El conflicto Israel-Palestina vuelve a estar en la boca de todos, especialmente tras la propuesta reiterada de Trump de llevar a cabo el desplazamiento forzoso de la población palestina en la Franja de Gaza. Además, ha propuesto que Palestina debe entregarse a Estados Unidos al finalizar el conflicto, lo que derrumbaría cualquier posibilidad de un acuerdo de paz. Quiere apropiarse de la Gaza para “crear un desarrollo económico que proveerá un numero ilimitado de trabajo y casas a las personas de la zona”.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha ordenado este jueves al Ejército preparar la "salida voluntaria" de la población de la Franja de Gaza siguiendo el plan anunciado esta semana por el presidente estadounidense. Ha calificado la idea de Trump como "valiente" y ha puntualizado que los gazatíes son ahora "rehenes" del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás). "Antes eran usados como escudos humanos. Hamás ha construido una infraestructura para perpetrar el terrorismo y la ha colocado en el corazón de los núcleos urbanos. Ahora extorsiona a los gazatíes y les impide salir de Gaza", ha lamentado. 

El Gobierno de Israel también ha ordenado este jueves al Ejército que inicie los preparativos para una posible salida de gazatíes a pesar de las denuncias internacionales de llevar a cabo una limpieza étnica. Sin embargo, la intención empresarial de Trump está clara, a pesar de que muchos se hayan quedado estupefactos frente a una propuesta tan cortante. Parece que el presidente estadounidense ha dejado de lado que esos dos millones de habitantes son personas con familias, queridos y vidas. 

La población palestina

A diferencia de muchos países occidentales, la población palestina está distribuida en una pirámide tradicional, lo que significa que la mayoría de la población se concentra en los estratos más jóvenes. La media de edad son los 19 años y la religión dominante -el 99%- es la musulmana, predominantemente la sunní, de acuerdo con la CIA. Este tipo de población tiene necesidades, culturas y creencias particulares que no pueden ser trasladados forzosamente a países vecinos de forma pacífica sin causar una ruptura en relaciones o en las leyes internacionales. 

Dicha población ha sufrido limpiezas étnicas desde 1948 en un proceso denominado Nakba. Representa el rechazo al derecho de los palestinos de regresar a Palestina, incluyendo la de sus descendientes. Ese año, tres cuartos de millón de palestinos fueron desplazados forzosamente por sionistas, aunque, con el paso del tiempo y tras el establecimiento del estado de Israel, por las fuerzas armadas israelíes también. A lo largo de los años, el mismo patrón de transferencias forzosas, destrucción de edificaciones y el aislamiento de poblaciones pequeñas se ha llevado a cabo.

La propuesta de Trump ha causado un giro drástico en la política internacional, mayoritariamente, porque ningún jefe de Estado en la actualidad se ha posicionado tan radicalmente a favor de las intenciones de Netanyahu. Lo que empezó siendo un ataque de Hamás a Israel con motivo de oposición al Estado se ha convertido en una persecución étnica con su reflejo en el pasado. Sin embargo, la presencia de Hamás es una diferencia que marcará el futuro de Palestina e Israel, además de las relaciones entre occidente y el mundo árabe -especialmente dado que uno de los principales mediadores del acuerdo del alto al fuego es Estados Unidos y que Trump ha propuesto enviar partes de la población palestina a países occidentales como España-.

¿Por qué lanzó el ataque Hamás hace más de un año?

Hamás, cuyo nombre significa la Resistencia Islámica, ha rechazado la presencia y la existencia de Israel desde su origen en 1987. No solo persigue a Israel por sus ataques hacia Palestina, sino que busca establecer un estado islámico. Además, ha liderado el gobierno palestino desde 2007 de forma autoritaria.

El primer ataque el 7 de octubre de 2023 fue explicado por el actual líder de Hamás, Khalil al-Hayya, en una entrevista con la BBC como una herramienta para atraer atención internacional al conflicto en Palestina. “Fue necesario alertar al mundo para decirles que aquí hay gente que tiene una causa y que tiene exigencias que tienen que cumplirse”. Hamás también ha atribuido el ataque al intento israelí de tomar posesión de la mezquita al-Aqsa, uno de los lugares más sagrados del islam, de acuerdo con la BBC.

Sin embargo, las tensiones de otros conflictos armados, como la invasión rusa de Ucrania, también le ha ortorgado al grupo una oportunidad para atacar a Israel, además del reconocimiento de Arabia Saudí de Israel como Estado. Israel ha tenido una dificultad fundamental en la región: el reconocimiento como estado legítimo. Esta realidad está tan marcada que uno de los objetivos de Estados Unidos, previo a la actual administración, abogaba por el reconocimiento de Palestina como herramienta para conseguir la aceptación de Israel en la zona.  

Las propuestas de Trump no solo agravan la tensión de la zona, sino que complica aún más las negociaciones de paz entre Israel y Hamás, conviertiéndolos en una realidad lejana. Pese a tener un alto al fuego, no se ha firmado la paz ni hay señales de que se haya avanzado en las negociaciones.

La reacción israelí

El presidente norteamericano considera que, con su controvertido plan, los gazatíes "tendrían una oportunidad de estar felices, seguros y libres", hasta el punto de que cree que "no sería necesario" desplegar militares de Estados Unidos. "¡Reinaría la estabilidad en la región!", garantizó. Por ello, no es de extrañar que el gobierno de Netanyahu está más alineado que nunca con la administración estadounidense. 

No obstante, no toda la población israelí está de acuerdo con la medida. Los gritos más altos a favor de la decisión proceden de la ultraderecha israelí, quienes han aplaudido los preparativos de las Fuerzas Armadas ante una potencial salida de palestinos desde la Franja de Gaza bajo el argumento de que "no hay otra solución realista".

 El antiguo ministro de Seguridad Nacional, Ben Gvir, ve en "la posibilidad de salida voluntaria" de los gazatíes "un paso necesario" para garantizar la seguridad de Israel. "Gaza no puede seguir siendo la cuna del terrorismo", ha añadido.

La ONU ya ha advertido a Trump de que el Derecho Internacional prohíbe cualquier tipo de desplazamiento forzoso, dentro de una ola de críticas secundada también por potencias europeas. Sin embargo, Israel no reconoce la legitimidad de la organización.

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