ABC, en su editorial “La crispación de la izquierda” afirma que “la benevolencia con la que han sido tratados -los ‘indignados’- les ha permitido actuar como si fueran representantes del estado de malestar en la sociedad”.

La sincronización del 15-M y el PSOE
“Cada vez resulta más evidente la sincronización de estos movimientos de protesta con la crítica situación de la izquierda. Nada más oportuno que deslegitimar, justo ahora, el sistema que ha dado al centro-derecha el poder municipal y autonómico, y que probablemente le entregue el gobierno de la Nación. Es una forma de tensión como táctica electoral, similar a la que defendía un descuidado Rodríguez Zapatero a micrófono abierto. Es otra vez la crispación de la izquierda en las calles”, dice el editorial de ABC, para el que huelgan los comentarios.

Los "mítines de repudio" en Cuba
En ABC, también, Antonio Burgos compara el movimiento democrático y espontáneo del 15-M con los “mítines de repudio” que se sucedieron en Cuba en la década de los años 80, contra los cubanos que se marchaban al exilio, cuando la dictadura castrista propició y amparó actos de violencia.

Los progres sesentones de la coleta mugre
“Las impunes algaradas de estos días me han recordado los habaneros mítines de repudio del castrismo. Ha sido el viejo modelo comunista aplicado en España. Tan viejo como esos progres sesentones de la coleta canosa y la mugre, que se ha demostrado en la Puerta del Sol que no conocen avances de la civilización cuales el agua y el jabón verde. En los españoles mítines de repudio de estos días han usado los mismos métodos, las mismas consignas, las mismas tácticas. La misma gentuza. La misma chusma, chusma…”, escribe Burgos.

El gran mitin de repudio tras el 11-M
El articulista compara a los indignados, además, con lo que considera fue el “gran Mitin de Repudio” tras el 11-M, que tiene como finalidad, esta vez, según asegura, ir “contra una derecha predestinada a ganar las elecciones”.

Los indignados solo agreden a políticos no socialistas
En La Razón, Ángela Vallvey titula: “Uncronía indignada” y asegura que “el socialismo español le hace guiños al famoso 15-M”, ignorando que fue este sábado el PP, a través de su portavoz, Esteban González Pons, quien prometió “escucharles y atenderles”. Según Vallvey, los indignados “agreden a políticos no socialistas”. Están frescos en la memoria los gritos y acoso contra los conselleres del PSC mientras entraban en el Parlament o contra representantes de otros partidos catalanes, como ICV.

El 15-M y la estupidez
También en el diario marianista, José María Marco califica el movimiento 15-M de “estupidez”. “Uno de los elementos menos comentados de todo este asunto -escribe- es la infinita, la insondable oleada de estupidez que se nos ha venido encima”.

El agente tóxico
Carlos Dávila, en La Gaceta, se centra en Alfredo Pérez Rubalcaba, “un ministro –dice- que actúa así, dejando que los indignados absolutamente ilegítimos campen como desechos ambulantes, o es un agente tóxico en sí mismo o trabaja como decantador de los agentes tóxicos a los que tolera o incluso ampara”.

Lo que se cuece
“¿Qué es lo que se está preparando?”, pregunta el director de La Gaceta, que a sí mismo se responde: “Alguien ha pensado que el deterioro va a nublar la previsible victoria del Partido Popular en las próximas elecciones. Hoy mismo, domingo ya estival de Madrid, la capital tendrá que soportar nada menos que cinco manifestaciones de los supuestos indignados”.

Al PSOE le viene de perilla
Según Dávila, Rubalcaba da “todas las facilidades del mundo” a los ‘indignados’ “para que no se apacigüe ni por un momento esta protesta que, según pretenden sus organizadores (que, por cierto, no se sabe a ciencia cierta quiénes son), se va a extender antes y después de las elecciones generales”. Y es que –continúa el autor- “un malpensado podría aventar,y seguramente acertará, que al PSOE de Rubalcaba estas turbamultas le vienen de perillas”.