El líder del Partido Popular, Pablo Casado, ha sufrido una de esas semanas horribilis, encadenando derrota política tras derrota. Desde que aterrizó en la cúpula de Génova, su estrategia ha sido clara: oponerse en absolutamente todo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El problema para Casado es que en los últimos días el líder del Ejecutivo ha concatenado varios éxitos en el ámbito internacional mientras Casado ha librado una guerra fratricida y ha sido abandonado por sectores que no esperaba.

Los dolores de cabeza del dirigente popular comenzaron el pasado lunes con la resaca de la manifestación de Colón. No hubo foto con Vox, pero casi que lo hubiera preferido. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se salió del guión e inmiscuyó al rey Felipe VI en los indultos que fragua Sánchez para los presos del procés: “¿Qué va a hacer el Rey de España a partir de ahora? ¿Va a firmar esos indultos? ¿Le van a hacer cómplice de eso?”, preguntó envalentonada Ayuso.

Hasta los medios de comunicación mas afines a la derecha reprocharon a la presidenta autonómica su postura y exigieron una rectificación. El cabreo en Génova era monumental. Quizá la literalidad de la frase no estuviera preparada, pero la idea era premeditada y, desde luego, no contaba con el respaldo de la cúpula del PP.

Así se encargó de manifestarlo Casado durante la presentación de la Convención Nacional que tendrá lugar este otoño: “La responsabilidad [de los indultos] corresponde en exclusiva a Pedro Sánchez y a su Gobierno como establece nuestro sistema político, una monarquía parlamentaria ejercida de forma impecable por su majestad el rey Felipe VI como jefe del Estado”, dijo el pasado 

Ante el revuelo generalizado, Ayuso entonó el mea culpa y rectificó, aunque el martes argumentó que no ha habido rectificación alguna puesto que su postura siempre fue defender la Corona: “Es una absoluta vergüenza que, al Rey de todos los españoles, que es el enemigo a abatir por los independentistas y por aquellos que quieren promover en España una ensoñada República, tenga que firmar semejante documento y que lo haga precisamente la persona que simboliza la unidad y la igualdad de todos los españoles, la persona que lideró y arrojó luz y verdad el 3 de octubre, me sigue pareciendo el mismo sonrojo y bochorno y humillación que el Rey de España tenga que firmarlo”.

Es vox pópuli que la relación entre Casado y Ayuso es ciertamente mejorable, pero hasta el pasado lunes los trapos sucios se lavaban en casa

Sí hubo encuentro con Biden

Toda la plana mayor del PP, con Casado a la cabeza, se mofó y trató de ridiculizar a Pedro Sánchez por el paseo de unos 30 segundos que compartió con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Moncloa generó unas expectativas que luego no se cumplieron, pues se preveía un encuentro de mayor duración y calado.

Sin embargo, no hubo solo una conversación de pasillo entre ambos. Según explicó Exteriores y confirmó la Casa Blanca, no fue solo una conversación de pasillo. La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, explicó que ambos líderes mantuvieron una conversación privada “cuando estuvieron solos sin ministros ni asistentes”.

Este intercambio de impresiones duró unos 30 minutos, según la ministra Arancha González Laya, y se produjo fuera de cámaras y antes de hacerse la foto de familia". “Hablaron y, luego, fueron a un pasillo mientras se acercaban a la sala donde iba a tener lugar la cumbre”, apuntó; extremo que confirmó el equipo de prensa de Biden.

Los Fondos Europeos

Este miércoles España recibía la tan ansiada noticia de que Bruselas aprobaba el Plan de Recuperación elaborado por el Gobierno, por lo que las ayudas del paquete dispuesto por la Unión Europea para atajar la crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus comenzarán a llegar. El primer desembolso tendrá lugar en julio y será de 9.000 millones de euros. Una excelente noticia para el país que, sin embargo, hubo quienes trataron de sabotear.

Mientras España negociaba las condiciones de los fondos europeos en Bruselas, el líder del PP adoptó una postura ofensiva contra Sánchez para desgastar al Gobierno y torpedear los fondos. Maniobró en no pocas ocasiones y de muy distinta forma: se reunió con los 27 embajadores de la Unión Europea en una cita nada habitual y en casa del emisario alemán (buena cuenta de ello dieron las muchas fotografías que posteó en su cuenta de Twitter), se enviaron cartas a Bruselas poniendo en cuestión que el estado de alarma respetara los derechos fundamentales, agitó el fantasma de la desconfianza cuestionando la gestión que harían los socialistas de los 140.000 millones que le corresponderían en los próximos tres años… Pero sus esfuerzos de poco sirvieron. 

Casado se queda solo

Pero si algo ha escocido a buen seguro en Génova ha sido que le dieran la espalda sectores vitales para el partido como son los empresarios y la Iglesia en lo relativo a los indultos. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, valoró positivamente la concesión los indultos si ayuda a que “las cosas se normalicen”, al tiempo que recordó que es potestad del Gobierno concederlos ya que se encuentra dentro del marcho de derecho.

Garamendi argumentó que “si esto acaba en que al final las cosas se normalicen, pues bienvenido sea”. Ha apuntado también que las posiciones maximalistas, más radicales, no son buenas”, defendiendo que “caminar juntos” es bueno.

En la misma tónica se movió el Cercle d’Economía, cuyo vicepresidente, Jordi Gual, justificó "es probable que no resuelvan el problema" de las relaciones entre Cataluña y el resto del Estado, pero "son un inicio del diálogo”: "Son parte de los gestos recíprocos que mencionaba ayer el presidente Faus (en alusión al presidente del Cercle, Javier Faus), que disminuyen el clima de confrontación, que moderan la tensión y acercan, ni que sea mínimamente, unas posiciones que hasta ahora han estado muy, muy alejadas”.

Y a los empresarios se sumaron los obispos. En un comunicado, la Conferencia Episcopal Tarraconense afirmó que ante el contexto social y político en Cataluña, apuestan por la “fuerza que tienen el diálogo y las medidas de gracia en todas las situaciones de conflicto”: ”Creemos que el logro de un recto orden social que permita el desarrollo armónico de toda la sociedad necesita algo más que la aplicación de la ley”.

Es por ello que, según los obispos, "hay que proponer el diálogo siempre como vía efectiva que da respuesta a la esperanza de resolver las divisiones. Si el diálogo es serio, capaz y abierto, y si se admite que dialogar siempre significa renunciar a las propias exigencias para encontrarse en el camino con las renuncias del otro, habrá avances".

Corrupción

Y la guinda del pastel que no podía faltar en el PP: la corrupción. El pasado martes el inspector jefe de la Policía Nacional Manuel Morocho declaró ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón que recibió "presiones" en 2013 del Gobierno de Mariano Rajoy para modificar los informes del caso Gürtel y que, incluso, le ofrecieron ser destinado como agregado de Interior a una embajada, que podía ser en Lisboa, con un salario superior a los 10.000 euros mensuales.