Este martes ElPlural.com abría su portada explicando que el Gobierno de Carlos Mazón no ha prestado ningún tipo de ayuda psicológica, saltándose sus propios protocolos, a los familiares de las víctimas de la DANA que ha costado 222 vidas, y ha dejado sin nada a miles de personas. Pues ha eso hay que sumar que tampoco ha reforzado la ayuda sicológica en los colegios de los municipios afectados, con los que miles de niños están teniendo que gestionar ellos solos el mayor drama de sus vidas. Muchos de esos niños, además, han pasado también por la pandemia.

Tal y como ha podido comprobar este periódico de primera mano, hablando con muchos padres y madres de alumnos de los diferentes municipios, los niños de la zona 0 están viviendo un infierno personal y psicológico. Estos padres cuentan que hay niños, de hasta 12 años, que se están volviendo a orinar por las noches. Otros no quieren vestirse solos y necesitan a sus padres otra vez. Algunos se vuelven a chupar el dedo por las noches, o que hay que darles de comer como cuando eran casi bebés. E incluso alguno que se niegan a ducharse por que le tienen terror al agua (solo tienen que ver el capítulo de salvados para ver a una madre explicarlo delante de una cámara). 

DANA y pandemia

Pero a lo sufrido con la DANA, hay que sumarle que muchos de estos pequeños también vivieron la pandemia de 2020, lo que agrava la ya de por sí horrorosa situación a la que deben enfrentarse cada día. Es más, una madre contaba a este periódico como su hija de once años le preguntaba que qué venía tras la pandemia y la DANA, ¿el meteorito? Esa madre lo contaba entre la risa y el llanto, pues no sabía qué contestar a su hija. 

A eso, también hay que sumar que muchos han perdido algún compañero o compañera, como es el caso de los alumnos de un colegio de Benetússer quienes ahora deben gestionar el duelo por la muerte de una de las alumnas, una niña de 9 años que falleció ahogada el 29 de octubre.

Y cuál es la respuesta del Gobierno autonómico, su Gobierno, que se busquen la vida. En el artículo de ayer les contábamos la historia de Ilosva, una mujer de Benetússer que ha perdido a su marido y que tiene dos gemelos de siete años. El caso de Ilosva, sin contar el tema de la pérdida personal, es extrapolable a cualquier padre de L'Horta Sud. Esto es así porque los padres están teniendo que ir a los psicólogos que los ayuntamientos ponen a disposición de la población, ya que la Generalitat, ni está ni se la espera.

Así pues, estos padres acuden con sus hijos y sí, son atendidos por sicólogos infantiles, pero el problema estriba en el hecho de que cuando vuelven a una segunda o tercera sesión, al ser sicólogos voluntarios, se encuentran con que estos niños han de volver a contar lo mismo que explicaron la primera vez, con lo que la mayoría se niegan.

Estamos hablando de una generación entera de niños que no saben, porque no han recibido la ayuda necesaria, cómo afrontar una desgracia, por no hablar de una pérdida personal. Y mientras esto sucede, el presidente de la Generalitat, así como el conseller responsable de Educación, hacen como las avestruces y meten la cabeza en un agujero o, directamente mienten a los ciudadanos. Este periódico se ha puesto en contacto con varios alcaldes, algunos del PP, que están a punto de implosionar por la dejadez de Mazón y el resto de responsables. Pero la única verdad es simple: Mazón no solo ha abandonado a las víctimas, sino también a los más vulnerables, los niños.

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