La Cámara de Representantes de Estados Unidos debate este miércoles los artículos del proceso de impeachment que culpan al todavía presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por “incitar a la insurrección” apenas una semana después de que decenas de sus ultras entraran por la fuerza en el Capitolio y detuvieran unas horas el proceso de certificación de la victoria del presidente electo, Joe Biden.

La presidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi, ha declarado este miércoles que el presidente es un “peligro” para la nación y que “se tiene que ir”. Por su parte, varios congresistas republicanos fieles al presidente han calificado este impeachment de “temerario” e “insensato”  pidiendo que sea rechazado “por el bien común”.

"El presidente debe ser acusado y, creo, el presidente debe ser condenado por el Senado, un recurso constitucional que garantizará que la República esté a salvo de este hombre que está tan decidido a derribar las cosas que nosotros hemos abrazado", decía. También se ha mostrado muy dura con los asaltantes asegurando que "estos insurrectos no eran patriotas... eran terroristas domésticos... No aparecieron de la nada. Fueron enviados aquí por el presidente para 'luchar como el demonio'".

La líder demócrata ha querido lanzar un mensaje: “es un claro y presente peligro para el país que todos amamos”.

No obstante el proceso de impeachment no cuenta solo con el respaldo demócrata como ocurría en 2019. Se espera que en torno a una veintena de republicanos apuesten por destituir a Trump, entre ellas la número tres del partido en la Cámara, Liz Cheney. Si se aprobara en la Cámara, como parece probable, se abrirá un juicio en el Senado, donde la destitución requerirá del voto de dos tercios de los legisladores.