Felipe González ya no es presidente del Gobierno ni tiene ningún cargo del Estado, en consecuencia, dice cosas generales pero no concreta programas. Me voy a atrever a completar esa entrevista con mis propias ideas sobre lo que Felipe González propone.

Un pacto nacional sin un programa y sin unas personas para llevarlo a buen puerto, son ganas de perder el tiempo. Las ofertas de Rajoy hasta ahora son simples comunicaciones discretas con broncas en público y uso sin límites de la mayoría absoluta que tiene en las dos Cámaras. Eso no es lo que necesita España en uno de los momentos más difíciles de su Historia reciente.

No comprendo como, después del 23-F, los partidos encontraron rápidamente coincidencias mientras que, tras la quiebra del sistema financiero, no son capaces de entenderse.

Hace falta un gran acuerdo de partidos e instituciones para reformar el Estado, definir sus prioridades inversoras, limitar sus gastos por sectores y mejorar sus ingresos fiscales atendiendo a las rentas y patrimonios más altos.

¿Que se fugan capitales si se modifica la presión fiscal a los que más tienen? No inmutarse: más inspección, más fiscalía y más advertencias. No hay amnistía para los ladrones y no puede haber amnistía para los defraudadores.

Andamos dando vueltas sobre cómo se arman beneficios penitenciarios para unos terroristas y miramos sin un gesto que se concedan amnistías a unos que robaron a sus conciudadanos. ¿Por qué esas sensibilidades tan distintas con el delito?

Pero, después de acordar un programa, se impone fijar las personas que pueden gestionar este gran pacto. Como bien dice Felipe González en la entrevista que recuerdo aquí, la solución de nuestros problemas pasa porque Europa decida ayudarnos: con las condiciones que sean, pero ayudarnos.

Italia, que desde Maquiavelo nos gana en análisis político europeo, decidió cambiar a un político democráticamente elegido (Berlusconi) por un técnico cínicamente nombrado (Mario Monti). Y las cosas han funcionado hasta el extremo que, Italia, que está peor que España, tiene mejor calificación en su deuda que nuestro país.

En España nunca defenderé una elección como la que hizo Italia, pero sí propongo que, el presidente Rajoy nombre vicepresidente al Comisario europeo, Joaquín Almunia.

Todo dentro de un gran pacto, todo dentro de la democracia más estricta, pero Almunia vicepresidente.

Monti conoce a todo Bruselas, Almunia también; Monti sabe lo que le gustaría que Italia hiciera, Almunia sabe lo que España tendría que hacer; Monti sabe idiomas, Almunia también.

Vienen días muy difíciles para España y para los españoles. Hay que aceptar que necesitamos un pacto de Estado para acometer las reformas. Hay que aceptar que sólo si se conoce Europa se puede ser eficaz.

¿Se os ocurre un vicepresidente del gobierno que diera mejor imagen de España en Bruselas que Joaquín Almunia?

Vamos señor Rajoy acepte nombrar al comisario Almunia vicepresidente del gobierno de España; no se va a arrepentir y los españoles se lo agradecerán muy pronto.

Que esto está muy mal, señor Rajoy; que Felipe González le da unas pistas que pueden ser eficaces; que muchos empezamos a tener miedo de nuestro futuro o del de nuestros hijos; que nadie quiere que pierda usted el valor que tiene una elección con mayoría absoluta. Pero acepte nombrar a Joaquín Almunia vicepresidente del gobierno para asuntos de Economía y Hacienda dentro de un pacto nacional. Ganamos todos. Incluso usted