Una gran tormenta solar geomagnética impactará en la Tierra en la noche de este lunes, según alerta el Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) de EE. UU. En la predicción, la agencia dijo que las tormentas geomagnéticas podrían alcanzar una fuerza G2 “moderada” y G3, calificada como “fuerte”. Sin embargo, el pasado domingo, el SWPC advirtió que la tormenta había alcanzado condiciones G4, consideradas como “graves”. Esas condiciones podrían cambiar en la noche de este mismo lunes, dijo la agencia en una actualización del domingo por la noche.
Una eyección de masa coronal, o CME, es una explosión de plasma y material magnético del sol que puede llegar a la Tierra en tan solo 15 a 18 horas, explica la NOAA. Según la NASA, las CME pueden crear corrientes en los campos magnéticos de la Tierra que envían partículas a los polos norte y sur. Cuando esas partículas interactúan con el oxígeno y el nitrógeno, pueden crear las conocidas auroras borales en ambos hemisferios.
“Es esencialmente el Sol disparando un imán al espacio”, certificó a ‘Nexstar’ Bill Murtagh, coordinador del programa SWPC y pronosticador experimentado del clima espacial. “Ese imán impacta el campo magnético de la Tierra y obtenemos esta gran interacción”, informan medios estadounidenses y británicos.
Esa interacción se conoce como tormenta geotérmica, cuya fuerza afectará qué tan al sur serán visibles para medir la fuerza de las tormentas geomagnéticas, de forma muy parecida a como los meteorólogos utilizan escalas para tornados y huracanes, entre otras catástrofes naturales.
La escala de tormenta geomagnética oscila entre G1 y G5. En el extremo más bajo está G1, descrita como tormentas menores que pueden hacer que la aurora sea visible en Maine y la Península Superior de Michigan. Una tormenta G5, descrita como extrema, podría enviar la aurora boreal hasta Florida y el sur de Texas, en Estados Unidos.
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— Keith Strong (@drkstrong) March 24, 2024
Las tormentas geomagnéticas también pueden afectar a la navegación de comunicaciones y señales de radio. Una tormenta G1 puede tener impactos menores en la red eléctrica, las operaciones de los satélites y los animales migratorios. Una tormenta mucho más grande puede destruir satélites, comunicaciones y redes eléctricas.
La tormenta G4 observada este domingo y que se considera “grave”, señala el SWPC, y afirma que una tormenta de este calibre es “una perturbación importante en el campo magnético de la Tierra”, sin embargo, según la agencia, “El público no debe anticipar impactos adversos y no es necesaria ninguna acción, pero debe mantenerse adecuadamente informado sobre la progresión de la tormenta visitando nuestra página web”, dijo el SWPC”.
“Los funcionarios también señalaron que puede haber problemas de control de voltaje cada vez mayores y más frecuentes que son “normalmente mitigables”, una mayor probabilidad de que se produzcan anomalías o efectos en las operaciones de los satélites.
Sabemos que llega una tormenta solar, pero... ¿Qué es realmente?
Las tormentas solares o geomagnéticas son fenómenos posteriores a la aparición de manchas solares, que se originan por una mayor emisión de viento solar o por las eyecciones de ‘masa coral’, nubes de plasma solar causadas por las llamaradas más grandes que despide el astro.
Aunque estas llamaradas solares pueden ocurrir varias veces a lo largo de un mismo día, sus efectos apenas se notan en nuestro planeta. No obstante, si estas expulsiones gigantes de sol son lo suficiente intensas, sí que se pueden producir alteraciones en la magnetosfera.
Evento Carrington
La tormenta solar más conocida tuvo lugar entre el 1 y el 2 de septiembre de 1959 y fue bautizada como ‘Evento Carrington’ por el astrónomo Richard Carrington, testigo del episodio y primero en comprender la naturaleza del mismo. Durante la fase precursora y sucesiva al impulso de las tormentas solares, se emiten grandes cantidades de rayos X, que tardan entre horas y días en llegar a nuestro planeta. Esta energía da lugar a auroras, que en casos como el de 1859, son apreciables mucho más allá de la zona de los polos. De hecho, durante el Evento Carrington pudieron observarse estas auroras incluso desde Colombia, un país muy próximo al ecuador terrestre.
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