El excomisario José Manuel Villarejo ha asegurado al juez de la Audiencia Nacional Diego de Egea que se reunió con la amiga del rey Juan Carlos, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, como enviado del Estado con el objeto de solucionar los problemas que ella tenía entonces con el ex jefe del Estado.

Villarejo, en prisión desde noviembre por el caso Tándem, ha declarado bajo secreto sobre las conversaciones grabadas entre él y Corinna y durante su comparecencia se ha acogido a su derecho a no declarar ante ciertas preguntas, además de no contestar a los fiscales del caso.

Según fuentes jurídicas, en su declaración ha defendido que él actuó por orden del Estado para intentar solventar ciertos conflictos entre la aristócrata alemana y don Juan Carlos.

Como ya ha hecho en declaraciones anteriores, Villarejo se ha escudado en sus trabajos para el Estado para justificar las grabaciones con Corinna que se encontraron en el registro de la casa del abogado andorrano y exsocio de Villarejo, Rafael Redondo, en prisión provisional junto al excomisario.

Ha comparecido en el marco de la pieza número 5 del caso Villarejo, que abrió el magistrado la semana pasada a partir de un oficio policial analizando esas grabaciones y en la que el juez ha incluido la conversación entre Corinna y el rey emérito publicada el pasado 11 de julio.

La conversación, en la que también se escucha presuntamente al expresidente de Telefónica Juan Villalonga, fue grabada en Londres en 2015 y en ella Corinna afirma que el Rey Juan Carlos tiene cuentas en Suiza y que fue utilizada como testaferro para ocultar su patrimonio en el extranjero.

De Egea investiga a Villarejo por crear una organización criminal para conseguir y vender información confidencial valiéndose de su condición de policía, sin que en la causa conste que tuviera permitido compatibilizar su trabajo como policía con estos negocios para particulares, que le permitieron acumular un patrimonio de más de 20 millones desde hace al menos 25 años.

El juez le había citado a declarar por los audios de Corinna y Villarejo y también para que respondiera a lo que dijo sobre él el comisario Enrique García Castaño, considerado su mano derecha, cuando compareció ante el juez tras ser detenido el pasado 11 de julio.

En este último caso ha alegado asimismo que él trabajaba para el Estado y que usaba su estructura de empresas para estas labores.

Esta no es la primera vez que Villarejo se escuda en estas labores para defenderse ante el juez, ya que el pasado 30 mayo, cuando también fue trasladado desde la cárcel para declarar, afirmó que actuó para el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en una de las vertientes del caso, el "informe King" que elaboró para desprestigiar a uno de los hijos del presidente guineano, Teodoro Obiang.

Precisamente por la publicación de las grabaciones de Corinna y Villarejo, el director del CNI, Félix Sanz Roldán, compareció ayer en la comisión de secretos oficiales del Congreso y dijo que la inteligencia española no ha investigado el patrimonio ni las actividades económicas del Rey Juan Carlos I, ya que ningún Gobierno se lo ha solicitado.

Villarejo pidió ayer declarar por videoconferencia debido a una dolencia que sufre en la espalda, una medida en contra de la cual informó la Fiscalía Anticorrupción.

El juez rechazó su petición y esta mañana ha sido trasladado desde la cárcel de Estremera (Madrid) hasta el tribunal en un furgón de la Guardia Civil escoltado por una ambulancia.