El partido izquierdista alemán, Die Linke, ha experimentado un cambio drástico en pocas semanas. Aunque parecía que no iban a conseguir asientos en el Bundestag -el parlamento alemán- por no llegar al umbral del 5% de votos, los sondeos están relatando un nuevo escenario. El partido ha más de doblado sus votos en los sondeos, saltando del 3,3% a principios de enero al 7% este jueves.
Parte de su popularidad se atribuye a un vídeo de sus redes sociales con Heidi Reichinnek donde critica a Friedrich Merz, líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) por haber aceptado el apoyo de la extrema derecha alemana, Alternativa para Alemania (AfD) para su política fronteriza. Dicha propuesta incluye el rechazo de inmigrantes en las fronteras.
Die Linke está creciendo especialmente entre los votantes femeninos jóvenes por su llamada de un “socialismo democrático”. Propone un rechazo a la derecha y ha hecho propuestas que incluyen la vivienda asequible, la igualdad, la protección al clima y el pacifismo. Su crecimiento inesperado está indudablemente auxiliado por el contexto político alemán y las influencias externas en las elecciones.
Este domingo se llevará a cabo las elecciones para el Bundestag tras el derrumbe de la coalición entre los Social Demócratas (SDP), el Partido Demócrata Libre (FDP) y los Verdes. Líderes estadounidenses, como Elon Musk, han sido acusados de influenciar indebidamente las elecciones alemanas al apoyar ferozmente a AfD en redes sociales, partido que está en segundo lugar en los sondeos.
¿Por qué se derrumbó la coalición alemana?
La disolución del tripartidismo alemana es fruto de un contexto político complicado. La tensión provocada por la crisis del COVID-19 junto con las consecuencias de la guerra en Ucrania causó fisuras entre los partidos que ya tenían políticas y posiciones contrapuestas. Esto se añade a la popularidad decreciente del canciller alemán, Olaf Scholz. El canciller llevó a cabo una moción de confianza con la intención de perderlas, algo que se cumplió; esto le permitió adelantar las elecciones a marzo.
A diferencia de otros sistemas electorales, la alemana está formulado para enfocarse en los partidos políticos, no en líderes particulares, según explica la profesora de derecho en la Universidad Toulouse Capitole, Aurore Gaillet en Le Monde. No obstante, dado la estabilidad del gobierno y la economía alemana, lo que mantiene al país como un punto de referencia para otros países del mundo, además de su posición como la economía más grande del continente, la disolución de su gobierno es preocupante para Europa.
El auge preocupante de AfD
Tras años de rechazo hacia la extrema derecha en Alemania, AfD ha experimentado un crecimiento notable los últimos años. Actualmente, los sondeos le otorgan el 20,4% de los votos y le posiciona en el segundo puesto en estas elecciones. Es abiertamente racista, antiinmigrante y radical en sus políticas, e investigaciones del medio alemán, Der Spiegel, ha conectado al partido con grupos neonazis.
AfD empela una retórica extremista hacia la población inmigrante e islámica a través de sus redes sociales. “¿CDU y SDP? No hacen nada. ¡Solo AfD está deportando!”, comunicó sobre una supuesta llamada de islamistas de atropellar a gente, refiriéndose al atentado de Magdeburgo en diciembre de 2024. “Cerrad las fronteras! ¡Para las reunificaciones familiares! ¡No a vuelos cárter para supuestos empleados locales, donde también hay criminales!”, exige el partido.
Varios de sus miembros tienen vínculos con personas que trabajan en entornos neonazis y, a pesar de negar públicamente sus afiliaciones, sus miembros han formado parte de reuniones con miembros del Partido Neonazi Democrático (NPD). Sus políticos también emplean a personas que formaban parte del NPD o incluso de organizaciones prohibidas como Heimattreue Deutsche Jugend (HDJ). Además, las cortes en Münster han puesto al partido bajo vigilancia desde mitades del año pasado por tener “una agenda extremista”, junto con su rama joven, Alternativa Joven para Alemania (JA).