El Gobierno alemán ha acusado este lunes al magnate Elon Musk, propietario de la red social X, de intentar influir en las elecciones anticipadas de febrero tras mostrar su apoyo al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

"Lo que Elon Musk trata de hacer a través de sus comentarios es influir en la campaña electoral", ha indicado la portavoz adjunta del Gobierno, Christiane Hoffmann, agregando que si bien es libre de expresar sus opiniones las elecciones son un asunto de los alemanes. Con más de 209 millones de seguidores, Musk ha reposteado tuits que apoyan a AfD y que defienden que el partido no es de extrema derecha.

Uno de estos tuits critica a los medios por llamar a uno de los líderes del partido ultraderechista, Alice Weidel, “Hitler y de ‘extrema derecha’”; ha comentado que considerar a AfD como un partido de extrema derecha “es claramente falso”. La realidad es que, a finales del año pasado, uno de los políticos del partido Björn Höcke fue juzgado por utilizar lenguaje nazi en un discurso, según DW; el presidente del partido en Turingio tiene afiliaciones con grupos neonazis, de acuerdo con Le Monde; y, la organización está bajo vigilancia por órganos gubernamentales por su radicalismo.  

El magnate afirmó en X que "solo la AfD puede salvar Alemania", a lo que Weidel respondió que "tiene toda la razón". El canciller alemán, Olaf Scholz, contestó que la libertad de expresión es "válida" para los "multimillonarios", y aseguró que "se pueden decir cosas que no son correctas y que no contienen buenos consejos políticos".

El presidente de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Fredrich Merz, también criticó a Musk por expresar sus preferencias para las elecciones alemanas en redes sociales. "No recuerdo un caso comparable de injerencia en la campaña electoral de un país amigo en la historia de las democracias occidentales", dijo.

La normalización del neonazismo alemán

El apoyo de Musk a la extrema derecha alemana es especialmente controvertido porque AfD está bajo vigilancia por ser una amenaza al orden democrático liberal, de acuerdo con Fortune. Pese a que el partido presentase una apelación a la orden de vigilancia, perdieron el caso porque la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV) pudo probar que el partido mantenía “una agenda extremista de derecha”.

Se ha descubierto recientemente que miembros, tanto del partido como de su facción Alternativa Joven para Alemania (JA), tienen vínculos con organizaciones neonazis. Públicamente, el partido rechaza los lazos y niega ser una formación fascista, pero investigaciones de periodistas de Der Spiegel han desvelado que el grupo mantiene vínculos más estrechos de lo previamente sospechado. También encontraron que ideológicamente, se parece mucho al Partido Democrático de Alemania (NPD) -renombrado Die Heimat (La Patria)-, un partido abiertamente neonazi, xenófobo y ultranacionalista.

El experto en la extrema derecha, Matthias Quent, destaca que “el NPD y la AfD están estrechamente vinculados ideológicamente”. Explicó la normalización del neonazismo en ciertas zonas que han permitido que “la aceptación y elegibilidad de AfD aumenten”, según la investigación de Der Spiegel. Añadió que es una corriente ideológica que ya no asusta a los ciudadanos.

El sociólogo Wilheim Heitmyer advierte que AfD defiende un “radicalismo nacional autoritario”, una ideología que fomenta un Estado jerárquico, cuya sociedad es étnicamente homogénea y controlada por un estado de mano dura, según Foreign Policy.

Las elecciones se adelantan a febrero

Pese a que los partidos políticos principales del país rechazan a AfD, su popularidad entre la ciudadanía está creciendo. A finales de diciembre, el partido cuenta con el apoyo del 19% de la población, según el sondeo de Politico, y es el partido con el segundo mayor número de escaños en las elecciones europeas alemanas. Paralelamente, el recopilatorio de sondeos de Dawum en diciembre pone de relieve que AfD sigue siendo el partido con la segunda mayor aprobación pública, detrás de CDU/CSU.

A mediados del mes de diciembre, el parlamento alemán retiro su confianza del canciller Olaf Scholz. Debido al desacuerdo en el gobierno sobre la economía alemana y el subsecuente colapso de la coalición tripartitita, Scholz anunció un voto de confianza con el objetivo de perderlo para poder adelantar las elecciones, algo que consiguió.

El sistema alemán de representación proporcional suele favorecer la formación de coaliciones, pero la negación de los partidos alemanes de trabajar con AfD a nivel nacional puede complicar el acceso del partido al poder.  Además, fue expulsado de la coalición de extrema derecha del Parlamento Europea por ser excesivamente radical.  

El atentado en un mercadillo navideño alemán

El atropello en el mercadillo de Magdeburgo que mató a cinco personas e hirió a 200 ha resultado en la detención de Taleb al Abdulmohsen, un médico de 50 años y afiliado de AfD. Pese a ser de origen saudí, el detenido es abiertamente hostil hacia las personas de creencia musulmana, tuiteando y criticando a políticos alemanes como Angela Merkel por “islamizar a Europa”.

La motivación del ataque no está clara, pero algunos, como el fiscal Walter Nopens, sospechan que “el crimen podría tener como trasfondo un descontento respecto a la manera en que se trata a los refugiados de Arabia Saudita en Alemania”. Igualmente, a raíz del atentado, hubo protestas en la ciudad en contra de la inmigración. La ministra de interior alemana, Nancy Faeser, ha advertido que la extrema derecha se podía aprovechar del ataque para fomentar sus objetivos y que los políticos tenían que asegurarse de que “el atentado no sea mal utilizado por ninguno de los bandos”. Es posible que el atentado refuerce el apoyo a la extrema derecha, algo reflejado en la subida de dos décimas en el apoyo a AfD en los sondeos electorales de finales de diciembre, pero que aún no se puede afirmar con certeza.  

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