Las enfermedades neurológicas han aumentado fruto del envejecimiento poblacional, hasta el punto de que en los últimos 35 años el volumen total de discapacidad y muertes prematuras causadas por estas patologías ha crecido más de un 18%.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la cifra de personas en el mundo que sufre enfermedades neurológicas supera los 3.000 millones. Estas son responsables de una de cada seis muertes y la principal causa de años vividos con discapacidad. 
 
En España, el número de afectados ronda los 23 millones entre casos de ictus, epilepsia, Alzheimer, Parkinson, esclerosis múltiple, ELA y cefaleas.

Así lo confirma la Sociedad Española de Neurología (SEN), que advierte de que muchas de ellas pueden evitarse cuidando nuestro cerebro a lo largo de toda nuestra vida. 

 "La salud cerebral de cada persona empieza incluso antes del nacimiento. Cada etapa de la vida es una oportunidad para cuidar y fortalecer nuestro cerebro", recalca el Dr. Jesús Porta-Etessam, Presidente de la SEN.

Coincidiendo con la celebración esta semana del Día Mundial del Cerebro, la Sociedad Española de Neurología ha desarrollado una campaña bajo el lema 'Salud cerebral para todas las edades' insistiendo en la necesidad de priorizar el cuidado del cerebro desde la preconcepción hasta la vejez.  

"Es fundamental adoptar hábitos y políticas que favorezcan la salud cerebral para todos, en todas las edades", recalca este especialista, que insiste en que "nunca es tarde". 

Cuidados desde antes de nacer 

De este modo, para cada una de las etapas de la vida, los neurólogos dan una serie de recomendaciones. Durante la preconcepción, asegura Porta-Etessam, los hábitos de los padres juegan un papel fundamental, porque pueden influir directamente en el desarrollo cerebral del bebé. Es por esto que es importante que sean "saludables". "Han de seguir una buena alimentacion y controles médicos adecuados", sugiere.

En el embarazo, es el bienestar físico y emocional de la madre el que va a marcar que el crecimiento cerebral del bebé sea saludable."El cuidado prenatal, una nutrición adecuada y el manejo del estrés ayudan a proteger, tanto a la madre como al bebé", subraya este especialista.

La infancia, principalmente, los primeros años  es clave para el aprendizaje, el crecimiento emocional y el desarrollo social. Por esta razón para esta etapa la SEN recomienda fomentar entornos seguros, cumplir con la vacunación y apostar por una crianza positiva. "Todo esto forma una base sólida para la salud cerebral a lo largo de la vida", explican.

Ya en la edad adulta se debe mantener un estilo de vida equilibrado, que combine una alimentación saludable, con el ejercicio y el control del estrés. Estos tres factores mantienen el cerebro sano y reducen el riesgo de muchas enfermedades neurológicas", sostienen desde esta sociedad médica. 

En la última etapa de la vida, los chequeos regulares son determinantes para la detección temprana de enfermedades neurológicas. Del mismo modo, en la vejez es crucial mantenerse social y mentalmente activo ya que esto "contribuye a preservar la independencia y la calidad de vida", recalcan.

Claves para mantener un cerebro sano

Todos los expertos coinciden en señalar que la prevención es la mejor manera de reducir el impacto de las enfermedades neurológicas. "Hoy sabemos que hasta el 90% de los casos de ictus y el 40% de los casos de Alzheimer podrían evitarse cuidando adecuadamente nuestro cerebro", destaca el Dr. Jesús Porta-Etessam. Esto hace fundamental "apostar, tanto por la prevención primaria, adoptando estilos de vida saludables, evitando factores de riesgo como el tabaquismo y la inactividad física, y promoviendo la educación sanitaria desde edades tempranas; como por la prevención secundaria, fomentando la detección temprana y el tratamiento oportuno de las enfermedades neurológicas mediante revisiones y el acceso adecuado a los servicios sanitarios", desarrolla. 

La Sociedad Española de Neurología cuenta con un décalogo para mantener el cerebro sano que comprende las siguientes pautas: 

1. Realizar actividades que estimulen la actividad cerebral y te mantengan cognitivamente activo como leer, escribir, participar en juegos de mesa, realizar actividades manuales, completar crucigramas, etc

2. Evitar el sobrepeso y realizar algún tipo de actividad física de forma regular, bien mediante la práctica de algún deporte o realizando uno o dos paseos diarios de al menos 30 minutos. 

3. Evitar los tóxicos como el alcohol, el tabaco, la contaminación ambiental y cualquier tipo de drogas. 

4. Controlar otros factores de riesgo cardiovascular como tension arterial, la diabetes o la hiperglucemia.La hipertensión es el principal factor de riesgo de muchas enfermedades neurológicas. 

5. Potenciar las relaciones sociales y afectivas, evitando la incomunicación y el aislamiento social, factores de riesgo de deterioro cognitivo futuro.

6. Seguir una dieta equilbrada, evitando el exceso de grasas animales, azúcar, sal y alimentos ultraprocesados.

7. Dormir 8 horas diarias. Un sueño de calidad es fundamental para la salud del cerebro. 

8. Usar con moderación internet, pantallas digitales y redes sociales. Su uso excesivo reduce la capacidad de concentración, atención y aprendizaje; y su uso nocturno genera mayor dificultad para conciliar y mantener el sueño.

9. Proteger el cerebro de agresiones físicas del exterior utilizando el cinturón de seguridad y el casco para la prática de cualquier actividad que lo requiera. 

10. Eliminar el estrés de todos los ámbitos de la vida y tratar de mantener una actitud positiva. 

Decálogo de la SEN para mantener un cerebro saludable

Políticas de prevención y educación

Pero la prevención no solo ha de hacerse a nivel personal. Desde la SEN hacen énfasis en la necesidad de llevar a cabo políticas centradas en este aspecto y en la "educación en salud cerebral",  sobre todo, en aquella parte de la sociedad con menos recursos, "donde la brecha en atención neurológica aún es alarmante", reconocen. 

Un problema de salud pública 

Las enfermedades neurológicas son a día de hoy una de las principales causas de discapacidad y mortalidad a nivel mundial. Este tipo de patologías es responsable del 44% de la discapacidad por enfermedad crónica y del 14% del total de fallecimientos, principalmente debido al ictus y al Alzheimer", asegura .

Suponen un coste personal y familiar enorme, pero también constituyen un importante reto para el sistema sanitario y la sociedad en general.
 
Por ello, además de fomentar la prevención mediante la adopción de hábitos saludables y mejorar la detección precoz de estos trastornos, educando, tanto a profesionales, como a la población general, es fundamental trabajar sobre otras cuestiones. "Hay que reducir el estigma de esta patologías, garantizar un acceso equitativo a la atención neurológica y a la rehabilitación y promover políticas que fortalezcan los sistemas de salud", concluyen desde la SEN. 
 
"Invertir en salud cerebral es invertir en bienestar y productividad a lo largo de toda la vida. Debemos apostar por sistemas sanitarios más inclusivos, equitativos y preventivos, donde el cuidado del cerebro sea una prioridad desde la infancia hasta la vejez", concluye el Dr. Jesús Porta-Etessam.

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