Este lunes 27 de febrero de 2023 pasará a la historia del Congreso de los Diputados por ser la sexta ocasión en la que la Cámara Baja acoja una moción de censura. Los 52 diputados de Vox registran esta iniciativa para presentar al economista Ramón Tamames (exdirigente del Partido Comunista de España, entre otras formaciones) como candidato a la Presidencia del Gobierno. Será la segunda impulsada por el partido de extrema derecha en lo que va de legislatura, y la fecha de su debate está en manos de la presidenta de la cámara, Meritxell Batet, pero en ningún caso se dará antes de mediados de marzo.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, anunció hace ya casi tres meses las intenciones del partido: presentar una nueva moción de censura contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante lo que consideran la "urgencia" de desalojar al Gobierno de PSOE y Unidas Podemos de la Moncloa. Sin embargo, Abascal sostuvo que no quería liderarla él mismo, como sí ocurrió en la ocasión anterior en octubre de 2020, y Vox se lanzó a la búsqueda de un candidato que reuniera los tres rasgos que han considerado que atesora Tamames: independiente, con experiencia de gobierno y que adquiriera el compromiso de la convocatoria inmediata de elecciones generales.

Tras semanas de espera, y tras barajarse otros candidatos, finalmente salió a la luz el nombre de Ramón Tamames, que Vox formalizó este mismo miércoles como candidato una vez acordadas las líneas principales del discurso que el exdirigente del PCE pronunciará ante el Pleno de la Cámara Baja.

El procedimiento a seguir

La moción de censura será registrada este lunes junto a los motivos que el grupo parlamentario que la presenta considere y, a partir de ahí, la maquinaria comenzará a funcionar para la proposición de su debate. De acuerdo con el Reglamento vigente, el primer trámite de la moción de censura es la calificación del escrito por la Mesa del Congreso, que debe comprobar si cumple los requisitos formales que se exigen: la firma de al menos una décima parte del Congreso (35 diputados) y la presentación de un candidato a la Presidencia.

En este caso, no está garantizado que dé tiempo a que la Mesa califique el escrito en su reunión de día siguiente, ya que lo habitual es cerrar la agenda del órgano de gobierno de la Cámara con lo que se haya registrado hasta el sábado anterior. Ahora bien, teniendo en cuenta la excepcionalidad del mecanismo de la moción de censura, existe la posibilidad de que su visto bueno se dé el mismo martes. Una vez calificado el escrito, sea este 28 de febrero o a la semana siguiente, 7 de marzo, se remitirá al presidente del Gobierno y a los portavoces de los distintos grupos parlamentarios para que se den por enterados y lo estudien.

Desde ese momento, se abrirá un plazo de dos días para dar la oportunidad de presentar otras mociones con candidatos alternativos, con los mismos requisitos que la inicial y que, de presentarse, se debatirían de forma conjunta. Para dar tiempo a este proceso, la votación de la moción o mociones de censura no podrá tener lugar antes de cinco días desde la presentación del primer escrito, pero la fecha dependerá de la Presidencia del Congreso. Es previsible que la Cámara tenga en cuenta la agenda del Gobierno y que sondee a los principales grupos.

La anterior moción de censura de Vox, presentada en octubre de 2020, tardó 21 días en ser sometida a debate desde su presentación, mientras que la que presentó Pedro Sánchez en mayo de 2018, que terminó por sacar a Mariano Rajoy de la Moncloa, tardó escasamente una semana en llegar al Pleno. El PP optó por precipitar la fecha, convencidos de que tras haber aprobado recientemente los Presupuestos del Gobierno, el PSOE no tenía opciones de que la iniciativa prosperase. De este modo, el tiempo que pasa desde que se presenta la moción hasta que se debate depende de la agenda del Gobierno, de la coyuntura política del momento y de la urgencia de la situación. 

Todos los precedentes y sus resultados

Como se ha enunciado anteriormente, esta es ya la sexta moción de censura del periodo democrático. La primera se dio en 1980, cuando Felipe González fue propuesto como candidato para reemplazar a Adolfo Suárez, sin éxito, al resolverse la votación con 151 votos a favor, 166 en contra y 21 abstenciones. Siete años después, en 1987, se volvieron las tornas y fue el propio González el que fue sometido a este procedimiento, con la proposición de Antonio Fernández Mancha (Alianza Popular) como candidato. La votación fue muy favorable para González: 195 votos en contra, 66 a favor y 72 abstenciones, por lo que esta segunda moción tampoco prosperó.

Después de estos dos primeros ejemplos, esta herramienta se guardó en el cajón durante 30 años, hasta 2017, cuando el exdirigente de Podemos, Pablo Iglesias, fue propuesto como candidato alternativo a Mariano Rajoy, consiguiendo únicamente 82 votos a favor, por 170 en contra y 97 abstenciones. Un año después, en 2018, tuvo lugar la única ocasión en la que este procedimiento ha sido exitoso: Pedro Sánchez sería aupado a la presidencia del Gobierno al lograr 180 votos a favor (por encima de los 176 requeridos), 169 en contra y una abstención. 

Por último, en octubre de 2020, Vox presentó su primera moción de censura a Pedro Sánchez, con Santiago Abascal como candidato. La propuesta fracasó abruptamente: 52 votos a favor (únicamente de los diputados de Vox) y 298 en contra, sin abstenciones, convirtiéndose en el candidato menos respaldado de todas las mociones de censura presentadas en el periodo democrático. Un hito que, de mantenerse el Partido Popular en la abstención, como aseguraron que harían, podría igualar Ramón Tamames este 27 de febrero.