Los conservadores europeos se revuelven ante el apretado calendario electoral que se avecina en países como España, donde las autonómicas y municipales precederán a las generales de diciembre. A esto habrá que sumarle la presidencia rotatoria de la UE que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ostentará en el segundo semestre del año. Además, el peso estratégico de nuestro país en decisiones tan trascendentales como los fondos europeos, las reglas fiscales o la reconfiguración del mercado energético escuece especialmente en ciertos sectores del PP europeo, donde creen que la amistad y confianza de Sánchez con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, está dañando sus capacidades negociadores en el seno de la Unión.

Con todo esto como telón de fondo, y con el PP de Alberto Núñez Feijóo insistiendo en que Europa se ha convertido en un terreno no neutral, ciertos pesos pesados empiezan a sumarse a los postulados defendidos por el alemán Manfred Weber, líder del grupo de los populares en el Parlamento Europeo y principal rival de von der Leyen desde que la dirigente belga cosechase los apoyos necesarios para una presidencia, la de la Comisión, que Weber ansiaba.

Es aquí donde se ha colado la guerra abierta con la proposición de ley para legalizar regadíos ilegales en el Parque Natural de Doñana. Mientras el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, capitaliza estas voluntades contrarias a las de Bruselas, las asociaciones medioambientales y el Ministerio de Transición Ecológica, el PP Europeo se divide entre prestar apoyos a sus compañeros españoles -Feijóo, fuera de desmarcarse, ha insistido en la promoción de esta medida- o hacer caso a los estudios que hablan de que este plan de regadíos secaría definitivamente un paraje ya de por sí maltrecho tras años de falta de previsión.

La postura oficial de Bruselas es clara: además de apercibir y sancionar a España, con la puesta en marcha de la proposición de ley ya aprobada en el parlamento autonómico, ha decidido redoblar sus advertencias. Una carta dirigida al Gobierno, advirtiendo de sanciones económicas que deberían pagar todos los españoles por el negacionismo andaluz, declaraciones simultáneas y una reunión con delegados enviados por Moreno Bonilla que acabó de la peor forma posible para los intereses del barón popular más cotizado por Feijóo desde que consiguiese imponerse con una solvente mayoría absoluta en un territorio de tradición socialista.

Con todo, el PP insiste en su mensaje: Bruselas no debería involucrarse en políticas de índole nacional. Por ello, desde Génova no han dudado en volver a recurrir a la parcela más conservadora de su grupo europeo para clamar clemencia, pedir que cesen las intromisiones y denunciar lo que a su juicio se ha convertido en una campaña de desprestigio realizada desde Moncloa con el visto bueno de la presidenta de la Comisión Europea.

Para ello, tanto el PP español como Manfred Weber no han dudado en arremeter contra sus propios compañeros, provocando un cisma entre los conservadores europeos que presagia meses de estrategias paralelas por ver quién consigue más apoyos. Concretamente, en unas acusaciones dirigidas de forma indirecta hacia von der Leyen, el señalado ha sido el comisario Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, a quien Weber, en compañía de la española Dolors Montserrat, acusó de estar teniendo un comportamiento inaceptable y estar haciendo “campaña en favor de Pedro Sánchez”.

Tengo que ser muy claro: vemos al comisario con una camiseta roja para hacer campaña para Sánchez y no presentándose como alguien que busca soluciones en este nivel”, manifestaba el alemán tras reunirse con Montserrat y el diputado Juan Ignacio Zoido. “Pedimos a Teresa Ribera que cese sus ataques a la Junta de Andalucía y a los andaluces y se reúna de una vez con el Gobierno de Juanma Moreno”, remataba la española.

La respuesta del PSOE no se hizo esperar. “Atacan a la ciencia, al sentido común, al Gobierno de España y ahora a la Unión Europea. Todo para no reconocer la atrocidad medioambiental que quieren cometer en Doñana”, insistían fuentes socialistas tras conocer estas declaraciones, pidiendo al PP que cesase en sus intenciones de desprestigiar la imagen de España: “No vamos a dejar que esta combinación de soberbia e ignorancia del PP la termine pagando una joya patrimonio de la Humanidad como Doñana. Usaremos todos los resortes políticos y legales para salvar Doñana de las garras de un PP echado al monte del negacionismo climático que pregona la ultraderecha de sus socios de Vox”, remataban.

Von der Leyen respalda a su comisario

Tras ser acusado de “partidista” y de hacer la campaña a Sánchez, y con pesos pesados del PP europeo denunciando que es demasiado cercano a los verdes, el comisario Virginijus Sinkevicius ha encontrado el respaldo de von der Leyen. La presidenta de la Comisión Europea, centrando sus argumentos defensivos frente a los vituperios de sus propios compañeros en el cumplimiento de la legalidad, ha insistido en que su comisario está haciendo lo correcto.

El encargado de asegurar este apoyo ha sido el portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer, quien ha explicado que la postura de la presidenta no se mueve un ápice: "La Comisión está cumpliendo su papel de gestionar un expediente sobre la base de la legislación". De una forma similar se ha pronunciado el portavoz de Medio Ambiente, Adalbert Jahnz, que ha defendido que el papel de la Comisión en este proceso es estrictamente institucional y que su rol es de "guardián imparcial" de los tratados de la Unión Europea, como ya afirmó este miércoles el propio Sinkevicius en redes sociales después de haber sido criticado por los populares.