La ex canciller alemana Angela Merkel se ha mostrado muy contundente contra el líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y candidato a la cancillería, Friedrich Merz, por aceptar el apoyo del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) en una reciente votación parlamentaria sobre política migratoria. Merkel ha roto un silencio de casi cuatro años, ya que llevaba fuera de la vida política desde su cese en 2021, para expresar que le parece "un error dejar de sentirse vinculado a la promesa de no pactar con AfD".

La moción en concreto, aprobada el 29 de enero en el Bundestag, propone rechazar en la frontera a todos los extranjeros sin documentación válida, incluidos los solicitantes de asilo. La medida fue respaldada por la CDU/CSU y contó con el apoyo decisivo de la AfD, significando la primera ocasión en la que se lograba una mayoría parlamentaria con el apoyo de este partido de ultraderecha, lo que podría marcar un cambio de rumbo en iniciativas futuras.

La ex canciller también ha recordado que, en noviembre de 2024, Merz propuso a los socialdemócratas y a los verdes que solo se llevaran al pleno decisiones consensuadas por las tres fuerzas, evitando así mayorías dependientes de la AfD y construyendo una suerte de cordón sanitario como en otros países europeos. "Considero un error dejar de sentirse vinculado por esta propuesta y, el 29 de enero de 2025, por primera vez, haber permitido una mayoría con los votos de la AfD en una votación en el Bundestag alemán", ha aseverado la que fuera también presidenta del G8.

Un fuerte cisma

La decisión de Merz no ha sido únicamente cuestionada por un peso pesado de la política alemana, sino que ha abierto un amplio debate en el país. El actual canciller, Olaf Scholz, ha seguido la estela de su predecesora y ha calificado la acción como un "error imperdonable", enfatizando que, desde la fundación de la República Federal de Alemania, se ha mantenido un fuerte consenso entre los demócratas de diferentes palos para no colaborar con la extrema derecha, en un país que conoce de primera mano los peligros de esta rama política.

Por su parte, Merz se ha justificado argumentando la necesidad de actuar ante "recientes incidentes violentos relacionados con los solicitantes de asilo". El líder democristiano ha argumentado que aunque para él era preferible formar mayorías con partidos del centro democrático, como hasta ahora, en esta ocasión no había sido posible. La decisión de aceptar el apoyo de la AfD ha sido vista por muchos como un punto de inflexión, en tanto que supone la ruptura de un mantra político muy interiorizado en el país, ya que la colaboración con la extrema derecha ha sido históricamente evitada por motivos obvios. 

Así las cosas, y a falta de ver si este acuerdo abre una nueva senda de pactos con cabida para la extrema derecha o si simplemente se ha tratado de algo puntual, este episodio manifiesta los roces internos dentro de la CDU y plantea interrogantes sobre el futuro de la política alemana, con las elecciones federales del 23 de febrero a la vuelta de la esquina en un panorama volátil y tenso.

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