El recién elegido papa León XIV se ha unido a las condenas internacionales por la gestión del gobierno israelí de la crisis humanitaria en la Franja de Gaza. Ha hecho un llamamiento para que “se permita la entrada de ayuda humanitaria digna” a la Franja, un mensaje que se une a la petición aprobada por la Unión Europea de revisar sus Acuerdos de Asociación con Israel.

“La situación en la Franja de Gaza es cada vez más preocupante y dolorosa”, ha señalado en un mensaje en sus redes sociales este miércoles. “Renuevo mi ferviente llamamiento”, ha destacado, para que “se ponga fin a las hostilidades” en la región. A principios de este mes, la Organización de Naciones Unidas (ONU) advirtió que “los alimentos se han agotado” y, la semana pasada, alertó de que “la Franja entera está en riesgo de hambruna”.

El Programa de Comida Mundial (WFP) de la ONU ha lanzado la misma alerta, afirmando que “sin una acción inmediata”, las condiciones en Gaza harán que “el umbral de hambruna se supere en los próximos 5 meses”. WFP destacó que, a pesar de tener suficiente comida para “dar de comer a un millón de personas durante cuatro meses” en los corredores de ayuda humanitaria, no han podido acceder a la Franja desde el 25 de abril. Sin embargo, a principios de esta semana, Israel permitió el acceso a 100 camiones.

La Oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, confirmó que “se permitirá el acceso a una cantidad mínima de comida para la población para prevenir el desarrollo de una hambruna”. No obstante, el Papa ha exigido que se permita una entrada “digna” de ayuda.

A pesar de la resistencia de miembros del gobierno israelí a permitir la entrada de ayuda humanitaria por el riesgo de que cayera en manos del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), Netanyahu ha aprobado una pequeña apertura por razones diplomáticas. “No podemos permitir que se llegue a una situación de hambruna, tanto desde una perspectiva práctica como desde una diplomática”, afirmó el primer ministro israelí en un video en redes sociales.

El gobierno israelí resaltó ayer en sus redes sociales que, frente al establecimiento de “zonas seguras” para la distribución de ayuda humanitaria, “Israel está llenando el vacío con envíos diarios de esenciales”. “La ayuda es para a gente. No para Hamás”, zanja el gobierno.

Los rehenes en el centro de las negociaciones

La operación que incluye la “retención” del territorio de la Franja -no se ha especificado cuánto territorio oficialmente- del ejército israelí, Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), tiene una duración prevista de un año. “Esto es una guerra de civilización frente al barbarismo”, afirma un comunicado de la oficina de Netanyahu, añadiendo que “la guerra empezó cuando el 7 de octubre, terroristas palestinos atacaron [sus] frontera, asesinaron a 1,200 personas inocentes y capturó a más de 250 inocentes más a las cárceles de Gaza”.  Afirma que “esta guerra puede acabar mañana si los rehenes restantes se ponen en libertad, si Hamás entrega sus armas, sus líderes asesinos son exiliados y si Gaza es desmilitarizada”.

El jefe de Estado mayor israelí, Eyal Zamir, emitió un ultimátum este martes donde asegura que la operación israelí no cesará hasta que Hamás libere a los rehenes restantes. “Hamás pagará el precio por su rechazo”, alertó, y afirmó que IDF “expandirá su maniobra terrestre, conquistará territorio adicional y despejarán y destruirán la infraestructura del terror hasta que sea derrotado”.

Paralelamente, 21 estados miembros de la Unión Europea se han reunido para pedir la revisión del Acuerdo de Asociación de la Unión con Israel. Inicialmente, esta petición estaba formada por España, Irlanda, Eslovenia y Luxemburgo, pero, a pesar del acceso de ayuda básica en la Franja, se han unido otros 13 países a la petición. Este martes, la alta representante de la Unión Europea, Kaja Kallas, anunció que se ha aceptado la petición por la situación “catastrófica” en Gaza.

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