Un calor insólito asola una gran parte de Europa con temperaturas de récord en pleno invierno y previsiblemente hasta mediados de enero en países como Dinamarca, República Checa, Bielorrusia y también España. Este aumento desproporcionado de los termómetros no se considera técnicamente una ola de calor, ya que este fenómeno solo se circunscribe al verano por, entre otros aspectos, no conllevar restricciones en el consumo de agua, disparar el consumo de aire acondicionado o incluso provocar la muerte de personas socioeconómicamente vulnerables.

Por ejemplo, el último día del pasado año, el 31 de diciembre de 2022, se registraron hasta 8 grados centígrados por encima de la media en Francia. De la misma forma, en el caso de una de las localidades situadas más al norte en España, Bilbao, los termómetros sobrepasaron en siete décimas la temperatura del año anterior y alcanzaron los 25,1 ºC.

También ocurrió lo mismo en otras zonas de Europa, como Alemania, donde una estación meteorológica ubicada en Berlín registró en el mismo día hasta 17,9 grados centígrados. Mientras, en la capital de Polonia, Varsovia, comenzaban el nuevo año 2023 con 19 ºC, es decir, más de 5 puntos más que la temperatura máxima más alta registrada en la ciudad en este mes de enero.

Bilbao, como Lanzarote en Navidad

Sobre estas cifras de récord ante un calor insólito en Europa y también en España se ha pronunciado Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología de España (AEMET), en unas declaraciones recogidas por El País: “Es muy llamativo y nada normal que países que están a latitudes mucho más altas y más cercanos a una fuente de frío, como es Siberia, estén registrando temperaturas de récord similares a los de Madrid para enero”.

“Es como si en Madrid hubiésemos tenido 25 ºC, algo absolutamente insólito porque en la capital española el récord mensual está en 19,8”, ha explicado el meteorólogo al mencionado diario y ha emplazado a “hacer un análisis exhaustivo de lo ocurrido ahora” ante la gravedad de un fenómeno que la comunidad científica achaca al cambio climático.

De hecho, Del Campo ha alertado de que “los récords, por su propia naturaleza, se baten habitualmente por décimas y rara vez, pero en las últimas décadas se está observando un vertiginoso aumento y por una mayor contundencia”: “Una cosa es ganar por un grado y otra, una goleada de cinco”. “Es similar a lo que pasó en el verano de 2021 en Canadá y en el noroeste de Estados Unidos, cuando se tumbaron los récords por cuatro y cinco grados”, ha contextualizado el científico para recordar que estos peligrosos acontecimientos se vienen intensificando desde hace varios años en todo el mundo.

Ocho países europeos baten récords de calor

El insólito aumento de las temperaturas ha llevado a ocho países europeos a batir récords de calor. Este 1 de enero, los termómetros registraron sus marcas más altas para un mes de enero en territorios a lo largo y ancho de todo el continente. Según el portal web especializado en meteorología Géoclimat, en Polonia se alcanzaron unos inusuales 19 grados centígrados; en Dinamarca llegaron a los 12,6 ºC; Países Bajos registró hasta 16,9 ºC; República Checa ascendió hasta los 19,6 ºC; Bielorrusia, con 16,4ºC; Lituania, 14,9 º; en Letonia, hasta 11,1 ºC; y Liechtenstein, 20ºC.

En palabras del portavoz de la AEMET, la causa de estos récords en altas temperaturas en Europa se debe a la “entrada de una masa de aire subtropical muy cálido que subió hasta latitudes muy altas del continente europeo, impulsada por vientos de componente sur”. Pero no por ello Del Campo ha desligado este hecho al cambio climático, sino que lo vincula directamente a él, ya que “la atmósfera está dopada por gases de efecto invernadero”.

“No solo están subiendo las temperaturas medias, también están cambiando los patrones atmosféricos que hacen que las olas de calor sean cada vez más potentes y frecuentes”, ha detallado el meteorólogo. Esto representa una advertencia para las sociedades internacionales, ya que nos encontramos ante los efectos nocivos de un cambio climático a escala global que cada vez se agravan más con el paso del tiempo, tal y como afirma el mismo científico de la AEMET: “Lo que antes era calor ahora es ola de calor, y lo que era ola de calor, ahora es ola de calor extrema”.