El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado su comparecencia ante el Congreso de los Diputados de este miércoles para incluir la cuestión del Sáhara Occidental en su discurso sobre el Plan Nacional de respuesta ante las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania. Sánchez ha negado que la postura adoptada por Moncloa recientemente, plegándose al plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007, no es un “giro” sino “un paso más en la resolución del conflicto.

“Reivindico la política real, la prosperidad y la seguridad de nuestro país y de Ceuta y Melilla”, ha insistido; reconociendo que es consciente de que el asunto “ha movido muchas sensibilidades”.

El presidente ha tratado de explicar el contenido de la carta remitida al rey Mohammend VI en la que reconoce los “esfuerzos” de Marruecos para “encontrar una solución” mutuamente aceptable. En este sentido, ha repetido que cree que su plan es la base más “seria, creíble y realista” de un conflicto “que dura 46 años y hay que desencallar”.

Eso sí, ha subrayado que la resolución habrá de enmarcarse en los márgenes de la ONU. Asimismo, ha justificado que la posición de España no es novedosa, puesto que anteriores Gobiernos han mostrado la misma tendencia, y se encuentra alineada con otros países como Francia, Alemania o Estados Unidos.

“No le resto importancia, es un paso adelante. Gobiernos anteriores de distinto signo han entendido siempre su enorme complejidad y les pido que valoren también esa complejidad”, ha sentenciado.

Asimismo, ha reiterado que España apuesta por una solución en el marco de la ONU y mutuamente aceptada por las partes, es decir, por Marruecos y el Frente Polisario y ha confiado en las posibilidades de avanzar en ese sentido tras el nombramiento el pasado octubre del nuevo enviado especial de la ONU para el Sáhara, Staffan de Mistura.