Adelantar por la derecha al Partido Popular y situarse como adalid de las críticas hacia el Gobierno. Este parece ser el objetivo que persigue Vox con la presentación de una moción de censura contra Pedro Sánchez abocada al fracaso desde el principio y ante un descafeinado Alberto Núñez Feijóo. El líder del PP intenta desmarcarse de forma tibia de esta estrategia para dejar sola a la ultraderecha al tiempo que evita posicionarse claramente en contra para no perder los votos que pueda robarle a la formación de Santiago Abascal de cara a las elecciones. Una postura -la de la equidistancia ante la extrema derecha- que se ha colocado como el centro de la táctica de reproches que dirige el Ejecutivo hacia el líder del primer partido de la oposición, que todo parece apuntar a que se va a situar en la abstención para ni apoyar ni desligarse del todo de este juicio parlamentario a la coalición. Y es que en Moncloa y Ferraz han comenzado a cercar con esta moción a Feijóo, a quien acusan de "ponerse de perfil".

Feijóo, equidistante

Lunes 27 de febrero, a las 13:00 de la tarde. Esta es la fecha elegida por Vox para registrar en el Congreso de los diputados la que es su segunda moción de censura contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Una estrategia que, desde el primer movimiento que anunció Santiago Abascal hace ya dos meses, el Partido Popular califica como poco menos que un tiro en el pie y de un "error" que, lejos de su supuesto fin, va a fortalecer al Ejecutivo de coalición en un año electoral y a pocos meses de los comicios autonómicos y municipales. La posición desde el inicio ha partido de no votar sí a este proceso parlamentario, sin embargo, no ha sido hasta hace tres días que la formación liderada por Alberto Núñez Feijóo ha confirmado que finalmente va a optar por la abstención. Génova insiste, en conversaciones con ElPlural.com, que la postura de la formación sigue siendo la misma y emplazan a esperar a la rueda de prensa del PP tras la reunión del Comité de dirección, que coincidirá prácticamente en el tiempo con el momento en el que Ramón Tamames y Vox acudan al registro de la Cámara Baja.

Los continuos intentos de esquivar si su sentido del voto va a ir en el no o en la abstención ha despertado las críticas en Moncloa y Ferraz, que acusan a Feijóo de "ponerse de perfil" ante la ultraderecha. De hecho, este mismo lunes algunas voces del Gobierno han apuntado a la suerte de mano negra que estaría tras la moción de censura de Vox. Así lo ha dicho el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, quien ha asegurado que el PP está "detrás" y ha indicado que si los populares no la rechazan votando en contra, es que la respaldan. "El Partido Popular, si se quiere desmarcar, tiene que votar negativamente. Si no es que está en la operación", ha sostenido Planas en una entrevista con RNE en la que, además, ha criticado que no le parece "seria" la iniciativa de la formación de Santiago Abascal. "No responde ni a las necesidades de España, ni al problema ni a la situación que estamos viviendo, derivada de la guerra de Ucrania y la necesidad colectiva de salir adelante de la sociedad española", ha sostenido.

Planas y Calviño

A juicio del titular de Agricultura, este movimiento parlamentario necesita seriedad ya que recoge la obligatoriedad de presentar una alternativa factible para gobernar y no es una estrategia para pedir que "el Gobierno se vaya o que se convoquen elecciones", como asegura buscan desde Vox. "Y lo preocupante del caso es que me da la impresión que va a ser una alternativa conjunta, porque detrás de esta moción de censura está Vox, pero está el Partido Popular, y los contactos que han tenido el señor Feijóo y el señor Abascal", ha insistido Planas para colocar al líder del PP entre la espada y la pared de la democracia antes de afirmar que Feijóo está en una "ceremonia de confusión". Para ello, no solo ha puesto el foco en la abstención sino también en algunas de las actitudes de los populares, como en la decisión de participar en la última manifestación contra el Gobierno organizada por agrupaciones ultras. "Aquí no convoca, pero está. Y, por tanto, yo creo que la mejor forma es votando en contra", ha afirmado.

En la misma línea se ha pronunciado la la vicepresidenta primera Nadia Calviño este lunes en declaraciones a TV3, en las que ha defendido que una moción "no hay que tomársela a la ligera". La también ministra de Asuntos Económicos ha recordado que se trata de un instrumento que le sirvió a Sánchez para desbancar a Mariano Rajoy en junio de 2018 al tiempo que ha llamado a ejercer la "política útil". "Estamos en política para impulsar políticas para ayudar a los ciudadanos y no para estos gestos", ha sostenido antes de reprochar a Vox que en la imagen de presentación de Tamames aparecieran solo "señores con gesto malhumorado", dejando fuera a las mujeres. "Vamos a ver que modelo está proponiendo Vox. A la luz de la foto que vimos el otro día, de señores malhumorados, si ese es el modelo de España que propone… Me pregunto si esto representa a la gente de bien que decía el señor Feijóo la semana pasada. ¿Este es el proyecto que representa a España y que defiende Vox? Ya de primeras deja fuera al 50% de la población, las mujeres", ha afirmado. 

Presión al PP

Tal y como pudo saber ElPlural.com, Sánchez utilizará la moción de censura de Vox como arma contra el líder de la oposición. Feijóo y el PP avanzaron tiempo ha que la balanza no caería hacia el sí, dejando la puerta abierta a una eventual abstención que sitúa a Génova ante una equidistancia que pretende explotar el PSOE en el debate. Los socialistas, según pudo saber este periódico de fuentes próximas a la dirección, bajo ningún concepto confrontarán con Ramón Tamames. Guardan el máximo de los “respetos” por el candidato, así como por la herramienta constitucional de la moción de censura, a pesar de que Vox la utilice como arma para “denigrar aún más las instituciones”.

Por ello, pondrán el foco ante un PP que ve la moción como un sustento para Pedro Sánchez. Altos cargos en Moncloa consideran que Feijóo “no puede ponerse perfil”, por lo que una abstención, a su juicio, dejaría al líder de la oposición como “cómplice” de la ultraderecha. Su silencio se explica en la estructura socialista con la “buena relación” del presidente del PP con el candidato. Además, resaltan la “reunión en secreto” con Abascal que no hace sino apuntalar esa equidistancia que le atribuyen al gallego. En círculos socialistas evocan el “demoledor” discurso de su antecesor en la moción de censura de Vox. Estas voces entienden que “Casado ha de ser la medida de Feijóo”. De esta manera, demostraría que “no hay sintonía” entre Vox y el Partido Popular, al menos en este ámbito. No obstante, hasta la fecha, su “equidistancia” da a entender que existe un “plan oculto de la derecha” que por fin verá la luz. 

En cualquier caso, ya en clave general, en el PSOE saben que la moción de Vox es un regalo, dado que supone una oportunidad de oro para echar agua al guiso del solo sí es sí y los constantes confrontaciones entre los socios de la coalición. Cambio de protagonistas en el escenario principal mientras el calendario avanza y las elecciones se aproximan. No obstante, en el cuartel general de los socialistas evitan caer en triunfalismos e insistirán en la “gestión” del Gobierno como arma argumental incluso en el marco de la moción de censura.

Podemos, en el mismo barco

Por su parte, el principal socio de gobierno de Sánchez está a bordo del mismo barco y ahonda en cercar a Feijóo. Unidas Podemos ha calificado la moción de Vox de "esperpento" al tiempo que ha apuntado a que responde a una "batalla" con los populares por ver quien llega antes a la meta de la "delegitimación". Así lo ha dicho este lunes la portavoz morada, Alejandra Jacinto, en la rueda de prensa del partido en la que ha reconocido que, a pesar del show, no deja de ser "preocupante". "La moción de censura es un auténtico esperpento y es evidente que responden a una batalla con el Partido popular para ver quien ocupa las portados con un discurso más delirante y deslegitimador contra el Gobierno. Demuestra que la derecha se ha quedado sin ideas y que ha llegado el momento de hacer el ridículo", ha afirmado. Acto seguido, Jacinto ha derivado esta "guerra interna" a la presidenta de la comunidad de Madrid y ha señalado que "si Abascal quería quitarse del medio a Feijóo, en vez de hacer un numerito le hubiera bastado con esperar a que Ayuso lo hubiera decidido".

Así, la portavoz morada ha insistido en "el esperpento, el numerito y el ridículo de la moción" y ha llamado a "no perder ni a los grupos ni a la población demasiado tiempo". "Vox y el PP están en competición para ver quien ocupa las portadas diciendo barbaridades y están más preocupados de eso que de solucionar los problemas de España. Esa puesta de escena es ridícula pero no tiene que dejar de ser preocupante, que lo es. Es evidente que esto obedece a la batalla interna para ver quien dice la burrada mayor e intentar desgastar a la coalición, a la que le está saliendo bien las medidas que están poniendo en marcha", ha sostenido.