El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado que el Gobierno israelí ha dado luz verde a una propuesta de alto el fuego de 60 días en la Franja de Gaza, lo que abre la puerta a una posible desescalada en uno de los conflictos más sangrientos de los últimos años en Oriente Próximo. A través de un comunicado en su red social, Truth Social, el mandatario estadounidense ha instado directamente a Hamás a aceptar el mismo compromiso, argumentando que es la única vía para evitar un recrudecimiento aún mayor de la violencia en la región.

“Mis representantes han mantenido hoy una larga y productiva reunión con la delegación israelí para abordar la situación en Gaza. Tras estas conversaciones, Israel ha aceptado las condiciones necesarias para cerrar un alto el fuego de 60 días, durante el cual trabajaremos con todas las partes para poner fin definitivo a la guerra”, ha expresado Trump. Según ha añadido, serán los gobiernos de Qatar y Egipto - actores clave en la mediación regional - quienes trasladarán formalmente la propuesta a la organización palestina Hamás.

El presidente norteamericano ha lanzado un claro mensaje al grupo islamista palestino, al que ha instado a sumarse al alto el fuego sin dilación: “Por el bien de Oriente Próximo y de su pueblo, Hamás debería aceptar este acuerdo. Si no lo hace, la situación no mejorará, sólo empeorará”, ha advertido.

La posible tregua llega en un contexto de creciente presión internacional para detener las hostilidades, que han dejado miles de muertos y un número aún mayor de desplazados desde el inicio de la ofensiva israelí. Aunque el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, todavía no ha confirmado públicamente el anuncio hecho por Trump, se prevé que ambos mandatarios se reúnan la próxima semana en Washington para tratar, entre otros asuntos, esta iniciativa de paz.

Este viaje a Estados Unidos coincide con un momento clave en la relación entre ambos países. El presidente Trump ya había anticipado el pasado viernes la posibilidad de reactivar un proceso de alto el fuego, después de que el ejército israelí rompiera el pacto alcanzado en enero con Hamás, el cual había logrado contener temporalmente los enfrentamientos hasta su ruptura el 18 de marzo.

Egipto y Qatar, actores habituales en los esfuerzos diplomáticos en la región, han sido piezas fundamentales en la elaboración de esta nueva propuesta. Su papel ha sido especialmente valorado por Trump, quien ha reconocido el trabajo “muy duro” de ambos países por “ayudar a traer la paz” a Gaza.

Aunque la viabilidad de este alto el fuego dependerá de la respuesta de Hamás y de la estabilidad del compromiso israelí, la iniciativa representa un nuevo intento por frenar la escalada del conflicto y evitar una mayor catástrofe humanitaria en el enclave palestino.

En este contexto, la comunidad internacional observa con cautela, pero también con esperanza, un posible avance hacia la paz en una región marcada por décadas de violencia. Si se confirma el acuerdo, los próximos dos meses podrían convertirse en una ventana de oportunidad para avanzar hacia una solución más duradera, aunque los desafíos diplomáticos y políticos que implica siguen siendo enormes.

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