Se hizo querer al principio el primer presidente negro en llegar a la Casa Blanca y que ahora, casi ocho años después, hace su primer desembarco en la España castigada con la privación de la visita del líder máximo por haber retirado sus tropas de Irak. Aquel contraste sugería cambios esperanzadores en un país que soportaba guerras lejanas mal gestionadas y una ignominia cercana llamada Guantánamo, nuevas ilusiones que en el momento de su toma de posesión le otorgaban hasta un 78% de popularidad, según Gallup, y que en mayo de este año aún se situaba en el 51%. Un magnífico legado para los demócratas, por cierto, de cara a las elecciones de noviembre.

A cuatro meses vista de esos comicios llega el momento de analizar una legislatura en la que habido motivos tanto para amar como para odiar a Barak Obama.

1.- Guantánamo: Empezando por la parte oscura, un buen primer motivo para llevarse mal con él es no haber cerrado un penal en el que todavía hay presos que ni tienen cargos ni han sido sometidos a juicio. Aunque ha prometido que seguirá intentándolo hasta el final de su mandato, el 20 de enero de 2017, todo indica que va a ser imposible superar el rechazo del Congreso a su plan de cierre.

2.- Afganistán: Fue el primer zarpazo del presidente Bush tras el 11-S y, quince años después, Obama ha tenido que rectificar su promesa de cerrar totalmente la campaña antes de concluir su mandato. Cuando salga de la Casa Blanca todavía quedarán en ese país 8.400 soldados estadounidenses, varios miles más de lo previsto. En Irak, la guerra contra Al Qaeda con fuerzas sobre el terreno se ha transformado en un espectáculo teledirigido desde lugares seguros en territorio norteamericano contra el denominado Estado Islámico. Los drones no siempre atinan bien.

3.- Siria: Más guerra y un buen tercer motivo en contra de Obama: Los errores del pasado y la ausencia de una estrategia clara por parte de Estados Unidos han contribuido al mayor desastre humanitario desde la segunda Guerra Mundial. Inacabable y con consecuencias desastrosas para la credibilidad de Europa como baluarte de los derechos humanos.

4.- Racismo y desigualdad: El cuarto motivo contra Obama conduce directamente a los sucesos de Dallas y a un creciente racismo basado en la enorme desigualdad que sufre el país. Un primer aviso se produjo hace ahora dos años con la muerte por un policía blanco del joven Michael Brown en Ferguson, una localidad próxima a San Luis en la que tres de cuatro casas llegaron a ser embargadas como consecuencia de la crisis.    

5.- Inmigración: En cuestión de inmigración, otra de sus promesas, aparece un quinto motivo. Obama pasará a la historia para algunos como el "deportador en jefe". Dos millones y medio de personas han sido deportadas durante su mandato, lo cual le otorga el indecoroso record de ser el presidente norteamericano que más gente ha expulsado del país.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, junto a su esposa Michelle Obama, a su llegada al aeropuerto José Martí de La Habana (Cuba). 

Así las cosas, ¿Que nos ha ofrecido Obama para que le queramos tanto? Sobretodo esperanzas, como decía al principio, y algunos éxitos nada desdeñables en política exterior que no consiguen redimir del todo sus errores.

1.- Obamacare: Obama inició su mandato con una propuesta humanitaria de calado en su propio país, donde la seguridad social no es universal. El famoso Obamacare, no del todo consumado por culpa, como siempre, de un Congreso en contra, ha beneficiado a 20 millones de personas, según el propio Obama, y el porcentaje de personas no aseguradas está ahora por debajo del 10%.

2.- Matrimonio homosexual: La legalización de la unión de personas de distinto sexo en todo el país, en una nación tan puritana, es un buen segundo motivo para amarle porque, como él mismo dijo al anunciarlo, "el amor ganó, y la libertad de casarse con la persona amada se ha convertido en ley en los 50 estados norteamericanos".

3.- Cambio climático: El tercero motivo es medioambiental. En la Cumbre del Clima de París un presidente norteamericano reconoció por primera vez el papel de Estados Unidos en el cambio climático y asumió la responsabilidad de su país. Se sumó, por fin, a una mayoría de países concienciados de la necesidad de luchar contra los gases de efecto invernadero y reducir la temperatura de la Tierra.

4.- Acuerdo con Irán: A pesar del fracaso en Siria, el acuerdo con Irán en materia nuclear ha reducido muchos puntos la tensión en la zona más peligrosa del mundo. Y Obama lo ha conseguido a pesar del rotundo rechazo del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. El acuerdo garantiza que Irán no llegará a construir una bomba atómica a cambio del levantamiento de unas sanciones que ahogaban su economía.

5.- Cuba: La normalización de relaciones con Cuba, con la consiguiente reapertura de embajadas en Washington y La Habana, ha puesto punto final a un enfrentamiento obsoleto que duraba más de medio siglo. Si antes de que expire su mandato consigue que desaparezca completamente el embargo norteamericano, Obama se habrá ganado otro buen pellizco de amor.

Como broche final, y en comparación con la Europa que ahora visita, Obama ha conseguido sacar a su país de la crisis dejando a un lado la austeridad. El resultado, un desempleo por debajo del 5 por ciento, el más bajo de sus ocho años de legislatura.