El silencio ha pasado al primer plano en Génova. Hasta hace algo más de dos semanas, el Partido Popular celebraba en Twitter cada encuesta electoral que se publicaba. Sin embargo, la escalada de filtraciones y dardos entre la dirección nacional y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, esos festejos se han erradicado. Y es que la crisis interna ha lastrado al PP en materia demoscópica. Los conservadores han entrado en una deriva bajista que ha dado alas al PSOE y a Vox, hasta el punto de dilapidar cuatro puntos de ventaja sobre los socialistas, como muestra el último sondeo de DYM para 20minutos.

Las perspectivas electorales de esta encuesta no son nada halagüeñas para el Partido Popular. Los avisos que han dado ciertos pesos pesados, e incluso expresidentes como José María Aznar, se han hecho realidad. Las luchas intestinas han llegado a la ciudadanía, que castiga a una formación que, a su modo de ver, está más centrada en la guerra de guerrillas que en su función de oposición y edificación de una alternativa de Gobierno.

La encuesta elaborada por DYM para 20minutos deja al PP como vencedor en los comicios si se celebrasen hoy. Sin embargo, la proyección ya no se acoge con albricias en el seno de Génova. Los populares se han instaurado en una tendencia bajista difícil de revertir mientras dure la guerra fratricida en sus entrañas. Los conservadores han retrocedido hasta cuatro puntos porcentuales en el último mes (de 29,2% al 25,8%).

Esta pronunciada caída la ha aprovechado el PSOE para crecer hasta los 25,5 puntos porcentuales. La distancia entre las dos formaciones, en el barómetro anterior, se ampliaba hasta rozar los cinco puntos. En tan solo un mes, el Partido Popular ha tirado por la borda una ventaja de 3,7. Por supuesto, su descenso también adelgaza sus proyecciones de escaños, cediendo cinco parlamentarios (de 111 a 106). La recuperación de los socialistas les empujaría hasta los 105 asientos.

Pero quien de verdad pesca en el río revuelto del Partido Popular es Vox. La ultraderecha le ha ‘robado’ el cohete a sus socios habituales para situarse en los 18,3 puntos porcentuales, engrosando su número de diputados hasta las 66 actas.

La parte positiva para Pablo Casado es que este boceto le situaría en la Moncloa. Pues a los 106 diputados conservadores se le sumarían los 66 de Vox y los dos o tres escaños que obtendría Ciudadanos con el 4,7% de los votos.

El optimismo del PSOE se contrapone a una caída acentuada del otro socio que conforma la coalición. Unidas Podemos pone punto y a parte a una racha alcista que estableció en mayo, precipitándose desde los 13,2 puntos que obtuvo en octubre hasta el 12,2% de los sufragios. Por lo tanto, los morados adelgazarían su grupo parlamentario, cayendo a los 29 diputados. La coalición, aunque consiguiese reeditar los acuerdos de los Presupuestos Generales del Estado, tendría muy complicado articular una mayoría que le aupase, de nuevo, a Moncloa.