La extrema derecha tiene la llave para que el Partido Popular gobierne en seis comunidades autónomas y más de una treintena de capitales de provincia y grandes ciudades. Sin el apoyo de Vox, explícito en mayor o menor medida, el PP no podrá gobernar en Baleares, Comunidad Valenciana, Extremadura, Aragón, Murcia o Cantabria. Los votos de los ultras también son decisivos en ayuntamientos de la envergadura de Sevilla o Valladolid.

En este contexto, la formación de Santiago Abascal ha reiterado al Partido Popular que “Vox tiene la llave” y en esta ocasión no dará “gratis” poder territorial al Partido Popular.

“Controlar” al PP

Este jueves, el portavoz parlamentario de la extrema derecha, Iván Espinosa de los Monteros, no pudo ser más claro: “En aquellos sitios donde el PP necesite los votos de Vox, tendrá que respetar a los votantes de Vox. Le vamos a pedir que se sienten a negociar. Porque no tienen mayoría absoluta en casi ningún sitio. Volvemos a tender la mano para formar Gobiernos en aquellos sitios donde Vox está en posición de formar Gobiernos con el PP”.

Lo cierto es que el PP necesita que los ultras se abstengan para que prosperen sus investiduras en Baleares y Murcia, y que voten a favor en Extremadura, Comunidad Valenciana y Aragón. Los populares, que de momento sitúan como su única línea roja que Vox no entre en los gobiernos del PP, parece que sí podrían gobernar Cantabria siempre y cuando el partido de Miguel Ángel Revilla, el PRC, se abstenga en favor de los conservadores.

Al respecto, Vox no oculta que su modelo ideal es el de Castilla y León, donde PP y los ultras comparten un Gobierno de coalición. En opinión del vicepresidente de Acción Política de Vox, Jorge Buxadé, la mejor forma de "controlar" el "cambio de políticas" que exigen al Partido Popular es formar parte de los gobiernos autonómicos y locales. En cualquier caso, Buxadé reconoce que las negociaciones deberán ser distintas en cada territorio en función de la fuerza que les hayan otorgado los ciudadanos en las elecciones de este 28 de mayo.

"Tenemos la experiencia, por desgracia, de que cuando no hemos estado en el gobierno y hemos cerrado pactos de investidura o pactos anuales de presupuestos con el Partido Popular no hemos tenido la capacidad de exigirlo y, como resultado, el PP no hizo aquello que se había firmado en nuestros pactos”, expone el vicepresidente de Acción Política de Vox.

Las negociaciones

Respecto a las negociaciones con el PP, Buxadé sostiene que “serán distintas en función del respectivo porcentaje, de la fuerza de los partidos o de las necesidades locales de cada una de las regiones, con toda seguridad no será lo mismo Murcia que Valencia o que Baleares”.

De sus palabras se desprende que en Murcia y Baleares, donde solo es necesaria la abstención de Vox para que el PP pueda gobernar, las exigencias serán muchos menores que regiones como la Comunidad Valenciana, Extremadura y Aragón, donde es imprescindible su voto a favor y bajo ningún concepto contemplan no formar parte del gobierno autonómico.

“Me acabaré entendiendo con Vox”

El caso de Extremadura es especialmente simbólico. PP y PSOE empataron a escaños el pasado 28 de mayo, con 28 diputados cada uno, si bien fueron los socialistas los que contabilizaron mayor número de papeletas en las urnas. Es decir, el PSOE ganó las elecciones autonómicas. Vox, con cinco diputados, es la clave para alcanzar la mayoría absoluta en el parlamento extremeño, que se sitúa en 33, mientras que Unidas por Extremadura, obtuvo cuatro parlamentarios.

O dicho de otro modo, o el PP pacta con Vox, o la izquierda gobernará la región.

Preguntada sobre posibles pactos con la extrema derecha, la líder del PP de Extremadura y candidata de dicha formación a presidir la Junta, María Guardiola, destacaba este jueves que el presidente nacional de su partido, Alberto Núñez Feijóo, le ha dado "manos libres" en cuanto a las negociaciones.

"Estoy convencida de que me voy a acabar entendiendo con el candidato de Vox cuando tenga a bien llamarme, sentarse conmigo para hablar de Extremadura en Extremadura. Me encantaría que todo el mundo pudiera decir lo mismo que yo. Alberto Núñez Feijóo me ha dado manos libres para trabajar por mi tierra. Yo quisiera saber si el candidato de Vox las tiene o está manejado por el señor feudal, por Madrid, que le dicen lo que tenemos que hacer en esta tierra", afirmaba.