Por enésima vez comienza la Cumbre del Clima, la COP 27 este año. La última ubicación escogida ha sido la localidad de Sharm-El Sheik, en Egipto, donde alrededor de 200 países reunirán a representantes de Gobiernos, instituciones, sector privado y sociedad civil. Desde el 6 de noviembre hasta el próximo día 18, esta cumbre tendrá como principal objetivo buscar la mejor estrategia para hacer frente a los peores efectos del cambio climático, en un difícil contexto diplomático internacional.

Desertificación y transición energética, los pilares españoles

Será durante las dos primeras jornadas, de los días 7 y 8 de noviembre, cuando los líderes mundiales, jefes de Estado y de Gobierno, como el presidente Pedro Sánchez, arrancarán la cumbre con un evento para anunciar dos semanas de negociaciones para plantar cara a la emergencia climática. Durante esta fase del encuentro, los distintos países se encargarán de defender iniciativas concretas para abordar diversas temáticas que asolan al planeta. En este marco, España lidera, junto a Senegal, una propuesta para hacer frente a la desertificación. Un acuerdo que pretende “proporcionar una respuesta global más coordinada, colaborativa y eficaz que ayude a desarrollar la resiliencia a la sequía a nivel local, regional y nacional”, según fuentes del gobierno.

Esta iniciativa pretende responder a las previsiones que estiman que en 2050 las sequías afectarán a más de tres cuartas partes de la población mundial. También a los datos que reflejan que el Cuerno de África se enfrenta a su peor sequía desde 1981, así como a las cifras que señalan que es el tercer año más seco en España desde hace más de 60 años (cuando comenzó a haber registros).

Según fuentes de la Oficina Española de Cambio Climático del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, el gobierno de España confía en que esta iniciativa será apoyada por un amplio número de países, en especial de naciones africanas. Más si se tiene en cuenta que la COP 27 de Egipto tendrá un claro acento africano y que se centrará especialmente en aspectos como la adaptación, los mecanismos de pérdidas y daños asociados a los impactos del cambio climático, así como la agenda de financiación climática.

Otra de las mesas en las que España tendrá gran protagonismo será en la destinada a una transición energética justa. En este sentido, fuentes de Moncloa han asegurado que el rol de nuestro país en dicha mesa redonda se debe a la experiencia de España en el proceso del cierre de las minas de carbón, un paso que ha sido observado a nivel global como un proceso de buenas prácticas en materia de descarbonización. Así, Pedro Sánchez participará junto al secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, en una iniciativa de ese país junto a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Noruega dirigida a descarbonizar el transporte marítimo.

Rusia y China, las esperadas ausencias

La COP 27 se celebra en un contexto internacional muy marcado por la invasión de Rusia sobre Ucrania, que ha desencadenado una crisis energética y otra alimentaria a escala global, dos cuestiones que incluso podrían llegar a influir en las negociaciones.

Uno de los objetivos tanto de España como de la Unión Europea en este encuentro global es potenciar una imagen de unidad, para mostrar a la comunidad internacional que aunque el escenario actual, sacudido por la guerra en Ucrania y las amenazas de Putin, ha obligado a algunos países a utilizar de forma temporal gas o carbón, eso no aumentará las emisiones de gases de efecto invernadero de los Veintisiete.

Sin embargo, figuras como la del presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, ya se han encargado de rebajar expectativas, señalando que lo esperado de la cumbre es que se salde sin acuerdos significativos, ya que hay serias dudas sobre una posible colaboración de Rusia y China para alcanzar cualquier tipo de pacto dado el actual tablero geopolítico. Sin ir más lejos, dos de los destacados ausentes a la COP 27 son el presidente ruso, Vladimir Putin, y el líder chino, Xi Jinping, un hecho que, por otra parte, a nadie le resulta sorprendente.

Así, a pesar de que el lema de la COP 27 es Juntos por la implantación y de que la concentración busca aunar la acción internacional, también la ministra española para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, admitía este lunes en una entrevista con Europa Press que será la cumbre "de la confianza", ya que será "complicada" por la dificultad de "una muy buena parte del mundo” de mantener esa confianza, compromiso (o incluso interés) en las soluciones al cambio climático.