La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha explicado el peligro que encarna el presidente Donald Trump en los últimos 12 días de mandato. La demócrata ha telefoneado al principal mando del Ejército de Estados Unidos, el general Mark Milley, para pedirle garantías de que Trump no tenga acceso al código del arma atómica, es decir: el botón nuclear.

La demócrata, que es la tercera en la línea de poder del país, explicaba la preocupación ante las pruebas de que el republicano está “desquiciado” y muestra signos preocupantes sobre su salud mental.

Este miércoles, Trump alentaba a una turba de fanáticos calificados por numerosos cargos demócratas y republicanos como "terroristas domésticos" que se disponían a asaltar el Capitolio cuando los legisladores se disponían a certificar la victoria del presidente electo, Joe Biden.

La situación recuerda a Nixon

La situación de Trump recuerda mucho a la que se vivió en los últimos días de presidencia de Richard Nixon los días previos a su renuncia por el Watergate. Entonces, el presidente norteamericano se mostraba en cólera con una fuerte tendencia al alcohol. El secretario de Defensa de la época, James Schlesinger, fue el encargado de controlar las intentonas de Nixon.

La reacción que pueda tener el actual presidente, cargado de ira, hacen temer que pueda tomar más acciones como conseguir un indulto por alentar a la sedición.

Ahora no ocurre lo mismo. Tras las elecciones, Trump despidió al secretario de Defensa Mark Esper y puso en su lugar a Christopher Miller, que no tiene ningún tipo de experiencia en la materia.

Llegó al cargo gracias a ser una persona fiel a Trump, rodeado de extremistas y de difusores de conspiraciones, que hacen temer que no se pueda parar a Trump.