Se van despejando todas las incógnitas de la ecuación catalana. El presidente del Parlament, Josep Rull, ha celebrado este martes la ronda de contactos con todos los grupos políticos para constatar que el líder del PSC, Salvador Illa, cuenta con los apoyos suficientes para ser investido como nuevo president. Al ratificarlo, el neoconvergente ha propuesto que el pleno para votar al socialista se celebre el próximo jueves, 8 de agosto, y que arranque a las 10:00 horas. Una decisión que está sujeta al ok de la Diputación Permanente, que se reunirá este miércoles para confirmarlo y convocarlo con carácter formal.
La X de la investidura ya está despejada, pero aún falta por resolver el factor Puigdemont. El expresident de la Generalitat está decidido a regresar a Cataluña tras siete años en Waterloo (Bélgica) para participar en el debate de investidura de Illa. Sobre el que fuera Molt Honorable aún recae una orden de detención que, a la postre, es la última bala que queda en la recámara del neoconvergente. Precisamente por este camino transita la estrategia de Junts, que no han mostrado reparo alguno en mostrar sus cartas en público para frenar -o al menos torpedear- la coronación del líder socialista.
El regreso del expresident
Puigdemont canaliza la conversación pública en Cataluña. O mejor dicho su regreso a tierras catalanas. Sus compañeros de partido juegan la mano de su posible detención, aunque repelen que el expresident vuelva a pisar suelo español para ser arrestado. “Si le detienen, pediremos la suspensión del pleno”. Así se manifiestan desde la órbita conservadora, tal y como ha precisado el secretario general de Junts, Jordi Turull, a pocas horas de que Rull anunciara su propuesta para la celebración del debate. Ante las cámaras de TV3, el número dos neoconvergente aprovechaba la ocasión para advertir a Sánchez de que “si mira hacia otro lado”, se replantearán los términos del acuerdo con el PSOE en Madrid.
“Si nuestro referente, nuestro cabeza de cartel, es detenido y no puede participar, pediremos que el pleno no se produzca. Sus derechos políticos se verán anulados”, ha precisado Turull. Una alternativa que no descartan dos de los socios del PSC. Ni los Comuns de Jéssica Albiach ni los republicanos han cerrado la puerta a una eventual suspensión del debate de investidura, aunque el reglamento del Parlament no regule específicamente esta posibilidad. Lo que sí estipula la normativa es que la decisión final recae sobre el responsable de la Cámara.
¿Pleno paralizado?
Los neoconvergentes insisten en que Puigdemont no vuelve a Cataluña para “dejarse detener” sino para “ejercer sus derechos como diputado”. Por este motivo, la líder de los Comuns en el Parlament ha recogido el guante de la paralización del pleno. “No viene de un día, de dos ni de una semana”, señalaba la dirigente de los magentas en una entrevista concedida en Catalunya Ràdio. En términos más llanos, aceptarían el aplazamiento, pero no que fuera sine die, por lo que urgían a fijar una fecha en tal caso.
Mismos términos ha blandido la secretaria general adjunta y portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Marta Vilalta, que valoraba positivamente la opción de postergar el debate. “Seguramente será necesario”, ha deslizado la dirigente soberanista al tiempo que advertía de que la maniobra de Puigdemont no provocará un corrimiento de tierras en los republicanos, que se mantendrán firmes en el sí a Illa.
Vilalta ha subrayado que el apoyo de su grupo es irrevocable, independientemente de lo que suceda con Carles Puigdemont, aunque en caso de arresto destacan que la opción que “coge mucho peso” es la de la suspensión o el aplazamiento. La líder republicana ha subrayado que las instituciones catalanas no pueden estar “sujetas” a los tiempos establecidos por el Tribunal Supremo. Aun considerando que la alternativa óptima sería la postergación del pleno, urgen a reemprenderla lo antes posible. Al mismo tiempo, reclaman a sus otrora socios independentistas que no contribuyan a alimentar la crispación en Cataluña y que contribuyan a la reconstrucción de puentes entre los soberanistas para recuperar la confianza en los ciudadanos y la mayoría política en la Cámara.
La estrategia de Junts
Por su parte, los neoconvergentes guardan con recelo el plan final de Puigdemont para su regreso. No ha trascendido detalle alguno, pero sí airean que el expresident debería “entrar por la puerta del Parlament”. “No daremos ninguna pista, no viene a dejarse detener, viene a ejercer sus derechos como diputado”, ha puntualizado el secretario general de Junts, mientras percutían en su estrategia de presión hacia Moncloa.
Si el Gobierno central se lava las manos en el caso de detención, Junts revisará los términos del acuerdo de investidura de Sánchez. Turull considera que el acercamiento de los socialistas a los republicanos comporta un “cambio de relato” entre PSC y ERC que si finalmente asumen en Ferraz y hay un arresto de Puigdemont, la relación entra en un terreno ignoto. Asimismo, ha insistido en el señalamiento a los republicanos, acusando a la formación que dirige Marta Rovira de tener “problemas de comprensión lectora” si interpretan que les responsabilizan del arresto del expresident, por lo que ha rechazado pedir disculpas o dar marcha atrás, como exigen desde la fuerza soberanista.