Ciudadanos ocupa actualmente un rol subalterno en la política española. Sus 10 diputados en el Congreso limitan sus maniobras parlamentarias y la encarnizada pugna entre Partido Popular y Vox por el espacio ultraderechista tiempo ha que penaliza a los naranjas. Las encuestas no son nada halagüeñas y los resultados en las elecciones autonómicas de Madrid parecen un aviso a navegantes. Pese a todo, la presidenta del partido, Inés Arrimadas, se niega en redondo a claudicar y se ha propuesto rearmar la formación para al menos resistir durante los próximos meses, aguardando el momento oportuno para contraatacar.
En una entrevista el pasado sábado en La Sexta noche, Arrimadas censuró el juego sucio de los de Pablo Casado, lamentando que “me da pena que el objetivo principal de un partido sea atacar a otro, y más cuando este otro es socio tuyo en muchos sitios”. La líder naranja insistió en la necesidad de “mantener la mirada puesta en el futuro” y erigió al partido como el puntal liberal y de centro; destacando su postura en asuntos clave: "Si tú quieres votar a un partido que defiende una regulación garantista de la eutanasia, que defiende el matrimonio entre personas en el mismo sexo y la libre elección de colegio por parte de los padres, pero no quiere tragar con los privilegios territoriales de los nacionalistas, solo tienes a Ciudadanos”.
Palabras aparte, Arrimadas ha comenzado el rearme estival en Andalucía, donde resuenan tambores de adelanto electoral. Juan Marín, vicepresidente de la Junta de Andalucía y líder regional, no contaba con el respaldo incondicional de Arrimadas, pero ahora, le ha concedido autonomía para culminar la estructura orgánica antes de que finalice agosto con el objetivo de empezar el curso sin cuestiones internas que resolver.
Salvar al partido
Muchos auguran la capitulación de Ciudadanos en los próximos meses, no en vano, numerosos dirigentes han abandonado el barco y se han alistado en las filas populares, como fue el caso de Toni Cantó. La actual dirección quiere dejar atrás esa etapa y un paso fundamental ha sido el de respaldar públicamente a Marín y proporcionarle la confianza y libertad necesarias para hacer de Andalucía un enclave estratégico en la luchar por la supervivencia, que pasa por volver a formar gobierno con Juanma Moreno (PP) en caso de comicios.
Hasta ahora, la carrera por la derecha del tablero político la disputaban los tres partidos (PP, Vox y Ciudadanos), pero la deriva ultra de ambos y las proyecciones electorales han propiciado que Arrimadas tome un rumbo diferente: el rival a batir para sobrevivir es Casado. Así las cosas, los naranjas pretenden marcar de cerca a su número dos, Teodoro García Egea, secretario general popular y uno de los fontaneros que más fichajes ha concretado.
Por su parte, Santiago Abascal prepara un golpe de efecto para un otoño caliente y tras tres años consecutivos celebrando un Vistalegre (España Viva 2018, Plus Ultra 2019 y La Alternativa 2020), el líder de Vox ha anunciado Viva 21, un evento “que permitirá a los españoles disfrutar de esa riqueza y esa belleza en un mismo recinto donde estarán todas las provincias representadas", escribía el líder de la formación de ultraderecha desde sus redes sociales.