El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado este martes con cortar los miles de millones de dólares en subsidios que las empresas de Elon Musk reciben del Gobierno federal, escalando de esta manera la batalla verbal entre el mandatario y el hombre más rico del mundo, quienes a comienzos de año parecían mostrar fuertes lazos de amistad y sintonía.
La disputa se ha reavivado este lunes cuando Musk, que se gasto cientos de millones en promocionar la reelección del actual presidente, reafirmó sus críticas al proyecto de ley de recorte de impuestos y gastos de Trump, el cual eliminaría los subsidios a la compra de vehículos eléctricos que tanto a beneficiado a Tesla, la empresa del sudafricano y principal fabricante de automóviles eléctricos en Estados Unidos. “Está molesto porque esta perdiendo su mandato sobre los vehículos eléctricos” ha dicho Trump a los periodistas en la Casa Blanca este martes, a lo que ha añadido que “está muy molesto por las cosas, pero puede perder mucho más que eso”.
Las empresas de Musk, especialmente Tesla y SpaceX, dependen en gran medida de una serie de contratos, políticas, subvenciones y créditos federales que han proporcionado a las corporaciones decenas de miles de millones de dólares en ingresos a lo largo de los años. Algunos de estos beneficios para Tesla, incluidos los créditos fiscales a los consumidores por la compra de vehículos eléctricos, ya estaban en el punto de mira del proyecto de ley fiscal de Trump. Las acciones de Tesla han caído casi un 5% en las operaciones de este martes.
El CEO de Tesla ha vuelto a sus amenazas de fundar un nuevo partido político y gastar su dinero para desbancar a los legisladores que apoyen el proyecto de ley fiscal, a pesar de haber hecho campaña sobre la limitación del gasto público y haber encabezado el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Este martes, el primer paso del proyecto de ley ha sido aprobado por el Senado y debe contar ahora con la ratificación de la Cámara de Representantes de mayoría conservadora, por lo que los temores de Musk se pueden materializar muy pronto.
No esta claro la influencia que aún conserva Musk sobre el Congreso ni que efecto podrían tener sus declaraciones en la aprobación final de la ley. Pero lo que a los republicanos preocupa sin duda es su enemistad con Trump y que esta pueda perjudicar sus posibilidades de mantener la mayoría parlamentaria tras las elecciones legislativas previstas para 2026.
El presidente estadounidense ha afirmado que Musk podría haber recibido más subvenciones “que cualquier ser humano en la historia, con diferencia”, a lo que ha añadido: “No más lanzamientos de cohetes, satélites o producción de coches eléctricos, nuestro país se ahorrará una fortuna”. Más tarde, Trump ha subido la apuesta, señalando a los periodistas con una sonrisa que “DOGE es el monstruo que podría tener que volver y comerse a Elon”.
Los retos de Tesla
La disputa podría crear nuevos retos para el imperio corporativo de Musk, sobre todo porque el fabricante de automóviles eléctricos ―su principal fuente de ingresos― apuesta fuerte por el éxito de sus taxis autónomos que se están probando ahora en Austin. La velocidad de expansión de estos taxis sin conductor de Tesla depende en gran medida de la regulación estatal y federal de los vehículos autónomos.
El Departamento de Transporte de Estados Unidos regula el diseño de los vehículos y desempeña un papel clave a la hora de decidir si Tesla puede producir sus taxis autónomos, mientras que SpaceX, la empresa espacial de Musk, tiene unos 22.000 millones de dólares en contratos federales. Tesla también obtiene créditos regulatorios por la venta de vehículos eléctricos; la compañía informó de 2.800 millones de dólares en esos créditos durante 2024, que podrían reducirse drásticamente bajo el proyecto de ley de impuestos.
Trump ya había amenazado a principios de junio con recortar los contratos gubernamentales de Musk cuando su relación estalló en una pelea a través de las redes sociales sobre el proyecto de ley fiscal. Según los analistas, la implantación de esta ley añadiría unos 3 billones de dólares a la deuda estadounidense. La consiguiente venta masiva de acciones de Tesla borró más de 150.000 millones de dólares en valor de mercado, aunque el valor se recuperó algo después de que Musk se retractara de algunos de sus comentarios.
La tregua duró poco, ya que Musk calificó el pasado sábado el proyecto de ley fiscal de “totalmente demencial y destructivo” en una publicación de X. Advirtió que los legisladores que votaron a favor del proyecto de ley después de haber hecho campaña sobre el recorte del gasto “perderán sus primicias el año que viene, aunque sea lo último que haga en esta Tierra”.
Cuando ha sido preguntado por los periodistas si iba a deportar a Musk, Trump ha contestado al salir de la Casa Blanca este martes: “No lo sé. Tendremos que echar un vistazo”. Recordando a la curiosa forma que tiene el presidente norteamericano de ironizar ante las preguntas justo antes de llevar a cabo lo que parecía una broma.