Unidad. Ese ha sido el clamor del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su discurso ante el pleno del Congreso de los Diputados este miércoles. Plan Nacional de respuesta ante las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania, la intervención del mercado energético tras la victoria de la Península Ibérica en el Consejo Europeo, el giro en lo relativo al Sáhara Occidental… Muchos eran los asuntos sobre los que Sánchez debía dar cuenta. Todos ellos espinosos y de consecuencias tan imprevisibles como adversas, pero el líder del Ejecutivo se ha comprometido a dar respuesta a todos los desafíos.

Pedro Sánchez ha admitido que la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus tuvo un impacto económico que aún colea, agravado, a su vez, por “una guerra injustificada” que “solo quiere Vladimir Putin”. “No podemos prometer que no se verá afectada nuestra vida. Lo estamos viendo con el encarecimiento de los precios. Pero nos vamos a desvivir por aplacar los efectos de la guerra y también podemos prometer que vamos a distribuir los sacrificios de forma equilibrada para que las familias más vulnerables no se sientan desatendidas”.

“Una pandemia, un volcán, incendios forestales, una guerra, tormentas de nieve e incluso una tormenta de arena subsahariana han sucedido en estos dos años”, ha lamentado Sánchez, quien ha puesto en valor el Estado de bienestar para afrontar unidos todos y cada uno de los retos. Sin embargo, en este punto, la bancada de la derecha ha interrumpido el discurso del presidente con un molesto murmullo que le ha obligado a parar: “Solo estoy describiendo. Cuando empiecen el turno de réplica no sé qué van a hacer ustedes”. A renglón seguido, se ha preguntado qué más tiene que pasar para aparcar las rencillas y “unir fuerzas” a fin y efecto de “actuar con determinación” y buscando siempre “la máxima unidad”.

De hecho, Sánchez ha agradecido a todos sus predecesores su consejo: “Gracias a Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy por hacer posible la pertenencia de España a la Unión Europea”. Y ha añadido: “Tenemos razones para sentirnos orgullosos porque hemos construido la comunidad cívica más avanzada de la Historia".

Inflación galopante

La situación es compleja y difícil. Así lo ha admitido el presidente, quien ha reconocido que el dato de inflación conocido este miércoles “es malo”. La tasa interanual del IPC se ha situado en el 9,8% este mes de marzo. Pese a que los augurios no son nada halagüeños, ha confiado en que el paquete de medidas aprobado por el Gobierno, así como el acuerdo para limitar el precio del gas, permita “estabilizar su evolución”.

El presidente ha señalado que del 9,8% de alza de precios, el 73% se explica por el desbocado precio de la energía y los alimentos no elaborados y que, además, esto se ha "exacerbado por la guerra de Ucrania".

En todo caso, ha dicho que en el Gobierno están "convencidos" de que el Plan de choque económico, pero especialmente el acuerdo en la Unión Europea para poner un precio de referencia del gas e impedir que fije el resto de generación de electricidad va a "permitir en los próximos tiempos doblegar la curva y estabilizar la evolución del coste de la vida".

Inversión en Defensa

Sánchez también ha defendido el aumento del Presupuesto dedicado a Defensa al 2% del PIB en los próximos años, un anuncio que ya hizo hace dos semanas y que considera “impostergable” a pesar de que sus socios parlamentarios lo han criticado duramente. El presidente ha explicado que la hoja de ruta fijada recoge un aumento progresivo y ha razonado que no responde a una “veleidad militarista”, sino al afán de defender la paz y la democracia.

El giro sobre el Sáhara

Sánchez ha negado que la postura adoptada por Moncloa recientemente con respecto al Sáhara Occidental, plegándose al plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007, no es un “giro” sino “un paso más en la resolución del conflicto.

“Reivindico la política real, la prosperidad y la seguridad de nuestro país y de Ceuta y Melilla”, ha insistido; reconociendo que es consciente de que el asunto “ha movido muchas sensibilidades”.

El presidente ha tratado de explicar el contenido de la carta remitida al rey Mohammend VI en la que reconoce los “esfuerzos” de Marruecos para “encontrar una solución” mutuamente aceptable. En este sentido, ha repetido que cree que su plan es la base más “seria, creíble y realista” de un conflicto “que dura 46 años y hay que desencallar”.

Eso sí, ha subrayado que la resolución habrá de enmarcarse en los márgenes de la ONU. Asimismo, ha justificado que la posición de España no es novedosa, puesto que anteriores Gobiernos han mostrado la misma tendencia, y se encuentra alineada con otros países como Francia, Alemania o Estados Unidos.

“No le resto importancia, es un paso adelante. Gobiernos anteriores de distinto signo han entendido siempre su enorme complejidad y les pido que valoren también esa complejidad”, ha sentenciado.