El 17 de enero de este 2016, publiqué en ELPLURAL.COM un artículo titulado así: “Sánchez no es traidor, sino que empieza a ser un estadista”. Añadí que la derecha española siempre ha sido así, bronca y faltona. Y parece que no me equivoqué.

La Brunete Mediática puso en marcha todos sus insultos, todas sus patrañas y todas sus falsedades habituales. El periodismo amarillo, nacido en Nueva York a finales del siglo XIX, no es periodismo, sino letrina, donde se acumulan inmundicias y excrementos varios.

Ayer, contra viento y marea, Pedro Sánchez derrotó a sus enemigos de dentro, que son los peores, y a los enemigos de fuera. Se jugaba el futuro y ganó el presente.

O sea, que no sólo venció él, sino que salvó lo más importante para la ciudadanía, y para España en su conjunto -Cataluña incluida- que es el PSOE. Hace no mucho Pedro Sánchez no era nadie, o casi nadie, en el ámbito de la política.

Máximo protector de la socialdemocracia y de las libertades, maltratadas por el Partido Popular surgido de la dictadura

Ahora se acerca, con rapidez, a la presidencia del Gobierno y también a ser el máximo protector de la socialdemocracia y de las libertades, castigadas y maltratadas éstas por el Partido Popular, surgido de la dictadura.

Primero apareció de líder de la derechona José María Aznar, y más tarde Mariano Rajoy, un vividor gris que nunca logró enterarse - según él dice- de que estaba, y sigue estando, rodeado de cuatreros y de numerosos sinvergüenzas. Pero todo esto no se lo cree ni él.

Es la hora de Sánchez, convertido, cada vez más, en un estadista muy por encima de quienes se encierran en su despacho olvidando a los militantes del partido y, sobre todo, a los ciudadanos más machacados y destrozados por los corruptos. La victoria de Pedro es la victoria de todos.

Atención además a lo que difundió anoche Errejón, uno de los políticos más sensatos de Podemos: “Damos esperanzas a un acuerdo plural, progresista y de cambio”. ¡A ver si puede ser finalmente verdad!