas recientemente como Buena Práctica en el Índice de Humanización de Hospitales Infantiles (IHHI) de la Fundación Atresmedia, una herramienta de autoevaluación que mide, cuantitativa y cualitativamente, el grado de humanización de la asistencia hospitalaria con los pacientes pediátricos.

Asimismo, identifica los puntos fuertes y los susceptibles de mejora en aspectos que inciden en la humanización en base a 41 criterios de evaluación y seis áreas de análisis: Información general, Urgencias, Consultas, Ingreso, Otros Servicios y Unidad de Intervención Especializada.

El hospital de Valdemoro se ha impuesto al resto de centros españoles participantes en esta segunda edición de esta distinción, un total de 120. La mayor parte de estos centros públicos, privados y de gestión mixta, grandes, medianos y pequeños, ha obtenido valores en torno al 50 por ciento o superiores, mientras que el Infanta Elena ha obtenido una puntuación del 67,26.

“Esto es fruto de todo los trabajadores del centro, desde médicos, enfermeras, matronas hasta personal administrativo, de Mantenimiento, Sistemas, Limpieza y Cocina, entre otros”, recuerdan el responsable de Pediatría.

Sin embargo, ya hay aspiraciones de cara al futuro, ya que entre las oportunidades de mejora señaladas en el informe de este año figuran aspectos como la formación en humanización para los profesionales sanitarios, la atención psicológica para niños y adolescentes ingresados, programas anti-estrés para pequeños pacientes, sus familiares y los profesionales, unidades específicas para adolescentes, unidades de dolor, y unidades de Cuidados Paliativos.