Abogado de 70 años y heredero de la dinastía Kennedy, Robert F. Kennedy, hijo de Bob, será el nuevo secretario de Salud de la segunda Administración Donald Trump. Así lo anunció el próximo presidente de los Estados Unidos de América a través de X, donde prometió que su nuevo responsable de Sanidad “garantizará que todos estén protegidos de productos químicos nocivos, los contaminantes, los pesticidas, los productos farmacéuticos y los aditivos alimentarios que han contribuido a la abrumadora crisis de salud”. Un activista antivacunas y pro-medioambiente que aseguró que el Covid estaba diseñado para atacar a las “personas negras y blancas” porque “judíos y chinos son inmunes”.
Su nombramiento, uno de los más polémicos en un rosario de designaciones ya de por sí controvertidas, depende de la confirmación del Senado. Es sobrino de John F. Kennedy e hijo del senador Robert Kennedy, ambos asesinados durante la década de los 60. Alcanzó la popularidad cuando comenzó a tomar posición en el frente antivacunas, además de haber dado voz a infinidad de teorías de la conspiración. Con este bagaje, se presentó como candidato presidencial independiente a las elecciones de 2024, pero antes de los comicios canceló su campaña y brindó su apoyo a Trump. Semilla que ahora dio sus frutos al recoger la titularidad del departamento de Sanidad.
Trump prometió que su secretario de Salud defenderá los intereses de los estadounidenses frente al “complejo industrial de alimentos y las farmacéuticas que han engañado y desinformado”. Recetas clásicas del relato populista y conspiranoico que culminan con un compromiso para erradicar la “epidemia de enfermedades crónicas y hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande y saludable”. Robert F. Kennedy recogió el guante y, a través de sus redes sociales, prometió “limpiar la corrupción”, terminar con las “puertas giratorias entre la industria y el Gobierno” y asumió la tarea de “volver a hacer que los estadounidenses sean la gente más sana del mundo”.
Prolífico activista antivacunas…
Robert F. Kennedy nació en el año 1954, en el seno de una de las familias más prestigiosas de la casta política norteamericana. Hijo del ex fiscal general y exsenador, Robert F. Kennedy, y sobrino del presidente John F. Kennedy; ambos asesinados en la década de los 60. Pronto le colgaron el sambenito de rebelde en la familia, al coleccionar choques con la justicia en su juventud.
Tras una extensa carrera de cuatro décadas como abogado ambientalista, en los últimos años ha adquirido gran fama por su activismo contra las vacunas, así como liderar movimientos contra la regulación y seguridad de productos farmacéuticos. En 2007 fundó la organización Childern’s Health Defense, organización dedicada a denunciar lo que define como prácticas dañinas en la industria y la producción vacunas. Una suerte de ONG que clama contra la supresión de algunos químicos en productos y que, a la postre, está considerada por la comunidad científica como una peligrosa fuente de desinformación.
Kennedy Jr. ha publicado diversos libros en este sentido, siendo uno de los más conocidos The Real Anthony Fauci (El verdadero Anthony Fauci); un ensayo sobre el responsable de inmunología durante la pandemia del coronavirus. El futuro secretario de Salud expone en sus publicaciones opiniones sobre presuntos efectos negativos de las vacunas y conflictos de intereses en el sistema sanitario estadounidense. Afirmaciones catalogadas como falsas que ha replicado durante años, como la que vincula el autismo y las vacunas, algo que numerosos estudios han tumbado.
Anthony Fauci no fue el único foco de la ira de Kennedy, pues también se ha centrado en el estudio de otras figuras de relevancia como Bill Gates o el propio presidente saliente, Joe Biden. A ambos les acusa de tergiversar información sobre la pandemia en beneficio de intereses privados. También ha ejercido como productor ejecutivo. Fue en el año 2021, en un documental dirigido contra las vacunas denominado Vaxxed II: The People’s Truth, dirigido por el exmédico Andrew Wakefield, más conocido por iniciar el movimiento antivacuna.
Este posicionamiento de Kennedy no sólo ha levantado ampollas entre la comunidad científica y el resto de la sociedad norteamericana, sino también entre los miembros de su propia familia. Algunos de ellos han manifestado públicamente su desacuerdo con las teorías que aviva el futuro secretario de Salud, asegurando que sus ideas y actividades en su ONG han tenido consecuencias peligrosas para la salud pública. No obstante, a pesar de ello, Kennedy ha negado que esté contra las vacunas y, de hecho, la pasada semana, cuando se especulaba con su designación final, afirmó que no le quitaría las vacunas “a nadie”.
…y medioambiental
Resulta chocante que una persona abonado a teorías conspiranoicas sobre las vacunas y alimente sus presuntos efectos nocivos sea, al mismo tiempo, un prolífico activista medioambiental. De hecho, en su vida no sólo se ha dedicado al activismo, sino que en su currículum queda patente una extensa carrera como abogado defensor ambientalista.
Comenzó en la década de los 80, ejerciendo como asesor y letrado de organizaciones como Riverkeeper y Natural Resources Defense Council (NRDC), defendiendo los derechos medioambientales de particulares y colectivos frente a las grandes compañías. Lo que le llevó a fundar Waterkeeper Alliance en 1999, organismo que congrega a cientos de grupos que pugnan por la protección del agua en todo el planeta. También con su bufete de abogados, Kennedy & Madonna LLP, litigó en importantes causas de contaminación.