Isabel Díaz Ayuso recordará el año 2021 como el mejor año de su carrera política y con el apoyo mayoritario de los madrileños en las elecciones del pasado 4 de mayo, la dirigente madrileña logró aprovechar el espacio que dejó Ciudadanos para fortalecer a su partido y rozar la mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid.

Pero a lo largo de este año, la presidenta no solo ha sido protagonista por las buenas noticias. Su postura negativa a las recomendaciones del Gobierno de España para restringir la movilidad y evitar más contagios, sus pactos con Vox, sus cambios en Telemadrid y, sobre todo, su pugna interna con Génova, han hecho olvidar el resultado electoral.

La ruptura con Aguado

Ayuso inició el año junto a Ignacio Aguado, al frente de la Comunidad de Madrid, y con la llegada de Filomena, el temporal que bloqueó la capital española, y el aumento de los contagios, ambos socios de Gobierno se centraban en tratar de acordar unos nuevos Presupuestos regionales, buscando el apoyo de Vox.

PP y Ciudadanos consideraban a la formación ultraderechista como el socio preferente para negociar las Cuentas públicas, pero la tensión con la situación hospitalaria, contradecía las posturas que se adoptaban desde el Gobierno madrileño. Mientras que Aguado defendía la destitución de la gerente del hospital Príncipe de Asturias por retirar el móvil a pacientes, la Consejería de Sanidad se negaba a hacerlo.

Un tira y afloja entre Ayuso y Aguado que terminó explotando en el mes de marzo, cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid decidió adelantar las elecciones regionales, tras lo ocurrido con la moción de censura que se presentó en la Región de Murcia, contra el Ejecutivo de Fernando López Miras. La líder regional adoptó tal decisión, acusando el intento de Ciudadanos de presentar una moción de censura similar en Madrid: "Quiero que los madrileños elijan entre socialismo y libertad".

Desde entonces, la presidenta madrileña inició su campaña electoral bajo ese mismo lema y, al saber que el exvicepresidente del Gobierno de España, Pablo Iglesias, sería el candidato de Unidas Podemos a presidir la región, lo cambio para recalcar que los ciudadanos debían escoger entre "comunismo o libertad". Un lema que terminó con el resultado electoral positivo para los populares y con Iglesias abandonando la política. Algo por lo que la propia Ayuso se autofelicitó: "España me debe una".

Sus pactos con Vox

Aunque los resultados electorales fueron buenos para Ayuso, necesitaba el apoyo de, al menos, cuatro parlamentarios de Vox para conseguir la mayoría absoluta y volver a ser presidenta de la Comunidad de Madrid. Algo que se consumó el pasado 18 de junio y que se ha ido prolongando durante el primer semestre del Gobierno autonómico, como ha ocurrido con la negativa de la formación ultraderechista a investigar lo que sucedió en las residencias o con la contratación de emergencia.

Ayuso y Rocío Monasterio han adoptado, conjuntamente, gran parte de las medidas que ha aprobado el Ejecutivo durante la actual legislatura. Una de ellas ha sido la reforma la Ley de la televisión pública de Madrid, con la que el Ejecutivo madrileño se hacía con el control de Telemadrid. Un acuerdo que ha hecho que la dirigente regional intervenga de forma habitual en la cadena pública, como ocurrió con el especial durante su ineficiente gira por Estados Unidos o cuando comentó junto a los presentadores de los informativos los resultados en los Juegos Olímpicos.

Pero sin duda el principal entendimiento entre Vox y el Partido Popular se ha visto reflejado en la aprobación de los Presupuestos Generales de la Comunidad de Madrid. Un acuerdo marcado por las 13 exigencias de la formación de Santiago Abascal, enmarcadas en contra del aborto, la eutanasia o fiscalizar los centros de menores inmigrantes.

La pugna interna con Génova

La relación entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso ha ido cambiando desde el pasado 31 de agosto. La presidenta madrileña, tras formalizar su Gobierno con el apoyo de Vox, reveló su intención de ser la líder del Partido Popular de Madrid. Un anuncio con el que reclamaba a la dirección nacional el adelanto del congreso autonómico para que se llevara a cabo "cuanto antes".

La líder regional defendía la importancia de que el cónclave de los populares en Madrid "se haga pronto", con el objetivo de preparar bien las elecciones que se celebrarán en el año 2023. Algo que el líder del partido, Pablo Casado, no defendió, porque consideraba que "no toca". Desde la dirección nacional, Teodoro García Egea reiteró que la fecha sigue siendo la misma.

Un enfrentamiento que ha continuado durante el último trimestre del año y que ha llevado a que Ayuso se posicione en contra de Génova y muestre públicamente su malestar con las decisiones adoptadas por su partido y reclama que "la democracia interna, que también hace falta, llegue al partido en Madrid".

Una pugna interna que todavía no ha finalizado y, según adelantó ElPlural.com, crece el miedo a que salga a la luz un escándalo contra Ayuso, como ocurrió con Cristina Cifuentes, sobre la gestión de los aviones durante la peor etapa de la pandemia. "No son cremas, son aviones", señalaron fuentes cercanas a Génova.

Aunque la fecha estimada para el congreso es durante el primer semestre de 2021, las elecciones en Castilla y León y la amenaza de adelanto electoral en Andalucía, podrían posponer el cónclave popular en Madrid hasta el segundo semestre del próximo año. Una tensión que ya ha surgido efecto en las encuestas y que está afectando al posible apoyo que podría obtener Casado en las próximas elecciones generales.

El chiringuito de Toni Cantó y otras polémicas de Ayuso

Después de que el Tribunal Constitucional obligara al Partido Popular a excluir a Toni Cantó de sus listas para las elecciones de la Comunidad de Madrid, Ayuso decidió seguir contando con él tras los comicios regionales y no dudó en crear el polémico chiringuito, la Oficina del Español, y poner al ex de Ciudadanos como el director de dicha área. Los populares justificaron su creación con la intención de coordinar el español en Madrid para "ayudar a la creación de riqueza y empleo".

Un puesto con el que el también actor percibe un salario de 75.000 euros al año y que, seis meses después de defender el trabajo que desempeñaría, ya ha mostrado reticencias Y su intención de conseguir un ascenso en el Partido Popular. El objetivo podría ser el de intentar ponerle como cabeza de lista por Valencia para las próximas elecciones generales.

Pero la creación de la Oficina del Español no ha sido la única polémica de Ayuso durante el año 2021. Además de la falta de medidas de restricción para controlar la propagación de la Covid-19, el Gobierno madrileño también continúa sin ofrecer una solución clara a las familias de la Cañada Real y, tras más de un año sin luz, la presidenta regional aseguró que ella no gestiona sentimientos.

La presidenta también fue objeto de críticas al identificar a los neandertales como los "primeros madrileños tabernarios", por inventar el "autocuidado" en Madrid para definir el caos sanitario o por sus reproches contra el Papa Francisco por pedir perdón a México por los "errores muy dolorosos" de la Iglesia durante la Conquista española.

La última polémica del año de la dirigente regional ha estado relacionada con sus palabras con las que culpaba del colapso de los centros de salud a un boicot interno de algunos médicos y revelaba que "lo vamos a investigar". Aseguró que los ciudadanos "no tienen que estar esperando" y en algunos centros de salud "no cogen el teléfono, se cuelga o de repente no hay médicos".