Los gobiernos de varios países de Oriente Próximo han expresado su firme condena a la petición presentada por más de una decena de ministros pertenecientes al partido del primer ministro, Benjamín Netanyahu, que exige la anexión de Cisjordania antes del final de mes. Los miembros del partido Likud han afirmado que deben aprovechar el “éxito histórico” de la destrucción de los centros nucleares de Irán -pese a los informes contradictorios sobre el éxito de esta operación- para asegurar la seguridad del país.

Mientras que los 15 políticos israelíes han afirmado que esta anexión permitirá que Israel combata “el riesgo existencial” que asegurará la “seguridad de Israel durante generaciones”, Egipto ha rechazado la propuesta por violar el derecho internacional. "Egipto rechaza categóricamente estas declaraciones, que suponen una clara violación del Derecho Internacional y un peligroso intento de consolidar una ocupación ilegal de los territorios palestinos", ha señalado el Ministerio de Exteriores de Egipto a través de un comunicado publicado en Facebook.

Ha recalcado que el objetivo de estas propuestas es "socavar el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación y al establecimiento de su Estado independiente según las líneas del 4 de junio de 1967 en Cisjordania y la Franja de Gaza, con Jerusalén Este como capital", en línea con la solución de dos Estados, respaldada por la comunidad internacional, incluida España. Sin embargo, el partido de Netanyahu ha defendido en su petición al primer ministro que “la tarea debe completarse [eliminar los aliados de Irán] y el riesgo existencial desde dentro debe ser eliminado, para prevenir otra masacre en el corazón del país”.

No obstante, Egipto ha reiterado su “rechazo a las flagrantes violaciones israelíes en Cisjordania, incluidas las incursiones militares, las detenciones y la ampliación del establecimiento de asentamientos ilegales, junto con los crímenes que tienen lugar en la Franja de Gaza y cuyo objetivo es socavar todos los aspectos de la vida del pueblo".

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores de Jordania -país que gestionó Cisjordania durante casi dos décadas hasta 1967-, Sufian al Qudá, también ha condenado las intenciones de miembros del gobierno israelí por ser una “flagrante violación del Derecho Internacional y de las obligaciones de Israel, como potencia ocupante, en los territorios palestinos".

"Supone también un atentado inaceptable contra el derecho del pueblo palestino a establecer su Estado independiente y soberano sobre las fronteras del 4 de junio de 1967, con Jerusalén ocupada como su capital", ha esgrimido en su comunicado en sus redes sociales, donde ha recordado que "Israel no tiene soberanía sobre los territorios palestinos ocupados".

Al Qudá, además de detallar las mismas violaciones que Egipto, ha advertido de "las consecuencias del continuo recrudecimiento de las políticas israelíes" y ha pedido a la comunidad internacional que "asuma sus responsabilidades legales y morales para que Israel, como potencia ocupante, ponga fin a su agresión contra Gaza y sus violaciones en Cisjordania", al tiempo que ha defendido la necesidad de garantizar la creación del Estado de Palestina.

Turquía se ha sumado a la protesta emanada de varias potencias de la región, donde su Ministerio de Exteriores ha publicado un comunicado condenando la propuesta de los ministros israelíes en su cuenta de X. “Estas afirmaciones son una clara indicación de las políticas de asentamiento de Israel, las cuales violan el derecho internacional, y es un esfuerzo para perpetuar la ocupación [de Cisjordania]”.

Ha afirmado que las “intervenciones” israelíes en los territorios palestinos aumentan la inestabilidad de la región y ha calificado las intenciones de anexión como “llamamientos irresponsables”, especialmente en un contexto de “esfuerzos en curso para un alto el fuego”.  Asimismo, ha abogado por la creación de un Estado palestino para "garantizar una paz duradera, una confianza mutua y una estabilidad en Oriente Próximo".

Los aliados de Estados Unidos se unen a las condenas

Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Arabia Saudí ha señalado en su cuenta en X que "condena" y "denuncia" estas palabras, que "violan las resoluciones internacionales", al tiempo que ha mostrado su rechazo a "cualquier intento de expandir los asentamientos en territorios palestinos".

En paralelo a estas condenas, fuentes cercanas a las conversaciones entre Netanyahu y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han señalado la intención de convertir a Cisjordania en un territorio bajo la soberanía limitada de Israel, según Israel Hayom. Esto le permitirá tener un grado de autonomía, pero partes de su gestión estarían bajo el control del Estado judío. El acuerdo entre ambos incluiría el “reconocimiento” por parte de Estados Unidos de esta “soberanía”, lo que, de concretarse, se alinearía con las intenciones del partido del primer ministro israelí de anexionar el territorio.

Riad, la capital de uno de los países de la región que no reconoce a Israel formalmente como un Estado legítimo, ha subrayado su "apoyo total al pueblo palestino en la búsqueda de sus derechos legítimos, en línea con las resoluciones internacionales legítimas y la Iniciativa Árabe de Paz”. Ha afirmado que esta es su posición “firme e inquebrantable” frente a la propuesta israelí.

De forma similar, el Ministerio de Exteriores de Catar, que tampoco reconoce a Israel como un Estado, ha defendido que las afirmaciones del partido Likud son “una extensión de las políticas racistas, coloniales y de asentamiento por parte de la ocupación, así como una flagrante violación del Derecho Internacional y de la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas".

Doha ha reseñado "la posición firme e inquebrantable del Estado de Qatar en apoyo de la causa palestina", fundamentada "en las resoluciones internacionales" y en "la solución de dos Estados", que “garantiza el establecimiento de un Estado palestino independiente a lo largo de las fronteras de 1967, con Jerusalén Este como su capital". Pese a sus diferencias fundamentales y el hecho de que Turquía, Jordania y Egipto reconocen a Israel, mientras que Arabia Saudí y Catar no, los cuatro países han defendido la creación de un Estado palestino y han condenado rotundamente las actuaciones israelíes.

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