Gestión frente a "vaticinios apocalípticos" y proyecto de país ante faltadas poco "propositivas". Este ha sido el hilo conductor y el resultado del que ha sido el round 4 entre los pesos pesados de la política nacional. El nuevo cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en el Senado -el cuarto en total y el segundo en lo que va de año 2023- se ha saldado sin temblores inesperados y sin sobresaltos, pero con dos bloques muy diferenciados. Como era de esperar a la luz de la actualidad política de las últimas semanas, el debate que ha acogido este martes la Cámara Alta ha tenido un crudo enfrentamiento entre el presidente del Gobierno y el líder del Partido Popular con el mismo pulso de los últimos encuentros: la política social frente a las encarnadas críticas políticas y los malos augurios en cuanto a lo que a la economía se refiere. Y es que Sánchez ha tomado la delantera con vivienda, Doñana y los buenos datos económicos que está cosechando nuestro país mientras el dirigente popular ha optado por insistir en las okupaciones, el sanchismo y las desavenencias en el seno de la coalición con tono "faltón" y alejado de la "política para adultos" a la que se comprometió con su llegada a Génova.

El que iba a ser un pleno monográfico a petición del propio jefe del Ejecutivo para dar cuenta de la postura de España en la invasión de Ucrania ha acabado siendo un nuevo asalto para contraponer los distintos modelos: el del Gobierno, y por lo tanto del PSOE, con el de Feijóo y las anteriores administraciones del PP. Las sensaciones de unos y otros incluso horas antes del inicio ya parecía evocar cuál iba a ser el devenir anunciado de este encuentro. Los populares han vuelto a reprochar el formato de la cita, donde Sánchez no ha tenido límite de tiempo mientras Feijóo ha hecho dos intervenciones de 15 minutos cada una. Sin embargo, el restringido espacio no le ha valido para poner encima de la mesa propuestas reales, tal y como ha criticado el propio presidente de la coalición tras la primera réplica del dirigente popular. Pero antes, el conductor de Moncloa ha hecho efectivo el plan del PSOE para esta cita, "la gestión por delante". Todo con la aprobación de la primera ley estatal de la vivienda a la vuelta de la esquina este jueves y el escándalo del plan de regadíos de la Junta de Andalucía en el parque natural de Doñana en el centro.

Gestión frente a la "insolvencia o mala fe"

El presidente del Gobierno ha comenzado su turno de palabra realizando un balance sobre las medidas que ha impulsado la Administración central para hacer frente a las consecuencias que está teniendo en toda Europa la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que pasa especialmente por la elevada inflación y el aumento de las presiones a las economías de los españoles. Ante esto, Sánchez ha sacado pecho del "escudo social" que ha puesto en marcha la coalición para ayudar a los ciudadanos ante una situación "excepcional". Unos paquetes de iniciativas que "están funcionando" para atajar los problemas derivados pero que, con todo, no son suficientes. "Sé que no todas las medidas están teniendo la misma eficacia y que no están llegando a todos los que lo necesitan, pero nuestro empeño es seguir haciendo", ha sostenido el también dirigente socialista, que ha puesto el foco en la bajada del aumento de los precios de los alimentos, el crecimiento del PIB y datos que demuestran el buen camino, como es el empleo en "máximos históricos" o los índices de pobreza y desigualdad "en niveles previos a la crisis".

Así, el jefe del Ejecutivo ha resaltado los pasos dados para que España esté saliendo del pozo derivado de la invasión, que ha tenido efectos "en toda la zona euro", gracias a la voluntad de la propia coalición. En este punto, Sánchez ha aprovechado para contraponer la fórmula de esta Administración con los liderados por los anteriores dirigentes de la bancada de la derecha. "Con el PP el Gobierno no estaba y cuando sí era para echarse a llorar", ha dicho Sánchez antes de señalar la privatización de los servicios públicos, los rescates a los bancos o las amnistías a "grandes defraudadores". "El neoliberalismo cree que todo lo que se le puede pedir a un ciudadano es que no moleste, que no entorpezca la persecución de la riqueza", ha dicho para defender un modelo de progreso "distinto" donde la "igualdad de oportunidades sea una realidad". De esta forma, Sánchez ha destinado el primer bloque de su intervención en resaltar las cinco cosas "esenciales" para permitir que "la gente viva mejor": el empleo, la vivienda, los servicios públicos de calidad, un planeta sano y el reto demográfico. Todos unos puntos que Feijóo ha intentado echar por tierra con cifras "manipuladas", lo que ha valido a Sánchez para recuperar su mantra de "insolvencia o mala fe".

Vivienda vs. "la cultura del pelotazo"

En este punto, Sánchez no solo ha reivindicado las cifras históricas en cuanto a paro y empleo, sino que también ha lanzado un anuncio en materia de vivienda en línea con la norma que este mismo jueves va a ver la luz como consecuencia a unas intensas negociaciones y frente a un "fracasado modelo inmobiliario del PP de la cultura del pelotazo". Y es que el líder del PSOE ha informado la puesta en marcha de otros 20.000 inmuebles de promoción pública para el alquiler social que se suman a los ya adelantados en las últimas semanas. "Es mucho más respecto a lo que hizo el PP. 183.000 de titularidad pública para el alquiler", ha sostenido, asegurando que se "multiplica por 115 la acción de los predecesores en un contexto muy distinto". "Hay que convertir la vivienda en un bien de primera necesidad y un derecho y no un problema", ha defendido para reivindicar su objetivo de "dejar atrás el porcentaje sonrojante del 3%" del parque público actual primero para llegar al 9% de la Unión Europea y luego al 20% "de los países más avanzados de Europa". Un anuncio que Feijóo ha tildado de "milagro de los panes y los pisos".

Pero no solo con vivienda ha encontrado un punto de arranque el presidente del Gobierno. Y es que Doñana ha servido como munición para Sánchez contra un Feijóo que ha negado la mayor y ha llegado a asegurar que los planes aprobados por Juan Manuel Moreno Bonilla han sido desarrollados por la anterior legislatura liderada por el PSOE. Pero el líder socialista ha emplazado al popular a forzar al andaluz a dar marcha atrás. "La derecha niega el cambio climático. Hablan de negocio y religión climática e incluso animan a los jóvenes a preguntar si el CO2 es un gas problemático", ha cuestionado con sorna Sánchez, que ha afeado al presidente de PP que "una mayoría no les legitima para saltarse la ley, Europa y cargarse un parque Patrimonio de la Humanidad". "Exigimos la retirada inmediata de este atropello. No hay excusas. Salgan del enroque de soberbia y arrogancia", ha sostenido con contundencia antes de defender la necesidad de combatir el cambio climático como "prioridad" con planes que pasen por la "mitigación y la adaptación". Cabe destacar que tanto el Congreso como Moncloa ha rechazado los planes de la Junta mientras Transición Ecológica ha amenazado con recurrir al Tribunal Constitucional. 

En esta línea, Sánchez también ha recordado el plan hidrológico que ha aprobado el Consejo de ministros para "proteger el agua", uno de los principales problemas tanto presente como futuro de nuestro país ante el "pacto nacional" que pide la derecha. "España ya cuenta con ese acuerdo, ahora necesitamos lo que no vemos en algunas administraciones: lealtad institucional, visión de Estado para cumplir ", ha dicho antes de reprochar que el gobierno central tiene competencias en el agua "en alta" mientras son las comunidades autónomas y los ayuntamientos quienes "en baja" tienen que gestionarla. "Necesitamos que arrimen el hombro", ha manifestado en claro emplazamiento a la cúpula popular a poner en orden la situación emprendida por la Junta de Andalucía mano a mano con la ultraderecha, negacionistas.

Feijóo apunta al "Gobierno roto"

Pero ninguna de estas medidas le ha valido al presidente del PP para poner encima de la mesa otras propuestas. O eso al menos es lo que le ha afeado la propia cabeza de Moncloa desde el estrado del Senado. Y es que Feijóo ha vuelto a incidir en los presuntos agujeros que dice tiene la coalición, insistiendo en el PIB, el empleo, los salarios, "los trenes que no entran por los túneles", el tito berni o la ley del solo sí es sí. "Oírle hablar de economía es como cuando regaló a EH Bildu la comisión de derechos humanos", ha dicho, lo que ha arrebatado los aplausos de toda su bancada. Pero tanto en los primeros 15 minutos como en los segundos de réplica, el líder popular ha optado por meter el dedo en la heridas internas en Moncloa, ya que dice es "un gobierno roto" con el ala de los morados en la mira. Así, ha mencionado el "Podemos 1" y el "Podemos 2", en referencia a las ministras moradas y Yolanda Díaz para evidenciar la ruptura del Ejecutivo. Una ruptura que Sánchez ha negado asegurando que han sacado adelante más de 200 iniciativas e incluso tres Presupuestos Generales del Estado "a pesar y sin el PP".

Pero el popular ha seguido insistiendo en la "deriva autoritaria", el supuesto "desconocimiento" de Sánchez en materia de vivienda e incluso en la forma en la que este ha llegado a Ferraz. "No tiene una agenda como para presumir. Su problema es el yo, es lo único que le mueve. La reforma más urgente e importante es la de derogar el sanchismo", ha dicho antes de percutir en sus críticas en su réplica. "No está a la altura como presidente del Gobierno y como jefe de la oposición de Galicia y Andalucía tampoco", ha dicho ante las denuncias por la trayectoria al frente de la Xunta que le ha dedicado Sánchez y las puntualizaciones por el escándalo de Doñana. Sin embargo, Sánchez ha afeado al dirigente del principal partido de la oposición que "no se alegren de las buenas noticias para España" así como que constantemente intenten "boicotear" sus iniciativas en Europa. Todo mientras aseguran ser europeístas pero desoyen sus dictámenes en Andalucía. Así, ha afeado sus datos "retorcidos" sobre la inflación, la reforma de las pensiones o de los augurios que ha lanzado estas semanas y que incluso la Airef ha tenido que desmentir.