La embajadora estadounidense en Canberra destacó que todavía hay posibilidades para que el inculpado pueda ser trasladado a Australia, una afirmación que contrasta con las declaraciones del secretario de Estado norteamericano, quien se muestra reacio a que el inculpado sea liberado. Sin embargo, las fuentes de información sostienen que la última palabra la tiene el primer ministro australiano, Anthony Albanese, y el presidente norteamericano Joe Biden.

Caroline Kennedy, embajadora norteamericana destacada en la legación diplomática de la capital australiana, dijo que todavía es posible que Assange pueda regresar a Australia bajo un acuerdo por el cual se inculpe de haber cometido cargos de espionaje, además de serias violaciones sobre las estrictas medidas de la seguridad de los Estados Unidos.

Respondiendo a las preguntas del reportero de 9News sobre la posibilidad de que la resolución sobre el caso pudiera darse en términos diplomáticos, la embajadora espetó que el Departamento de Justicia está interviniendo. Mientras tanto, Kenny Assange, hermano de Julian, continúa haciendo junto a un grupo de amigos campaña para que el detenido sea liberado de la cárcel británica en la que está recluido. Una de las premisas fundamentales que reclaman es evitar por todos los medios que no sea trasladado a Estados Unidos.

Visión distinta a la embajadora estadounidense

El experto adjunto a la Universidad Nacional matizó que la versión dada por la diplomática estadounidense sobre el caso Assange refleja las mismas ideas de la Administración de Biden, siendo proclive a que el inculpado no sea puesto en libertad. A continuación, el experto en leyes añadió que sería más apropiado que el inculpado admitiera sus errores y, al mismo tiempo, que se consideren los cuatro años que estuvo encarcelado en la prisión británica de alta seguridad. Además, en el curso de las deliberaciones habría que poner hincapié en la posibilidad de intercambio con norteamericanos que están detenidos en las penitenciarías australianas

Por si fuera poco, añade Don Rothwell, el caso se complica en el momento que Assange sea trasladado a Estados Unidos admitiendo su culpabilidad, lo cual significa que no sería posible plantear una admisión de culpabilidad al margen de la jurisdicción de EEUU.

Y por lo que respecta a las declaraciones del hermano de Assange, Ron Rothwell da un aviso que pasar por la posibilidad de que Julian se suicide.

Firme en la decisión de no liberar al reo

Anthony Blinken's, quien después del presidente de la nación ostenta el cargo más poderoso del país nortemericano para resolver el futuro de Assange, manifestó en distintos medios de comunicación que este segundo tenía una conducta criminal con cargos severísimos en conexión con el rol que tuvo en uno de los casos más comprometidos de la historia de los Estados Unidos de América. En este contexto citó a los papeles o informes clasificados, una acción que puso en peligro el sistema de seguridad de los Estados Unidos.

En manos de mandatarios políticos

En declaraciones a los medios informativos, Bains, quien forma parte de un equipo de expertos que velan por el futuro de Assange, dijo asimismo que la llave para resolver el caso estaba en manos del primer ministro australiano, Anthony Albanese, y el presidente norteamericano Joe Biden, durante el próximo encuentro que tendrá lugar en el mes de octubre en la Casa Blanca.

En este contexto, recalcó que el jefe del ejecutivo australiano tendría que tener coraje suficiente para dialogar con el presidente norteamericano sobre la necesidad de poner punto final al polémico caso extraditando a Assange a Australia y cumplir su condena en una penitenciaría australiana.

Por otro lado, en las últimas 24 horas una representación de personalidades políticas y diplomáticas se pusieron en contacto con los medios con la intención de que el primer ministro australiano intensifique sus esfuerzos con el fin de conseguir la excarcelación del reo.

Como botón de muestra, Rod Welford, ex ministro del Interior de la demarcación territorial de Queensland, envió una carta al primer ministro australiano dando a conocer la mala conducta del gobierno chino en materias de los derechos humanos o bien de encarcelar a personas sin que existan pruebas fehacientes. Sin embargo, añadía la misiva del exministro, cuando se trata de un caso como el de Assange, quien tampoco es residente de los Estados Unidos y no ha perpetrado ningún delito en el país norteamericano, se pone en entredicho la facultad de las leyes norteamericanas.

En este ejemplo, Welford cita que cualquier asunto polémico con matices políticos puedan ser relacionados por las autoridades norteamericanas de peligroso por trascender con la normativa el departamento de Seguridad del país americano, algo que repercute mayormente en los periodistas y los llamados "whistleblowers"