El Presidente no ha tardado en cerrar los obligatorios cambios en el Gobierno que imponía la salida de Rubalcaba en su triple condición de vicepresidente primero, ministro de Interior y portavoz del gobierno. Y lo ha hecho con los cambios mínimos necesarios.

José Blanco, una muy relativa sorpresa
La única sorpresa, y muy relativa, que ha traído el movimiento en el gabinete es la asunción por parte de José Blanco del cargo de portavoz del gobierno. Se había especulado con que Ramón Jáuregui pasara a ocupar el puesto. Jáuregui, como es bien sabido, es un hombre muy cercano y de plena confianza de Alfredo Pérez Rubalcaba. De hecho ya se especulaba en algunos medios con que el cambio de gobierno vendría a señalar el peso de la voz de Rubalcaba en los cambios.

La decisión de Zapatero en favor de Blanco, y su explicación, viene a responder a esas especulaciones. Cuando le han preguntado por el sentido de los nombramientos, el presidente no ha dudado en señalar sobre éste que “conoce bien la acción global del gobierno” antes de rematar subrayando que “es una persona que tiene una confianza conmigo muy trabada de mucho tiempo, lo que facilita la tarea”.

Antonio Camacho, la apuesta de la continuidad
El nombramiento de Antonio Camacho, actual secretario de Estado de Interior, por su parte, es una clara apuesta por la continuidad en el Ministerio. Camacho ocupaba su puesto desde 2004, es decir, desde la llegada del PSOE al gobierno, y durante sus años de trabajo con Pérez Rubalcaba se había creado una gran sinergia entre los dos hombres.

En un momento crítico en la lucha contra ETA y su entorno, el nombramiento de Camacho es una apuesta a seguro ya que, como ha explicado Rodríguez Zapatero, “es en gran medida responsable” de los éxitos de la lucha antiterrorista.

Reducción de las vicepresidencias
En cuanto al cargo de vicepresidente primero que también ejercía Rubalcaba, el Presidente se ha limitado a suprimir el cargo, dejar dos vicepresidencias y pasar a Elena Salgado, como vicepresidenta de Asuntos Económicos una primacía sobre Chaves, vicepresidente de Política Territorial, ya que Zapatero ha explicado que será ella quien presida el Consejo de Ministros cuando él se encuentre fuera de España o no pueda asistir a ellos.

Ninguna especulación sobre adelanto electoral

El presidente se ha negado a entrar sobre las lecturas que los mínimos cambios que ha hecho en el Gobierno pudieran tener sobre la fecha de las próximas elecciones generales. Estos cambios, ha venido a decir el presidente, “significan que el Gobierno sigue trabajando a pleno rendimiento, que tenemos que trabajar pisando el acelerador por la situación económica y financiera”.

Es verdad, eso sí, que como ha hecho en sus últimas intervenciones, el presidente ha vuelto a evitar a pronunciar una fecha concreta para el proceso electoral. Lejos de decir que se celebrarán en marzo, o a finales de noviembre, como apuntan ahora cada vez más fuentes, el presidente ha preferido señalar que tal y como está la situación económica y financiera, no sólo en España, sino en toda Europa, lo que tiene que hacer el Gobierno es “cumplir sus compromisos”.

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