Este miércoles, el Gobierno de Estados Unidos ha anunciado un nuevo conjunto de sanciones dirigidas a tres personas y cinco empresas, además de dos buques, acusados de colaborar en actividades de contrabando de petróleo y gas licuado de petróleo (GLP) que benefician al grupo chií libanés Hezbolá. Esta medida llega en un contexto de alta tensión, ya que desde el pasado martes, Hezbolá ha intensificado sus enfrentamientos con Israel en la frontera sur del Líbano, tras los ataques iniciados por milicias palestinas.
El subsecretario interino del Departamento del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, Bradley T. Smith, expresó que estas sanciones buscan responder al continuo lanzamiento de cohetes por parte de Hezbolá contra Israel, acciones que, según él, "alimentan la inestabilidad regional". Smith criticó duramente a Hezbolá, acusándolo de priorizar la financiación de actos violentos en lugar de atender a las necesidades de la población libanesa, incluidos los miles de desplazados en el sur del país.
Entre los sancionados se encuentra Muhamad Habib al Sayid, quien ha asumido responsabilidades en algunos negocios de Muhamad Qasim al Bazzal, un miembro prominente de Hezbolá previamente sancionado por Estados Unidos en 2018. Al Bazzal ha sido identificado como una figura clave en la creación de canales para el transporte de GLP y otros productos derivados del petróleo, beneficiando directamente a Hezbolá.
Estados Unidos impone sanciones a individuos y empresas por apoyo a Hezbolá
Al Sayid también se ha desempeñado como enlace entre Al Bazzal y Ali Nayef Zgheib, un destacado empresario libanés que ha sido sancionado este miércoles. Zgheib estuvo involucrado en un proyecto petrolero en una refinería en Deir Ez Zahrani, al sur del Líbano. Además, otro empresario libanés, Boutros Georges Obeid, ha sido sancionado por su participación en acuerdos energéticos que favorecen a Hezbolá. Obeid es propietario de varias empresas junto con Zgheib, las cuales también han sido incluidas en la "lista negra" de Washington.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, subrayó la importancia de estas sanciones para interrumpir la generación de ingresos ilícitos de Hezbolá y aislar la red financiera del grupo. Con estas medidas, Estados Unidos refuerza su postura frente a las actividades de Hezbolá que, según las autoridades estadounidenses, contribuyen a la desestabilización de la región.