La guerra abierta entre el Partido Popular y Vox al frente de la Junta Castilla y León a cuenta de las polémicas medidas antiabortistas anunciadas por los ultras ha supuesto un antes y un después en las relaciones entre las formaciones que conforman el Gobierno regional. El enfrentamiento ha puesto encima de la mesa una nueva amenaza de ruptura por ambas partes. Mientras el vicepresidente Juan García-Gallardo ha tensado la cuerda del presidente Alfonso Fernández Mañueco con este asunto, sobrevuela la posibilidad de que este adelante las elecciones a mayo para deshacerse de la presión que ejerce Vox sobre los populares. Por su parte, Génova se desentiende y deja en manos del dirigente regional esta posibilidad. "No descartamos ni contemplamos", afirman fuentes cercanas a ElPlural.com.

Génova se desentiende

La iniciativa anunciada el pasado jueves por García-Gallardo, que pretende obligar a las mujeres que quieran interrumpir el embarazo a realizarse una ecografía 4D para ver la cara y escuchar el latido del feto antes de poder tomar su decisión, ha hecho dinamitar la "moderación" defendida por el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, que ha visto estallar un nuevo conflicto con su principal socio. La polémica no se ha quedado en un ámbito regional y ha saltado a la escena nacional. De hecho, el Gobierno de Pedro Sánchez ha avisado en varias ocasiones a Mañueco por su deriva reaccionaria y ha enviado sendos requerimientos para que no apliquen medidas que vulneren el derecho al aborto.

Sin embargo, esta tensión se ha trasladado también a los entresijos de las relaciones entre ambas formaciones. Este martes, el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, elevó el tono y lanzó una más que evidente amenaza a Mañueco al respecto de la posibilidad de cambiar su postura sobre el acuerdo en la región si no se lleva a cabo esta medida. "Vox exigirá el cumplimiento del acuerdo, como muchos otros que aún no hemos puesto sobre la mesa. Llegará un momento de establecer un balance de cumplimiento de los acuerdos y si no se cumplen, tendremos que revisar ese acuerdo y revisar la opción de seguir o no en el Gobierno", aseguró durante una entrevista en La 2.

Estas palabras hicieron saltar todas las alarmas sobre el futuro de la Junta de Castilla y León, pero fueron desautorizadas por la formación. Tan solo unas horas más tarde de la intervención de Garrida, el portavoz de Vox en el Congreso de los diputados, Ivan Espinosa de los Monteros, acusó al PP de haber dado "un giro a la izquierda" con la decisión de Mañueco de rechazar la obligatoriedad para los médicos de las nuevas medidas antiabortistas, tal y como anunció Gallardo, pero suavizó su advertencia. "Espero que el Gobierno de Castilla y León se atenga a lo pactado y si no actuaremos en consecuencia, pero eso no quiere decir que tengamos que romper el Gobierno sino que lo reevaluaremos y tenemos que ser cada vez más estrictos", aseguró textualmente.

Con todo, esta mutación en la dialéctica no ha supuesto el cierre definitivo a la posibilidad de dar por finalizado el acuerdo entre ambas formaciones. Algunas informaciones apuntan a que Mañueco estaría contemplando la opción de adelantar las elecciones al próximo 28 de mayo tras el terremoto provocado por el aborto. Y es que este estallido ha vuelvo a poner en el foco mediático al Ejecutivo castellaoleonés bajo acusaciones de sometimiento por parte la ultraderecha al PP y ha supuesto una agitación en las bases de la Junta. Pero también en la propia formación popular, que se encuentra entre dos aguas: por un lado, aparentar normalidad para seguir al frente de la Administración ante las amenazas ultras y, por otro, romper los lazos para alejarse de la capitulación de los de Santiago Abascal. Esta última opción pasaría necesariamente por una convocatoria en las urnas.

"No adelantemos acontecimientos"

En Génova no toman partido de esta dualidad y dejan en manos del presidente de la Junta la decisión de adelantar los comicios. "No descartamos ni contemplamos un adelante electoral. Esta no es una decisión que nos corresponda. La competencia exclusiva la tiene el presidente de la Junta", aseguran en conversaciones con ElPlural.com fuentes cercanas a la formación nacional, que derivan la pregunta "a la gente de Mañueco". Preguntados por si, en caso de que finalmente se lleve a cabo esta decisión, apoyarían la postura del líder regional, los de Feijóo evitan pronunciarse. "No adelantemos acontecimientos", afirman textualmente. Cabe destacar que este periódico se ha puesto en contacto con el equipo de Gobierno del líder regional para confirmar su postura y esta posibilidad pero no ha obtenido ningún tipo de respuesta.