Los países más vulnerables han denunciado una financiación insuficiente contra el cambio climático desde que los países más desarrollados adquiriesen el compromiso de movilizar 100.000 millones de dólares al año a partir de 2020 para intentar frenar esta amenaza mundial. Para comprender la urgencia de este fenómeno, durante casi dos semanas la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebra su cumbre sobre el clima número 27 para hacer frente a los efectos de un calentamiento global desbocado, como la reparación de las pérdidas y daños pero también métodos para la transición hacia un sistema económico ecológico.

En la ciudad egipcia de Sharm el Sheij es donde este evento ha reunido a la mayoría de los países, con la notable ausencia de algunas potencias en emisiones de CO2 como China o Rusia. Los más vulnerables, apoyados por la ONU, han aprovechado esta cumbre internacional para reclamar a los más desarrollados que cumplan con la financiación establecida en otra de las citas anteriores, la celebrada en Copenhague en 2009, ya que en 2020 solo recibieron 83.300 millones de dólares y no llegaron a alcanzar el objetivo de aquellos 100.000 millones, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Además, estos países en desarrollo también han pedido medidas concretas para transformar sus economías y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con unos fondos económicos financiados por los países más ricos que les permitan combatir los impactos del calentamiento global. Estos últimos han sido objeto de estudio por parte del grupo de análisis británico Carbon Brief para calcular sus responsabilidades con respecto al cambio climático mientras las naciones en vías de desarrollo ejercen presión para la creación de un mecanismo de compensación que ayude a las zonas más vulnerables.

Estados Unidos, el país que menos aporta

Los países incluidos en el anexo segundo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se firmó en 1992 representan las zonas más ricas que deben colaborar económicamente con el resto por ser las responsables históricas del cambio climático. Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Australia, Japón, Nueva Zelanda y Noruega, además de todos los miembros de la Unión Europea, son los países que deben aportar la cifra mencionada anteriormente, los 100.000 millones de dólares anuales que se acordaron en 2009 para su pago a partir de 2020.

En la tabla de los países que menos han aportado con respecto a este compromiso, Estados Unidos la encabeza con un objetivo de contribución fijado en 39.900 millones de dólares, pero “solo entregó el 19% de lo que le correspondería” en 2020, es decir, 7.600 millones de dólares. Esta cifra, tal y como reflejan los últimos datos disponibles, se ubica en un año en el que el entonces presidente Donald Trump ordenó la salida del país norteamericano del Acuerdo de París y redujo drásticamente la ayuda climática internacional.

Según este mismo estudio, Canadá también se quedó corta en la financiación, ya que únicamente movilizó el 37% de la “cuota justa” que le correspondería. Tampoco Australia cumplió con el objetivo al quedarse en el 38% y, por su parte, el Reino Unido solo movilizó el 76% de la misma. Mientras tanto, Alemania, Francia y Japón sí que contribuyeron proporcionalmente con más dinero respecto a su responsabilidad histórica sobre el cambio climático. Hay que señalar que, según la entidad investigadora, una parte importante de la financiación para frenar esta amenaza global es en forma de préstamos y no subvenciones.