Sin duda alguna, son muchas las personas que ya han hecho o que han pensado en hacer el Camino de Santiago. No solo porque se trata de una experiencia de esas que te cambian la vida, tanto si eres creyente como si simplemente eres un amante de la naturaleza y de la actividad física. Sino porque sin duda es una de esas cosas que muchas veces solo haces una vez en la vida pero que definitivamente marcan un antes y un después en cada uno. Quizá por el hecho de estar rodeado de paisajes increíbles, quizá por la solitud que a veces acompaña a lo largo de los kilómetros recorridos o puede que por el hecho de compartir historias al lado de otros peregrinos y amigos. Sea como sea, está claro que el Camino tiene algo que engancha.

De hecho, cada vez son más las personas que deciden hacer el Camino de Santiago en bici como una forma diferente de recorrer los kilómetros que nos separan hasta llegar a la Plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela. Una plaza que pondrá fin a nuestra aventura y que nos dejará con numerosos recuerdos en nuestra memoria y con numerosos kilómetros hechos en nuestras piernas.

No obstante, y a pesar de ese número creciente de peregrinos que se deciden por las dos ruedas como la forma de “andar el Camino”, es habitual ver cómo surgen dudas con respecto a qué es lo que hay que tener en cuenta a la hora de subirse a la bicicleta en peregrinaje hacia Santiago de Compostela. En especial entre aquellas personas que si bien son aficionadas al ciclismo y a montar en bicicleta, no disponen de una bici adecuada para la geografía que se encontrarán en el Camino. O bien piensan que no es necesario hacer una preparación previa.

Si bien es cierto que gracias a empresas como Pilgrim podremos tener la seguridad de que tendremos a nuestra disposición tanto un alquiler de bicicletas como otra serie de servicios adicionales para poder realizar perfectamente el Camino de Santiago, si tenemos en cuenta estos consejos, no solo disfrutaremos de la naturaleza y de la experiencia sino que sin duda querremos repetir cuanto antes.

Consejos para hacer el Camino de Santiago: la preparación previa

A pesar de que muchas personas vean el Camino como algo fácil, entre otros motivos porque hay mucha gente que lo hace cada año, no debemos olvidarnos de que supone un esfuerzo físico para el que debemos prepararnos.

En ese sentido, lo ideal es empezar con nuestra preparación física unos meses antes de comenzar nuestro peregrinaje. Además, es aconsejable intentar simular en la medida de lo posible las condiciones que nos encontraremos allí, tanto en lo que respecta al clima como en lo que respecta a la superficie por donde pedalearemos (hay que recordar que no siempre será asfalto sino que habrá tramos por montaña y campo). Sin olvidarnos, claro está, del peso que vayamos a llevar con nosotros en la bicicleta.

Solo así conseguiremos habituar a nuestro cuerpo a lo que se va a encontrar más adelante, evitando de esta manera posibles lesiones y agujetas que no nos permitan disfrutar al máximo de la experiencia.

Otros consejos importantes que no debes olvidar: elige bien el camino y la época del año

Siguiendo con los consejos que debemos tener en cuenta antes de comenzar a hacer el Camino, no podíamos olvidarnos de dos cuestiones que se preguntan muy a menudo los futuros peregrinos: ¿cuál es el mejor mes para hacerlo y qué ruta puedo elegir?

En ese sentido, si bien es cierto que la respuesta a ambas preguntas es tan amplia como personas y gustos hay, sí podemos dar ciertos consejos generales que pueden ayudar a los más indecisos.

De esta manera, lo más habitual es elegir los meses de mayo a septiembre para hacer el Camino, evitando en la medida de lo posible los meses de julio y agosto donde hace mucho más calor y donde será mayor el esfuerzo físico que debamos hacer (además de que puede ser más peligroso por los golpes de calor y por la mala hidratación de algunos peregrinos). Así, no solo evitaremos los meses donde el frío, las lluvias y las nevadas son la característica más habitual sino que podremos disfrutar de una temperatura agradable, de unos paisajes en todo su esplendor y de mayores horas de luz durante nuestros trayectos.

Finalmente, en cuanto al recorrido, si es la primera vez que nos embarcamos en esta aventura, el conocido como Camino Francés sin duda será la mejor alternativa. Entre otros motivos porque es el que más transitado está y el que más equipamiento tiene.