La moción de censura de Vox ya tiene fecha en el calendario. Con las elecciones autonómicas y municipales a la vuelta de la esquina, el Ejecutivo ha decidido hacer frente lo antes posible al intento de la ultraderecha de desbancar a Pedro Sánchez y ha fijado el debate y votación en el Congreso para la próxima semana: el 21 y 22 de marzo. Una premura que, sin embargo, no responde a sus posibilidades de salir adelante. Y es que este procedimiento parlamentario -que tiene a Ramón Tamames como candidato- está abocado al fracaso desde su inicio ya que sigue sin contar con los apoyos suficientes para aprobarse. Con todo, las formaciones están divididas. Los partidos de la coalición y los socios todavía deliberan qué estrategia seguir: retratar a Alberto Núñez Feijóo, no dar voz a la extrema derecha o darle todo el empaque que esta posibilidad democrática se merece. Mientras, el Partido Popular se pone de perfil y ha confirmado su abstención.

Fecha para la moción de censura

El partido liderado por Santiago Abascal presentó el pasado 27 de febrero en el registro del Congreso la que es su segunda moción de censura contra el Gobierno de Pedro Sánchez. En esta ocasión, lo ha hecho tres meses después de haberla anunciado a bombo y platillo, sin tener los apoyos necesarios para que salga adelante y posterior a un baile interno de nombres para liderar este proceso que ha culminado en el catedrático y exdirigente del Partido Comunista Ramón Tamames. Esta coyuntura se suma a una cita muy importante para la política española, la celebración de las elecciones municipales y autónomicas que están previstas para el próximo 28 de mayo. Por eso, el Gobierno ha decidido no dilatar esta situación y ha marcado ya la fecha en rojo en el calendario, tan solo 23 días después de su registro.

De esta forma, la Cámara Baja acogerá la próxima semana el debate de la moción ultra para intentar desbancar al líder de la coalición: el 21 de marzo se presentará por parte de la formación de Santiago Abascal y será respondido por parte del resto de los grupos mientras la votación se producirá el 22 de marzo. Así lo ha comunicado este lunes Meritxell Batet, la presidenta del Congreso, a Sánchez, al partido convocante y al candidato después de consensuar los tiempos con el propio Ejecutivo, y en una intervención ante los medios. Ya este martes la también socialista tiene previsto trasladar esta decisión a la Mesa y a la Junta de Portavoces, que se reunirán a primera hora de la mañana como de costumbre.

La otra posibilidad que se barajaba desde los medios y en el propio Ejecutivo era adelantarlo hasta esta misma semana o estirarlo hasta primeros de abril, sin embargo la agenda suponía un gran contratiempo. Sánchez cuenta con un timing muy limitado marcado por la presidencia española del Consejo de la UE que comienza el 1 de julio y para cuya preparación Moncloa ha previsto un tour europeo. De hecho, el presidente viajará en la semana del 20 al 26 de marzo hasta Luxemburgo y Bélgica coincidiendo con la cumbre de la UE que se celebra en Bruselas el 23 y 24 de marzo, solo días después de la moción de censura. Ese mismo día Sánchez se trasladará hasta Santo Domingo, capital de la República Dominicana, para asistir a la cumbre iberoamericana. Mientras, este 14 y 15 de marzo el líder de la coalición y algunos ministros acudirán a una cumbre hispanolusa en Lanzarote.

Distintas posturas ante la moción de Vox

Entre tanto, los partidos de la bancada de la izquierda enfrentan esta moción desde diferentes perspectivas y estrategias. Desde el mismo momento en el que la extrema derecha registró el texto, las formaciones de la coalición y los socios comenzaron a plantearse su posición al respecto mientras el Partido Popular se ha puesto de perfil anunciando su abstención. De hecho, el jefe del Ejecutivo ha acusado en varias ocasiones a Alberto Núñez Feijóo de no atreverse a votar en contra para no comprometer futuros gobiernos y los pactos con la ultraderecha. Y es que precisamente retratar la equidistancia del presidente popular con la extrema derecha es el objetivo que se ha marcado el PSOE con este proceso parlamentario, al que dan toda la importancia. 

En las últimas semanas el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, ha defendido la seriedad de este mecanismo democrático y ha pedido "no banalizar la política" frente a quienes lo califican de "esperpento". Por eso, ha defendido que el PSOE va a actuar "con todo el rigor y seriedad" que se merece. "Las mociones de censura son constructivas, es decir, no solo hay que presentar a un candidato sino una alternativa. Vamos a poder contrastar dos modelos de gobierno posibles, ahora y en el futuro", ha dicho López antes de plantear dos disyuntivas a Feijóo: "un gobierno progresista o de la derecha y ultraderecha". De hecho, todo apunta a que Sánchez -que no tiene obligación- va a intervenir en el debate para mostrar justamente estas dos alternativas frente a un líder popular que no se quiere mojar. 

De esta forma, los socialistas han rechazado el ofrecimiento de ERC de unificar las posturas de la izquierda no interviniendo en el debate para evitar participar en lo que califican de "circo". Una posibilidad que también ha abierto una brecha en la bancada progresista, que se divide entre aquellos que quieren poner de manifiesto que no quieren participar, como piden los catalanes, y quienes van a hacer una pequeña proclama en el Congreso contra los ultras. "Solo hay dos caminos para hacerle daño: reírse de ellos, ridiculizarlos, y no participar de sus mandangas. Esto que plantean es un circo y nuestra decisión es no participar de él", ha defendido Gabriel Rufián, que ha apuntado al papel de la precampaña al tiempo que ha llamado a "no hablar ni participar del ruido".

Enfrentar o sortear a los ultras

Desde Unidas Podemos todavía no han marcado su postura aunque no han dejado abierta la puerta a sumarse a la propuesta de Rufián. "Estamos debatiendo para ver cómo intervenir. Hay diferentes posiciones pero no hemos tomado una decisión", ha asegurado el portavoz morado Pablo Echenique. Mismo punto en el que se encuentra Compromís, formación desde la que han asegurado que se lo están "planteando" aunque han condicionado su parecer a la de los socialistas. "Si el PSOE va a hacer uso de la palabra, nosotros haremos uso de la palabra", ha adelantado su portavoz Joan Baldoví en rueda de prensa hace varias semanas tras tildar la moción de "lamentable" o "farsa".

Entre los que han adelantado que sí van a participar se encuentra el PdCat, que han anunciado que van a realizar una "declaración muy escueta" para dejar clara su posición al respecto y con la que "no van a ayudar a que el circo y el esperpento vaya más allá". "No va a alimentar el espectáculo en el hemiciclo", han dicho sin rechazar la opción de dar un paso adelante en el debate para hacerse notar. Una postura en la que también se encuentra el PNV. "Alguna intervención haremos", ha manifestado Aitor Esteban. En todo caso, la moción -que va a defender el propio Abascal- está condenada a fracasar ya que hasta el momento solo cuenta con los votos a favor de los diputados de Vox, que únicamente suman 52 escaños. Si no cambia nada, los populares se abstendrán.