El Gobierno pisa el acelerador en materia de transición energética. El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, rendía cuentas sobre los acuerdos principales de los últimos Consejos de Europa. En este sentido, recordaba que una de las prioridades que emanan de la Agenda Estratégica pasa por el fortalecimiento de la competitividad económica de la Unión Europea. Por ello, el presidente ha anunciado cuatro nuevos programas dotados con más de 2.300 millones de euros para relanzar la carrera de la transición energética en campos como el hidrógeno verde o un programa de apoyo a las renovables en la agricultura, las infraestructuras y pueblos.

Concretamente, el presidente del Gobierno ha desgranado que la inversión en estos programas se orienta al desarrollo e innovación en el ámbito del hidrógeno verde, en reformas de la cadena de valor de las energías renovables, en impulsar las empresas energéticas verdes y apoyar a infraestructuras de generación por zonas urbanas y rurales. Así lo ha expuesto un pedro Sánchez que ha escenificado su renovada apuesta para “reindustrializar Europa, no de cualquier manera, sino de forma sostenible y justa”, sosteniendo que el Viejo Continente se encuentra en una posición de debilidad en comparación trasatlánticos internacionales como China o Estados Unidos.

Sánchez entiende que los europeos no pueden continuar siendo un “continente de ahorradores y consumidores”, pues de esta manera “financiamos productos y economías extranjeras que luego ponen aranceles a nuestra producción, como es el caso de Estados Unidos”. En este sentido, ha percutido en que cada año 300.000 millones de euros de ahorro europeo van a parar al extranjero. “Con nuestros ahorros, lo que estamos haciendo es financiar el crecimiento de otras economías, fundamentalmente de Estados Unidos, luego compramos sus productos, que sus empresas fabrican y financian y finalmente nos imponen aranceles a la explotación de nuestros bienes y servicios”, ha precisado.

El presidente estima que hay que “corregir este error” y reorientar ese dinero de los europeos en inversiones dentro del territorio comunitario, además de atraer industrias al continente que generen nuevos empleos vinculados con la transición ecológica y la transformación digital. Eso sí, ese impulso económico no puede caer en “falsas promesas” del proteccionismo, según ha verbalizado el jefe del Ejecutivo, pero siempre y cuando no destruya el mercado único, se evite una competencia desleal entre los países miembros y se avance en un mercado único de capitales.

"Estamos usando los fondos europeos para modernizar nuestras industrias tradicionales, para traer una nueva generación de factorías y de servicios en clave verde y digital", ha remarcado Sánchez, para destacar a continuación algunos ejemplos de estos servicios verdes y digitales, como la fábrica de baterías eléctricas de Navalmoral de la Mata (Extremadura), la fábrica de componentes para vehículos eléctricos en Motilla del Palancar (Cuenca) o la fábrica de Semidynamics en Barcelona.

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