Carlos Mazón ha dimitido. El president de la Generalitat Valenciana, hasta hace escasos minutos, no ha aguantado el avivamiento de la presión tras el funeral de Estada por las víctimas de la DANA, celebrado el pasado miércoles en el marco del primer aniversario, y ha anunciado este lunes que abandona sus responsabilidades en la administración autonómica. El Partido Popular (PP) había decidido soltar la mano del principal señalado por la gestión de la catástrofe, después de arroparle y aplaudirle durante un año, y el alicantino ha terminado por desistir.
La Declaración Institucional con la que ha anunciado su marcha ha sido indecente. “No voy a poner excusas”, ha repetido en más de una ocasión, pese a que ha dedicado los 25 minutos de discurso para insultar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y extender nuevamente los bulos con los que busca eludir sus responsabilidades, pensando en su más que previsible citación judicial, y señalar a organismos como la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Ni una sola asunción de responsabilidades concreta.
Tampoco ha considerado conveniente aclarar dónde estuvo a lo largo de la tarde del 29 de octubre de 2024, qué sucedió dentro de El Ventorro, por qué no atendió las llamadas telefónicas o cuál fue su papel en el CECOPI y en el envío del ES-Alert. Si bien ha tenido tiempo de sobra para defender que la culpa de la nefasta gestión corresponde en su totalidad al Ejecutivo central, a la “mala persona” que lo lidera y a cualquiera que no estuviese de comilona cuando ya había muertos en municipios valencianos.
La comparecencia ha sido un ejercicio de onanismo que no ha hecho más que ofender víctimas, como viene siendo habitual cada vez que el expresident abre la boca. Las asociaciones de familiares no pueden creerse que, hasta en este momento, Mazón se haya limitado a hablar de sí mismo, excusarse y allanar su camino hacia los juzgados. “Sé que el ruido que hay alrededor de mi persona es la excusa perfecta para ocultar la asunción de responsabilidades del Gobierno”, ha cargado el miembro del PP.
Mazón considera que estar de sobremesa mientras se ahogaba gente tan solo es un “error” y culpa a la AEMET, la CHJ y a Sánchez porque las decenas de avisos recibidos durante los días previos y ese mismo día no le parecen suficientes. Sin embargo, a posteriori sí le han debido de parecer suficientes, dada su diferente forma de actuar en momentos de alerta climática que han llegado a después de aquel día. “Tsunami inimaginable”, ha justificado estar en El Ventorro, a la par que ha reclamado a todo el resto de instituciones que se lo imaginasen.
"Sé que el ruido que hay alrededor de mi persona es la excusa perfecta para ocultar la asunción de responsabilidades del Gobierno", ha ahondado, vendiendo su dimisión como un acto de sacrificio, no como una asunción de responsabilidades, e insistiendo en descargar toda la culpa. "Ya no puedo más", ha dicho Mazón, que ha intentado sumar la pena a la ecuación, asegurando que "por voluntad personal habría dimitido hace tiempo porque ha habido momentos insoportables para mí y para mi familia”.
Sigue como diputado para no ser juzgado
Hasta donde se sabe en estos momento, Mazón mantendrá su acta como diputado de Les Corts para no poder ser citado en el juzgado de Catarroja, lo que evidencia que ni si quiera él mismo en su discurso de inocencia. “Espero que cuando baje un poco el ruido la sociedad pueda distinguir entre un hombre que se ha equivocado y una mala persona”, ha diferenciado, queriendo situarse en el papel de víctima, pese a ser la persona que eludió sus responsabilidades, y a Sánchez en el de malo, acusándole de utilizar víctimas.
“Se que cometí errores, pero ninguno fue por cálculo político ni por mala fe: no supimos que el barranco del Poyo se había desbordado ni que había muertos hasta la madrugada", ha defendido. El problema es que en dicha afirmación existen dos falsedades, pues ya se conocía que había fallecidos mucho antes y la propia jefa de meteorología de À Punt, Victòria Rosselló, reconoció que se conocía el peligro de desbordamiento del Poyo. Por este motivo, su plaza fue fulminada de la televisión autonómica. Es más, en el propio CECOPI se habló del Poyo cuando Mazón todavía no había empezado a comer.
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