Había mucha expectación antes de que Pedro Sánchez subiera al atril del Hemiciclo. Este 17 de julio, el presidente del Gobierno ha dado el primer paso para redoblar la apuesta en la lucha contra los bulos que alimentan la “máquina del fango”. Lo ha hecho con unas primeras pinceladas del plan de Acción Democrática, que tiene su germen en el acuerdo entre las principales familias europeas -salvo la ultraderecha-. Este paquete contempla medidas como la actualización de la Ley de Publicidad Institucional, una línea de 100 millones en ayudas a medios de comunicación para la digitalización de los mismo o la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana (Mordaza) que anunciaba Yolanda Díaz y suavizaba el ala socialista del Ejecutivo. Para ello, ha apelado a todos los grupos parlamentarios al “diálogo y apoyo”, como ocurrió en Estrasburgo.

Había mucha expectación antes de que Pedro Sánchez subiera al atril del Hemiciclo. Este 17 de julio, el presidente del Gobierno ha dado el primer paso para redoblar la apuesta en la lucha contra los bulos que alimentan la “máquina del fango”. Lo ha hecho con unas primeras pinceladas del plan de Acción Democrática, que tiene su germen en el acuerdo entre las principales familias europeas -salvo la ultraderecha-. Este paquete contempla medidas como la actualización de la Ley de Publicidad Institucional, una línea de 100 millones en ayudas a medios de comunicación para la digitalización de los mismo o la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana (Mordaza) que anunciaba Yolanda Díaz y suavizaba el ala socialista del Ejecutivo. Para ello, ha apelado a todos los grupos parlamentarios al “diálogo y apoyo”, como ocurrió en Estrasburgo.  

Entre constantes interrupciones de la oposición, Sánchez reivindicaba la “libertad” de los medios de comunicación situándolo como un “pilar esencial” de cualquier democracia que se precie. El presidente del Gobierno considera que hay que garantizar una prensa “libre, independiente y plural”, así como el “derecho de todos los ciudadanos a recibir una información veraz”. Ello se consigue mediante el blindaje ante las amenazas que han existido desde el inicio de los tiempos; “enemigos” que, subidos al tren tecnológico, han cambiado de herramientas para erosionar democracias. Una navaja suiza que tiene las “fake news” o bulos como ariete. “Es un problema que afecta a toda Europa”, ha resumido.

Ante la pandemia de intoxicación informativa que se expande por todo Occidente, Sánchez recuerda que la Comisión Europea urgía a los Veintisiete que adoptaran medidas para blindar la “libertad, la transparencia y el pluralismo” del ecosistema mediático frente a la “desinformación”, la “injerencia extranjera” o el “discurso del odio” que predomina en el escenario virtual y mediático. Siguiendo el designio de Bruselas, Moncloa iniciará una ronda de contactos con todos los grupos parlamentarios para erigir este Plan de Acción que garantice la protección y refortalecimiento de la democracia española con una dosis extra de “transparencia y rendición de cuentas” en ámbitos cruciales como el Poder Ejecutivo, los medios de comunicación y el legislativo.

La primera de estas patas contará con una Estrategia Nacional de Gobierno Abierto, apuntalada con una nueva Ley de Administración Abierta orientada a la ampliación y a la implementación de la “cantidad y calidad” de la información gubernamental. En este sentido, aprovechaba la coyuntura para anunciar la elección de Vitoria-Gastéiz como sede de la novena Cumbre de la Alianza para el Gobierno Abierto. Un hecho que no hace sino “reforzar”, en palabras del presidente, la posición de privilegio de España en materia de transparencia y participación ciudadana. “España es el tercer país de la Unión con más datos en abierto y el quinto de la OCDE; pero queremos ser el primero”, ha precisado.

Medios de comunicación

Los medios de comunicación eran la pata más controvertida del plan de Sánchez, debido a la proliferación de “pseudomedios” que, sin lectores, reciben dinero público para la “fabricación de bulos”. Por ello, Sánchez ha resaltado la “transparencia, pluralidad y responsabilidad del ecosistema informativo”. Precisamente este objetivo es compartido con Bruselas, que ya aprobó en marzo un Reglamento Europeo de Libertad de Medios de Comunicación cuya razón de ser no es sino el establecimiento de “salvaguardas” para despejar las injerencias políticas en las decisiones editoriales, la protección a los periodistas y a sus fuentes, además de garantizar la “libertad y el pluralismo”.

El Reglamento comunitario ya estipula una batería de iniciativas que contaron con el beneplácito de todas las familias del Parlamento Europeo (Socialdemócratas, conservadores y liberales), a excepción de la extrema derecha. “Qué casualidad”, ha ironizado el jefe del Ejecutivo, antes de desgranar algunas de las medidas que contemplan las recetas de Bruselas que orbitan sobre cuatro grandes principios: “Transparencia, independencia, pluralismo y protección”.

En el primer ámbito, el Reglamento estrecha el cerco sobre la “propiedad, la asignación de publicidad institucional y la medición de audiencias” de los medios de comunicación privados. Considera que los ciudadanos “deben conocer las fuentes de financiación de los medios”, incluyendo el nombre de sus accionistas y las cifras de audiencias, sin especificar la temporalidad. En este sentido, pone sobre la mesa topar la financiación que las administraciones públicas dedican a medios para que “ninguno tenga más financiadores públicos que lectores”. Todo ello se englobaría en una actualización de la Ley de Publicidad Institucional, aprobada hace 20 años e inmóvil desde entonces, cuando “se leían más en papel que en pantalla” y en un mundo “sin redes sociales”.

Sánchez busca el blindaje a la independencia editorial de los medios de comunicación, así como la protección a los derechos de los trabajadores mediáticos para eludir las presiones del mundo político y empresarial, concretamente “los profesionales de la información”. Sin ahondar en iniciativas concretas, esbozó que el Plan debe contemplar mecanismos de defensa del pluralismo y la competencia para “evitar la concentración de medios en pocas manos”; además de un refortalecimiento de la protección que afiance “los derechos de los medios y los consumidores frente a grandes plataformas digitales”.

Ayudas a medios

De manera adicional, Sánchez apuesta por redoblar las líneas de ayuda para que los medios de comunicación continúen en su carrera a la “digitalización” de manera independiente y “segura”. Para ello, ha anunciado la puesta en marcha de un paquete de 100 millones de euros destinadas exclusivamente a este ámbito para los medios que “lo necesiten”. El objetivo pasa por facilitar el desarrollo de herramientas que mejoren su productividad y calidad informativa, además de apuntalar las barreras contra un ciberataque.

El plan también contará con un reforzamiento de los derechos al honor y a la rectificación de la ciudadanía, además de una “nueva reforma” de la Ley Mordaza en lo relativo a la libertad de expresión, en “coherencia” con la Constitución Española.  Todas estas iniciativas parten de la inspiración europea, pero también riman en consonante con la Ley fundamental española, además de reforzar la “transparencia de nuestra democracia y responden al sentido común”.

Medidas para el Legislativo y el sistema electoral

El jefe del Ejecutivo considera imperativa una reforma de los Reglamentos tanto del Congreso como del Senado que “endurezcan” las sanciones a diputados y senadores que “no presenten su declaración de bienes y actividades, o que lo hagan con información falsa o incompleta”. Además, pone sobre la mesa una reforma de la Ley Electoral con el “doble objetivo” de delimitar la “obligatoriedad” de celebrar debates electorales entre los candidatos en “los medios de comunicación” y una modificación de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) para que todas las encuestas que se publiquen contemplen “microdatos y metodología” de estimación de los resultados; una idea sobre la que ha reflexionado Sánchez en diversas intervenciones.

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