Bien, ya hay Gobierno. Con una debilidad parlamentaria extraordinaria y con unos retos por delante de primera magnitud. Vamos a ver desde el primer día qué tal baila el renovado presidente Rajoy y el resto de las mesnadas.

Quizá también por vez primera desde la Restauración Democrática asistiremos, ya asistimos, a una lucha encarnizada por quién lidera y representa la oposición de izquierdas, entre otras cosas, porque oposición a la derecha no existe.  

Lo de Iglesias

En los días previos hemos asistido a una feroz lucha porque el pueblo visualice quién y quiénes representan a esa oposición al gobierno Rajoy desde la izquierda. Tengo para mí que Pablo Iglesias –al que a veces le pueden las vísceras- perdió en los pasados días una ocasión magnífica para desde la serenidad y la templanza haberse convertido, tras la abstención del PSOE, en el referente de esa izquierda social que rechaza el apoyo al PP pero también deseaba que, por fin, echara a andar un nuevo Ejecutivo.

Sn embargo, prefirió los guiños altisonantes y los gestos desmedidos. No parece que, por ejemplo, Iñigo Errejón comparta ni la táctica ni la estrategia pero al final el caudillo de “Podemos” impone sus postulados. Es verdad que la crisis económica y una cierta quiebra del Régimen del 78 ha radicalizado a grandes bolsas de la sociedad española. Pero una cosa es una cosa y otra bien distinta tirarse al monte. Su apoyo a los secesionistas y la invocación a tiempos pasados, felizmente superados en muchos aspectos, no es el mejor transportín para liderar nada y mucho menos para acarrearlo hasta el palacio de la Moncloa. Aunque no lo parezca el poder en España, como en la mayor parte de los países democráticos, el gobierno se consigue desde posiciones centristas y centradas. ¡Parece mentira que tenga a su lado a una mujer tan acreditada en eso de los estudios sociológicos como Carolina Bescansa! 

Lo de Hernando (Antonio)

Desde esos comportamientos maximalistas es lo que ofrece esperanza a un PSOE que atraviesa  sus peores momentos desde el fallecimiento del Dictador pero todavía con muchas implantación y mucho poder institucional. Su portavoz Antonio Hernando en una coyuntura dificilísima para él, aguantó el tipo en la tribuna del Congreso y ofreció alguna esperanza –sentada sobre argumentos válidos y sensatos-para que el partido que ha gobernando España durante 22 años pueda volver en un día no muy lejano al poder de la Nación.

Se pongan como quieran: la socialdemocracia existe y si se me apura es mayoría porque no sólo asienta sus reales bajo las siglas PSOE.

Visto lo comprobado la legislatura, amén de otros corolarios ante la debilidad del segundo gobierno Rajoy, va a representar la lucha descomunal entre dos formas de entender la izquierda. 

La pelota sigue está en el alero.