El Papa Francisco desvela, en una entrevista a Il Corriere della Sera, que el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, le reveló, en una reunión el pasado 21 de abril durante su visita a El Vaticano, que el plan de Rusia pasa por que todo termine el "9 de mayo". Desde la Santa Sede, el Sumo Pontífice ha mostrado su esperanza de que esta guerra termine pronto, debido a la escalada de estos últimos días. Asimismo, destaca que ahora son más regiones las afectadas: "No es solo el Donbass, es Crimea, es Odessa, le quita el puerto del Mar Negro a Ucrania, es todo". En este sentido, no ha ocultado su "pesimismo", pero subraya que "debemos hacer todos los gestos posibles" para frenar el conflicto. 

Francisco I ha mostrado al Gobierno ruso su disponibilidad para viajar a Moscú y reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin, aunque de momento no ha recibido respuesta. A pesar de ello, asegura que la Santa Sede sigue “insistiendo” para organizar un viaje a Rusia, aunque teme que Putin no se presente en la reunión.

En esta entrevista el Papa hizo alusión a la primera llamada telefónica que hizo al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, tras el primer día de invasión en Ucrania. En estos momentos aún no ha balado con Putin, de quien recibió una llamada en diciembre por su cumpleaños y que después de 20 días de guerra solicitó al cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, que enviaría al presidente ruso el mensaje de que estaba dispuesto a viajar a Moscú.

Prefiere Moscú a Kiev

Desde Roma, el Papa rechaza, por el momento, un viaje a Kiev. "Siento que no debo ir. Tengo que ir a Moscú primero, tengo que reunirme con Putin primero. Pero yo también soy sacerdote, ¿qué puedo hacer? Hago lo que puedo. Si Putin abriera la puerta...", afirmaba.

Según el Corriere della Sera, el Papa está especialmente preocupado porque cree que Putin no se detendrá. El Sumo Pontífice no cree que convenza a Putin de organizar una reunión entre ambos. Tras el encuentro vía zoom con el Patriarca Kirill de la Iglesia Ortodoxa Rusa, aboga por buscar "caminos de paz" y, de esta manera, "detener el fuego de las armas".

Francisco I entiende que el Patriarca “no puede convertirse en el monaguillo de Putin". La reunión que los religiosos tenían prevista con Putin en Jerusalén el 14 de junio habría sido su "segundo encuentro cara a cara", aunque nada tendría que ver con la guerra. No obstante, cree que si se produjera el encuentro se trasladaría una "señal ambigua".

El papel de la OTAN

El Papa ha afirmado que no sabe si el “enfado” de Putin con él tiene relación con la presencia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a las puertas de Rusia, aunque estima que "sí lo facilitó". 

El Pontífice ha condenado la decisión de que algunos países europeos incrementen el gasto militar hasta el 2% del PIB, como sugiere la Alianza Atlántica. "No sé responder, estoy demasiado lejos, a la pregunta de si es correcto abastecer a los ucranianos -ha contestado Francisco-. Lo que está claro es que allí se están probando armas. Los rusos ahora saben que los tanques sirven de poco y están pensando en otras cosas. Las guerras se libran para esto: para probar las armas que hemos producido", ha matizado.

La Guerra Civil en España sirvió como prueba de armas

Francisco ha hecho alusión a que esto fue lo mismo que sucedió en la Guerra Civil española antes que se iniciase la Segunda Guerra Mundial.

Ha señalado que el comercio de armas es un “escándalo”, al que según él pocos se oponen.  A esas declaraciones el pontífice ha añadido que: “Hace dos o tres años llegó a Génova un barco cargado de armas que hubo que trasladar a un gran carguero para transportarlas a Yemen. Los trabajadores del puerto no querían hacerlo. Dijeron: pensemos en los niños de Yemen. Es una cosa pequeña, pero un bonito gesto. Debería haber tantos así", ha zanjado.